Arturo Molina / La Voz de Michoacán Michoacán. Un total de 118 millones de pesos provenientes del fondo del Seguro Catastrófico para el campo michoacano no llegaron a manos de los productores afectados por huracanes y sequías. A pesar de las necesidades de los trabajadores del campo de salir adelante ante siniestros, el recurso fue desviado. Cuauhtémoc Ramírez Romero, titular de la Secretaría Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), advirtió sobre los hechos de corrupción que ya fueron presentados ante la Contraloría del Estado de Michoacán. Destacó que, durante los últimos tres años de la gestión pasada, la empresa aseguradora pagó poco más de 250 millones de pesos por efecto de daños por lluvias y sequías. El gobierno de Michoacán como beneficiario preferente recibió el recurso y bajó solo la mitad a los agricultores. El resto del recurso se quedó en las arcas estatales cuyo destino sigue siendo investigado por parte de las autoridades de nuevo gobierno. Ramírez Romero calificó como deshonesto el comportamiento y el destino que se le dio a los recursos que estaban orientados a recuperar al campo Michoacán o uno distintos fenómenos meteorológicos año con año cuestan los ingresos a miles desde productores. Foto: Especial Cuestionado por la prensa local sobre las acciones a tomar sobre el caso, refirió que las denuncias y procesos de investigación ya se llevan a cabo en las áreas correspondientes por lo que únicamente se procederá a trabajar con los productores en el autoaseguramiento. Había manejo deshonesto. Hubo la liquidación de la aseguradora y una parte importante no la pagaron a los productores. La aseguradora pagó al gobierno como beneficiario preferente y el gobierno no lo pagó. Pagaron 250 millones y se quedaron con 118 millones que no se los dieron a los campesinos. Hacer un planteamiento y decir que hay un seguro, eso no fue en beneficio de los productores. Fueron 3 años, lo que se acumuló", manifestó el funcionario. Aunado a las irregularidades encontradas en el manejo de los recursos del fondo del seguro catastrófico del Estado de Michoacán, el también especialista en desarrollo agrícola advirtió que en sí mismo el programa no garantizaba la recuperación económica de los productores afectados. En promedio se pagaban 1 mil pesos por hectárea a cada productor de grano afectado mientras que en muchos de los casos el costo de producción era de hasta 25 mil pesos por la misma superficie. A casi un año de qué desapareció el programa, el titular de la SADER reconoció que en estos momentos no existe ningún mecanismo de protección para los campos de cultivos ante la temporada de lluvias y granizadas, por lo que señaló que la ruta a seguir será el impulso del autoaseguramiento.