Luis Sigfrido Gómez Campos La propuesta que hizo Alejandro Moreno Cárdenas, Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el sentido de que los ciudadanos puedan adquirir armas para defenderse de la inseguridad, parece ser una medida desesperada para tratar de llamar la atención con alguna idea supuestamente atrayente que rescate a su partido del desastre en que se encuentra. Ante el cúmulo de ataques que ha recibido por la difusión de una serie de audios que lo exhiben de cuerpo entero como un sujeto corrupto, vulgar y chapucero, por decir lo menos, lo único que se le ocurre como medida para tratar de salvar su pellejo es lanzar a la opinión pública la gran “ideota” idiota, de que los ciudadanos nos armemos para enfrentar a los grupos delincuenciales. Parece más una medida desesperada que una propuesta seria para contribuir a la solución de un grave problema nacional. A Alito, como se hace llamar el dirigente partidistaAlejandro Moreno Cárdenas, nuevamente le han sacado a la luz pública algunos audios que provocan bochorno tanto por el contenido como por la forma florida de expresarse. El dirigente ha sido exhibido por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores en recientes grabaciones donde se le escucha coordinando el reparto de fuertes cantidades de dinero en efectivo, para entregar a Televisa y a sus candidatos de Colima y Campeche durante el pasado proceso electoral, en esta ocasión se le escucha dando órdenes de dar dinero en efectivo, 700 mil pesos a proveedores. Posteriormente pide hablar con un hombre identificado como Hugo, presunto contador, para pedirle que entregue dinero en “cash” a alguien a quien llamó Bauer, de Televisa: “a Bauer se le tiene que pagar 5 (millones de pesos)”, dice Alito, entre otras muchas cosas. La gobernadora Layda Sansores se burló de Alito en Twitter: "Continúan las clases de lavado”, y se oye una voz que supuestamente habla con el dirigente priista: “porque si yo facturo como recurso de campaña, me puede ver la autoridad” y luego se escucha un análisis de los conversadores donde se trata de la conveniencia del manejo en efectivo porque son recursos de campaña. Aunque se trata de audios obtenidos de manera ilegal, por lo pronto han logrado su objetivo de enlodar el prestigio del dirigente priista. Ante este embate de lodo, al líder partidista no le quedaría otro recurso que el de la renuncia, pero, al parecer, esta opción no está contemplada en la agenda del presidente del PRI, quien prefiere aferrarse a la dirigencia partidista contra la opinión de la mayoría de los miembros destacados de su partido, quienes consideran que este empecinamiento del líder solamente está arrastrando a la debacle a su maltrecha organización política. Ante esta situación, acorralado y descalabrado por las filtraciones que ha divulgado la gobernadora de Campeche, a Alito se le ocurre lanzar su propuesta distractora de armar a las familias mexicanas para que se defiendan del crimen. Idea que parece importada del partido Republicano de los Estados Unidos de Norteamérica y sacada de la manga de la camisa: sin consenso ni discusión con los miembros de su partido, algunos de los cuales han manifestado su total desacuerdo. Un partido político no es sino un grupo de personas que deciden luchar juntos en torno de un conjunto de principios para hacerse del poder y llevar a la práctica esa serie de ideales por los que lucharon, luego entonces, esa serie de ideas en torno a los que se unifican los ciudadanos para luchar políticamente, generalmente están plasmados en los documentos básicos del partido, los cuales suelen ser revisados y actualizados para darles vigencia y actualidad en sus contiendas. Ser dirigente de un partido político no hace a nadie dueño ni del partido ni de los principios por los que se lucha; es decir, el líder no puede realizar modificaciones a capricho de los idearios partidistas. Si bien resulta correcto discutir los temas más trascendentes de la agenda pública nacional, se debe ser siempre consciente de que se está hablando a nombre de sus representados y no a título personal. En el caso que nos ocupa, el de la propuesta de armar a la ciudadanía para participar en la seguridad pública, siendo un tema de suma trascendencia para la vida nacional, debe, por principio, someterse a discusión de las bases de su partido. Al dirigente del PRI Alejandro Moreno Cárdenas, le han solicitado los exlíderes de su partido, en asamblea reciente, la conveniencia de presentar su renuncia a fin de rescatar lo poco que queda del partido. Alito terminaría el periodo para el que fue electo hasta el mes de agosto de 2023 y él ha manifestado su deseo de prolongar su mandato hasta después de las elecciones federales de 2024. Antepone sus intereses personales al interés general de su partido. Otra podría ser la historia del PRI que, quiérase que no, ha sido protagonista de la historia de México durante prácticamente todo el siglo pasado. La propuesta de Alito no es más que una propuesta desesperada de un dirigente golpeado por el desprestigio. luissigfrido@hotmail.com