Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán Michoacán ya enfrenta temas ambientales delicados. Algunos conflictos por el uso del agua en la comunidad de San Pedro Piedras Gordas –municipio de Madero- y en dos o tres lugares más donde ya hay luchas por el vital líquido como en Yoricostio –en Tacámbaro-, así como otros focos rojos por el uso de la madera, así como por la contaminación al entorno. “Hay algunos actores que contaminan el agua y los recursos de otros y se dan conflictos que en la medida en que crezcan habrá más conflictos”, confesó el secretario de Medio Ambiente, Alejandro Méndez López. Cara a Cara para los lectores de La Voz de Michoacán, el abogado y experto en temas ambientales reconoció que en Michoacán hay retos titánicos en la materia. Admitió que las ollas de agua que se han instalado en zonas de cuencas han provocado que se queden sin agua en zonas que habitualmente captaban el agua que escurría y esto está provocando conflictos sociales. Sentenció que el agua es el tema más difícil, o del que más se habla, e incluso, advirtió que también hay indicios de algunas afectaciones a la salud por el uso de agroquímicos. Alertó que la lucha por el agua ya nos alcanzó. Recordó que cuando estaba estudiando leyó un libro en donde se reseñaba que en el Siglo XX las luchas fueron por el petróleo, y que en el XXI sería por el agua, y en algunos casos ya nos está alcanzando, peor aún en un escenario de cambio climático, acentuando la problemática y haciéndola más caótica. Dijo que en México un aumento de 3 o 4 grados en la temperatura sería algo muy difícil, aunado a que dependemos de las lluvias y los huracanes para la captación del vital líquido, por lo que son escenarios –de conflicto- que no están tan lejanos. Pero a pesar de esos escenarios catastróficos, Michoacán es el único estado del país que podría tener una provisión de agua relativamente buena y suficiente si la usamos con inteligencia y con orden, planteó el secretario de Medio Ambiente, frente a la problemática que viven otras entidades del país, como Nuevo León. Si bien admitió que a nivel mundial se enfrentan problemas muy serios, en Michoacán hay un territorio muy generoso que cuidando las selvas, los bosques y los recursos naturales en general se podrían tener una mitigación al cambio climático bastante aceptable. Reconoció que depende de lo que hagamos para cuidar nuestro medio ambiente evitaremos esa crisis que está pronosticada por el deterioro del medio ambiente. Planteó que si en este momento aumentamos la superficie forestal que, aunque suene utópico “es posible”, cree que se podría frenar y empezar a mitigar el cambio climático. “En Tierra Caliente tenemos prácticas depredadoras de ganadería. Queman selva para meter pasto ganadero que no son ni rentables, eso se debe frenar”, comentó Alejandro Méndez López. Reconoció que la Secretaría de Desarrollo Rural haya anunciado el apoyo para la instalación de 3 mil hectáreas del sistema silvopastoril para esa región y que, aunque hace falta más, es un gran avance. Insistió en que es necesario que se les abra los ojos a los ganaderos para que vean lo importante que es cambiar los métodos de producción. Comparó que a diferencia de los aguacateros donde se tiene que buscar una compensación ambiental, con los ganaderos se les debe abrir los ojos y que vean que pueden producir más, y cuidando el medio ambiente con este sistema –que no es nuevo- y tendrán ganado bien alimentado. Nuevo león tiene problemas de agua incluso se está traslada de otros estados. ¿Estamos lejos de esos escenarios? “Nuestras condiciones son mucho mejores. Ahí sí tenemos la bendición de tener dos sistemas montañosos que nos permiten tener especies de tinacos de agua, somos como un vivero y con un manejo adecuado podemos tener un horizonte bueno. Yo soy optimista. Si nos ponemos catastrofista pues nos aferramos. Al final del día podemos hacer más cosas para ayudarle al medioambiente”. ¿Y sí vamos en ese camino? “Vamos empezando la administración, lo que veo es por lo menos buena disposición de los alcaldes, de la federación y eso es bueno. Por muchos años hemos sufrido descoordinación, falta de comunicación y estamos en buen momento para que nos podamos coordinar, porque los temas ambientales no distinguen competencias. Hay cada vez más consciencia en el tema de la ciudadanía. Es impresionante la información y la temática que se maneja de la ciudadanía y de las redes sociales que hacen que la información llegue a la gente. Hay problemas que involucran a la ciudadanía, otros son de la función pública y otros son temas económicos”. Al hablar justamente de la coordinación con el gobierno federal, de lo que se quejaron en el gobierno pasado en las áreas de medio ambiente a partir de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el secretario Alejandro Méndez aclaró que en este segmento han venido trabajando de manera conjunta con los representantes de la Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Comisión Nacional Forestal, con quienes han establecido reuniones fluidas para ir resolviendo las necesidades que se tienen. Exhibió que el gobierno de Silvano Aureoles Conejo implementó un programa de pago por servicios ambientales en el tema del aguacate y la federación simplemente no lo aceptó y no se caminó en ese sentido. Al enfocarse en este tema, admitió que el fenómeno del llamado oro verde enfrenta claroscuros, pues si bien genera empleos y recursos, tiene su parte complicada porque genera problemas ambientales. “Es un cultivo –el aguacate- que consume mucha agua, usa muchos agroquímicos y el cambio de uso de suelo. Parte del problema es que desde el gobierno no se ha tomado en cuenta el fenómeno económico y la Secretaría de Medio Ambiente federal que es la que pudiera tomar cartas en el asunto, pero desde los 80's bajó la cortina y es parte del problema porque se negó una necesidad y presión económica brutal. Se confió en que vigilando y castigando se iba a contener el fenómeno, pero no hay suficientes inspectores para hacerlo”. “Yo les hacía en algún momento la observación, que si ahorita vemos el presupuesto son pocos millones de pesos los que se tienen destinados para la vigilancia sanitaria del aguacate, frente a los miles de millones de pesos que se captan por la exportación hacia los distintos países, por lo que no hay manera de comparar ambas fuerzas económicas”, planteó Méndez López, quien apostó por reconocer la fuerza económica de la industria aguacatera para poderlo regular, aunado a que también se debe distinguir a aquellos que hacen las cosas bien. “Te pongo el ejemplo de San Juan Nuevo y que tienen bosques y hectáreas de aguacate, si todo Michoacán estuviera como ellos seríamos Suiza, son un modelo. Pero por otro lado tenemos a los que llegan y queman montón de bosque y depredan. El tema es que están todos en el mismo costal, todos están satanizados de la misma forma. Los productores que cumplen reciben el mismo tratamiento que los que depredan. Estamos buscando el sello verde que distinga a unos de otros”, adelantó Méndez López. Así, Michoacán buscará implementar una serie de medidas a fin de que la industria aguacatera pueda contar con una certificación de calidad, que le permita al productor conocer de dónde provino, y qué prácticas se implementaron para su producción. Este proceso, apoyado por el gobierno federal, será hecho también con el análisis de los investigadores. La idea también es conocer cuántas hectáreas se han instalado en el estado depredando los recursos naturales, a fin de evitar satanizar a quienes se dedican a este sector que genera miles de millones de pesos en derrama económica. ¿Cuántos son los que hacen las cosas bien, hay un censo? “Sería muy difícil. Según hay 230 mil hectáreas considerando algunas que no están registradas. La mayoría de los que no están registrados son los que han hecho cambio de uso de suelo y que por eso no están registrados en las Juntas de Sanidad vegetal. La UNAM hizo un estudio, donde analizó datos de 1974 al 2011 y ahí había 120 mil hectáreas de aguacate y de esa había como 80 mil que se establecieron sin deforestar. Dos terceras partes se pusieron en tierras de cultivos que ya estaban. No todos llegaron deforestando, es la realidad. Estamos viendo que en Michoacán hay muchos investigadores y nos ayudan a articular equipos de trabajo que nos están ayudando a estudiar y ver este fenómeno”. ¿Cuándo veremos este estudio? “Ya los tienen hechos muchos de ellos. Te pongo el estudio del Doctor Gómez-Tagle es un investigador que tiene muchos años investigando la huella hídrica y su investigación de muchos años nos puede ayudar a ver cuántos pinos necesitamos para mantener un aguacate. Si queremos un certificado tenemos que ver que no haya deforestado y que mantenga un pedazo de bosque que le dé sustentabilidad a sus cultivos. La investigación de él es muy valiosa. Ahora es una de las personas que nos interesa mucho. Vamos a firmar un convenio con la Universidad Michoacana. Lo que estamos haciendo es traer información para poder tomar decisiones”. Hablan del sello verde. ¿Qué busca este sello? “Busca distinguir a los productores que no deforestaron después de cierto año el cual se está discutiendo y lo que va a garantizar es que el consumidor con su celular va a poder ver de qué el aguacate viene, de determinada huerta, que tiene prácticas orgánicas y que además está relacionada a un pedazo de bosque que le da sustentabilidad”. ¿No sé estaría regularizando la operación de huertas que se instalaron después de que Semarnat cerró la cortina? “No. Ese es uno de los criterios. Nosotros vamos a certificar en un primer momento a los primeros 80 mil que se instalaron en huertas que no deforestaron. No es facultad de nosotros el legalizar las huertas. Eso es un diálogo que tendremos con Profepa y tendremos que asumir que la ley ofrece la posibilidad de conmutar la pena. De decir que puedes compensar, pero nosotros no nos podemos meter en eso, sería en una segunda etapa”. ¿Cuándo sale este sello? “Es cuestión de meses cuando pudiéramos tenerlo. Como lo queremos hacer con seriedad. Estamos en diálogo con las autoridades federales, con la Semarnat, Profepa, tendrá la autoría del estado, pero siempre en consenso. La idea es que esté apoyado siempre por un equipo científico y por otro lado la certificación no la hará el estado sino un organismo certificador, para que sea un externo que cumpla reglas que nosotros establezcamos pero que sea independiente del gobierno, pero para darle transparencia”. ¿Hay voluntad de los aguacateros de involucrarse? “Hemos estado en diálogo con algunas asociaciones y es un buen momento. Esta idea no es nueva, hace años íbamos a hacer un foro y dialogamos con la Asociación de Productores (APEAM) desde el 2008 y se iba a consensar, pero se frenó ese esfuerzo por varias ideas y políticas. Ahora hay un dato curioso de que en ese año quien iba a exponer el tema de certificación era Alfredo Ramírez Bedolla quien era Subsecretario de Desarrollo Económico. Él conoce el tema, él ha hablado de la marca colectiva, el establecer la franja aguacatera. Es un dato curioso, pero yo percibía muy diferente la actitud de los aguacateros a ahora. Yo creo que los más formados, los modernos los veo preocupados porque la imagen se ha deteriorado. Ha habido muchos documentales y pronunciamientos dónde los satanizan y los ponen a todos en el mismo costal. Espero consensar un buen acuerdo”. Así, Michoacán pretende avanzar atendiendo los sectores que en materia de medio ambiente enfrenta. El cuidado de los bosques, que han sido lastimados por la producción de aguacate, es una de las tareas en las que van avanzando, debido a la disposición de la industria, aunque reconocen que hay quienes no quieren atenderlo. Un especialista con larga trayectoria La Secretaría de Medio Ambiente –con reformas en el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla- es encabezada por Alejandro Méndez López, quien ya se había desempeñado como director de la Comisión Forestal de Michoacán en la administración de Leonel Godoy Rangel, contra quien compitió en 2007. Formó parte del equipo de transición de la administración bedollista en temas ambientales. Fue dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México. Su última tarea era como notario público. Es Abogado por la UMSNH, Maestro en Administración Pública por el CIDE, Doctor en Gobierno por la Universidad de Essex, Inglaterra, con especialidad en Política Ambiental. Es Profesor Investigador en el Centro de Investigación y Docencia Económicas CIDE. Ha sido diputado local, y en su gestión presidió la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales y miembro de las de Desarrollo Urbano y de la de Ciencia y Tecnología. Miembro del Consejo Estatal Forestal 2008-2012, del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable2005-2007, y del Consejo Estatal de Ecología del 2005 a la fecha, por los sectores legislativo (2005-2008), gubernamental (2008-2012) y por la sociedad civil (2012 a la fecha).