Recuerdos de eventos

Han sido crónicas sobre tanto que hemos tenido oportunidad de deleitarnos en este tan admirado acontecer en el jaripeo, que desde el 6 de enero de 1993 tengo oportunidad de dejar a la consideración pública

Gonzalo Reyes

A unos cuantos meses por cumplir 3 décadas de empezar a escribir en este prestigiado diario La Voz de Michoacán, sobre las experiencias del jaripeo que hemos podido vivir desde Morelia y sus alrededores y de otros lugares incluso de diversos estados y del extranjero; ha sido en lo personal algo brillante y trascendente esta carrera de ya casi treinta años. Donde los temas más relevantes y que le han contribuido a la misma evolución del jaripeo, han quedado plasmados como rubrica del éxito que han sido los miles de notas que hemos publicado en este periódico.

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Han sido crónicas sobre tanto que hemos tenido oportunidad de deleitarnos en este tan admirado acontecer en el jaripeo, que desde el 6 de enero de 1993 tengo oportunidad de dejar a la consideración pública y lo mejor es que las palabras escritas, sobre todo, han tenido validez y respaldo por esta gran institución que durante el mes anterior estuvimos de gran fiesta al cumplir sus 74 años de vida informativa, propositiva y entusiasta.

Fue el 19 de junio de 1948, cuando salió a la opinión el primer ejemplar de este periódico que con sus 74 años se mantiene jovial, dinámico y actualizado; y han sido tantas notas trascendentales, locales, nacionales e internacionales las que se han vertido para informar al pueblo oportunamente, para así lograr el objetivo primordial de consolidarse por ser “La Voz del Pueblo Hecha Periódico”.

Ya posteriormente y en 11 meses más, en el marco del 75 aniversario habremos cumpliendo 30 años de venir escribiendo el acontecer en los jaripeos y en otros temas en relación, donde hemos señalado la evolución que se ha experimentado en tan trascendental actividad, que además es parte de una cultura y de idiosincrasia de importante sector del país y en el extranjero: y previo a la labor de volver a leer y  recopilar las notas más importantes en sobre de El Jaripeo, describo algo de lo que no pudimos leer hace algunos años cuando se cristalizó  para mi este gran proyecto de difusión.

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Al internarme en mi hemeroteca personal, entre las más de 2 mil notas publicadas por este querido y prestigiado diario, encontré los sucesos del jaripeo de las fiestas de nuestro periódico durante el mes de junio del año 1998, a unos días que tomara un receso, en esa mi primera época que abarca desde 1993 hasta después de finiquitado el 49 aniversario de La Voz de Michoacán, que fue en junio del año 1998; cuando dejé momentáneamente de escribir las notas en este grandioso periódico para ir a trabajar al estado de Guerrero: y después de ese entonces, estas páginas ya no tendrían mi rubrica: mi lugar lo ocuparía Ismael Herrera, mientras yo me desarrollaba en otras actividades.

Tenía que cumplir compromisos fuera de nuestro estado en mi labor zootécnica y en algunas administraciones publicas de diversos ayuntamientos, ya que antes de desplazarme al estado de Guerrero, pasé una temporada trabajando en el bajío de Guanajuato, en Yuriria y en el norte de Michoacán, en Santa Ana Maya y a la vez en Nahuatzen, donde radiqué por un tiempo y ejecuté el cargó de gestor ante las instancias de gobierno en la capital michoacana, en representación y acreditado por el Maestro Juan García Zúñiga, quien era el presidente municipal, al cual iba a acompañar a la diputación federal en su fórmula por el distrito 13, pero la mano negra nos truncó.

Llegó por fin el ansiado momento de irnos a la tierra caliente para estar en contacto con los grandes hatos de cebuinos y en las bravías jugadas de los añorados y esplendorosos jaripeos del Rodeo San Miguel, de Vicente Riva Palacio. Y valla que, si es calientísimo por allá, en la depresión del Río Balsas y El Río Cutzamala: me alojaron los señores Avellaneda Chávez, en Ciudad Altamirano; en la región territorial de un calor infernal, donde hace más de medio siglo estas tierras pertenecían a Michoacán y que lo teníamos registrado como Pungarabato, pero las negociaciones para que en lo que antes era el que fue municipio de Melchor Ocampo, hoy Lázaro Cárdenas, los gobiernos cedieron áreas.

El nuestro la depresión del Balsas y el Cutzamala a Guerrero y ellos la parte de su desembocadura en el Océano Pacifico, lo que eran las islas y todo el antiguo delta del Rio Balsas, para desarrollar lo que ahora es el puerto industrial más grande de América Latina, pero actualmente en operación de capitales extranjeros, así como para el complejo siderúrgico de Las truchas que ahora pertenece a la economía de La India.

Llegó el aniversario de oro, para la voz de Michoacán, el 18 de julio de 1999. 50 años de vida periodística y la víspera para recibir al 2000; con ese motivo se desarrolló un extraordinario jaripeo, que quiso competir con el anterior que yo había organizado con la aprobación de la dirección en el marco de las fiestas de junio de 1998 y valla que en el del 99 se logró, porque las bases fueron el mismo cartel y formato que yo utilice para llenar al tope y hasta las banderas con el jaripeo del 98 La Plaza Monumental de Morelia.

Esa vez, el 99, acudí invitado especial y fue un gran placer ver que lo que habíamos iniciado en el año 1993 con el primer jaripeo que organicé para mi querida Voz de Michoacán y su pueblo, fuera creciendo en expectación y en aceptación del vasto público que nunca pagó boleto para ingresar, ya que las políticas de nuestro gran soldado y uno de los más grandiosos directores, el licenciado don Miguel Medina Robles, Hera el dar lo mejor de sí al su gran pueblo.

Yo para ese entonces y alternando mi trabajo en Cd. Altamirano, los días que estaba en Morelia, le elaboraba su publicidad a Jorge Rodríguez, que había llegado con toda la fuerza para ocupar el lugar de privilegio que asumió en el mundo del jaripeo en todos los niveles, tuvimos el privilegio de inaugurar La Plaza de Toros La Estrella, donde por el puro gusto me puse las más colosales parrandas que recuerde. Pero a la vez teníamos mucho trabajo con Jorge Rodríguez y entre muchos más con Ernesto El Tigre Gaytán, quien fue el conducto para que pudiera ir a trabajar al estado de Guerrero.

Aún recuerdo que una tarde en que coincidimos, porque él trabajaba bastante por los estados del sur; El Tigre Gaytán, me presentó un recado para mí que le habían encomendado desde Riva Palacio Michoacán, de este lado del Rio Cutzamala, a unos pasos de Ciudad Altamirano, encomienda que me mandó “Characo” Manuel Saucedo Avellaneda.

“Gonzalo, me dijo “El Tigre”: Characo pidió que te buscará y que este domingo te presentes en su plaza de toros de Riva Palacio, tiene un negocio interesante y bueno para ti, de gastos no te preocupes todo está pagado de antemano;” y así en los días del mes de un septiembre del siglo pasado llegué a la tierra caliente más caliente de todo México, con temperaturas que oscilan los 40 grados a la sombra: y lo primero que hizo el señor Characo” como todo buen anfitrión, fue invitarme un refresco y a destrabar de que se trataba, cuando este ganadero estaba antecedido de una gran fama por todos los estados del sur, ya que sus Toros Temibles, en cuanto torneo se presentaban arrasaban con los lugares de honor; y a lo que me llamó fue para apoyar su proyecto en un torneo.

Se trataba del segundo torneo nacional que se iba a escenificar en El Rodeo San Miguel; participaron ganaderías de todos los estados involucrados en el jaripeo en ese entonces, desde Jalisco, colima, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Morelos y Estado de México; ahí conocí ganaderías y toros que nunca estuvieron por acá y jinetes sensacionales que tampoco vinieron a estos rumbos. Valla lo mejor de que se disponía en ese momento, en el tema que da para una columna completa ya que mis apuntes y fotografías aquí están y precisamente en eso me estoy basando para escribir todas estas líneas del recuerdo y de tanta nostalgia por tiempos que ya no vendrán más.

Allá hospedado en Ciudad Altamirano recibí el año 2000 y en ese tiempo las computadoras ya eran esenciales para desarrollar nuestro trabajo; yo con una de pantalla monocromática ya realizaba algunos rudimentarios diseños para imprimir publicidad y escribía todo cuanto estaba aconteciendo durante mi estancia por aquellos lugares cálidos donde se rumora se han dado las temperaturas más extremas en calor del mundo, a pesar de tanta agua que corre por los dos ríos que circundan y se juntan en la antigua Pungarabato.

Lo que si sucedió es que si no mal recuerdo creo fue el 14 de marzo del 2000, ese día se registró una de las temperaturas más elevadas y creo también hasta nuestros días y después de la década del 50, cuando ese día se marcaron 55 grados centígrados, algo así como las temperaturas más extremas en los valles del desierto de Israel y del de La Muerte, pero con la diferencia que aquellos están a nivel del mar por abajo; y Ciudad Altamirano está en la depresión del Rio Balsas y a no menos de 200 metros sobre el nivel del mar; ese día anduve en el mercado, me compre mis empanadas rellenas y una jarra de tepache y me fui al rio Cutzamala, con un anzuelo; para mí la temperatura fue igual, a lo mejor porque estaba pescando bagres bigotones.

Para ese entonces, como encargado de la publicidad y difusión de aquel grandioso torneo, tuve que apoyarme en amigos para iniciar mis actividades en la imprenta de manera contundente, ya que mientras trabajaba para La Voz de Michoacán, estaba inmerso en el mundo del ofset, pues tuve oportunidad de conocer todo el proceso de impresión de que disponíamos, estuve en el área de negativos, para quemar las placas que dan vida a nuestra palabra escrita, estuve en las rotativas viendo a ese monstruo devorar toneladas de papel a una velocidad vertiginosa, pero que nos prodiga la magia de la impresión con el periódico, tuve la ocasión de estar en el departamento de producciones especiales, ya que no solo imprimimos La Voz de Michoacán, también se imprimen en esta casa, infinidad de otros periódicos y de revistas así como cualquier tipo de propaganda.

De hecho, las primeras publicidades que a mi cargo dejaron, para anunciar los aquellos jaripeos de inicios y desde antes del nuevo siglo, las revolucionamos para el jaripeo en la imprenta de Producciones Especiales, de La Voz de Michoacán; ahí y ante la edad avanzada de Don Teodomiro Ginori Marroquín, quien era el encargado de imprimir casi toda la publicidad de Morelia, en tipografía, fue evolucionando con mi intervención al offset, en aquellos tiempos en que tanto valía para anunciar cualquier espectáculo, un cartel o un volante de mano en papel y que siguen siendo fundamental para anunciar los eventos, yo pienso que aun más que los medios digitales de ahora.

Ya para finalizar el año 2001 y de regreso en Morelia, contaba con una gran cartera de eventos de jaripeos y bailes para hacer sus anuncios en papel: contaba con grandes amigos y colaboradores en el ramo de la impresión que me apoyaban y en enero del mismo 2001 cuando nació mi hijo Gonzalo Arturo, pude comprar mi primera imprenta Multilhit, de offset, algo que era inmensamente caro, pero con el tiempo y con mucho trabajo fuimos equipando un taller donde a la fecha estamos en espera de seguir brindando nuestro trabajo para hacer esto que tanto nos gusta que es la impresión de cualquier tipo de publicidad, que fue en lo que desembocó mi incursión al trabajo que me invitaron a desarrollar en la tierra caliente donde convergen los estados de México, Guerrero y Michoacán, además de que por allá tuve también el gusto de desenvolverme en la zootecnia que me apasiona y en el suministro de alimentos a los grandes rebaños de cebuinos que por allá prosperan, en tantos temas vividos gracias a La Voz de Michoacán; que nos da paso a escribir libros.