Astrónomos de la universidad británica de Cambridge divulgaron hoy un estudio en el que identifican nueve galaxias enanas, desconocidas hasta ahora, que orbitan alrededor de la Vía Láctea. El descubrimiento de esos cuerpos puede resultar clave para avanzar en el conocimiento de la materia oscura, la misteriosa sustancia que mantiene unidas a las galaxias en el universo. Se trata de la primera detección de este tipo de objetos desde que hace un decenio, en 2005 y 2006, se hallaron docenas de galaxias enanas del mismo tipo sobre el hemisferio norte terrestre. Los científicos han detectado en esta ocasión en el hemisferio sur, cerca de las Nubes de Magallanes, los nuevos cuerpos, miles de millones de veces más tenues y millones de veces más pequeños que la Vía Láctea. La más cercana de las nueve galaxias enanas se encuentra en la región de la constelación de Retículo, a 97 mil millones de años luz de la Tierra -a medio camino hacia las Nubes de Magallanes-, mientras que la más lejana está más allá de 1.2 millones de años luz, en la constelación de Eridano. Los investigadores han utilizado los datos obtenidos durante el primer año de funcionamiento del Observatorio de la Energía Oscura (DES), un proyecto de observación del cielo en el que participan instituciones de investigación y universidades de Estados Unidos, Brasil, el Reino Unido, Alemania, España y Suiza. Tres de los objetos descubiertos son galaxias enanas bien "definidas", según los científicos británicos, mientras que los otros seis podrían ser tanto galaxias enanas como cúmulos globulares, objetos con propiedades similares a las primeras pero en los que la materia oscura no desempeña un papel esencial. Las galaxias enanas son las formaciones de este tipo más pequeñas del universo y pueden llegar a contener tan solo cinco mil estrellas, en comparación con los cientos de miles de millones que alberga la Vía Láctea. Los modelos cosmológicos tradicionales predicen la existencia de cientos de galaxias enanas orbitando alrededor de nuestra galaxia, si bien su pequeño tamaño y baja luminosidad hacen de su detección una labor compleja. Se trata de cuerpos compuestos en un 99 % de materia oscura y en un 1 % de materia ordinaria, aquella que es observable. La materia oscura, que compone cerca de un cuarto de toda la materia y la energía del universo, tan solo revela su presencia a través de los efectos gravitacionales sobre otros objetos. Los satélites de la Vía Láctea detectados ahora "representan la última frontera para probar nuestras teorías sobre la materia oscura. Necesitamos encontrarlos para poder confirmar que la imagen que nos hemos formado sobre el universo tiene sentido", señaló Vasily Belokurov, uno de los autores del estudio. La detección de los nuevos cuerpos es para Wyn Evans, coautor de la investigación, un resultado "desconcertante". "Quizás en algún momento fueron satélites que orbitaban alrededor de las Nubes de Magallanes y acabaron siendo arrojados al exterior. O bien es posible que sean parte de un gran grupo de galaxias que, junto con las Nubes de Magallanes, están cayendo hacia nuestra Vía Láctea", afirmó Evans.