La igualdad sustantiva

El Estado debe garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en todas las esferas de la vida, asegurar las condiciones para ello y de remover todos los obstáculos para que la igualdad se alcance en los hechos.

Rocío Guadalupe Pérez Ayala

La perspectiva de género es un tema que en la actualidad ayuda a entender de una forma compleja tanto la vida de las mujeres como la de los hombres, así como en las relaciones que se dan entre ambos; por tanto, se busca solucionar los desequilibrios que existen entre ellos.

PUBLICIDAD

Derivado de lo anterior, surge la igualdad sustantiva, de modo que la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en su artículo 5, fracción V, define dicha igualdad como: “el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

Asimismo, la CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer) señala que los Estados Parte no sólo están obligados a sentar las bases legales para que exista igualdad formal entre mujeres y hombres; es necesario  asegurar que haya igualdad de resultados o de facto: igualdad sustantiva. Para alcanzarla, es necesario que las leyes y políticas garanticen que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en todas las esferas de la vida, lo que implica que el Estado tiene la obligación de asegurar las condiciones para ello y de remover todos los obstáculos para que la igualdad se alcance en los hechos.

Dichos instrumentos legales, se refieren a que todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección, eliminando la discriminación contra las mujeres; asimismo, se busca el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos humanos y las libertades fundamentales en el ámbito laboral, por lo que supone que las mujeres deben tener las mismas oportunidades que los hombres, considerando las diferencias biológicas, sociales y culturales de cada uno, y de éste modo se produzca una redistribución equitativa  de  las  actividades entre ambos sexos, tanto en las esferas públicas como en las privadas.

PUBLICIDAD

Para lograrlo, se debe hacer una valoración sobre los trabajoso roles que la mujer desempeña por el hecho de serlo, como lo es la crianza de los hijos e hijas, las tareas domésticas, entre otros, que derivados de las estructuras sociales, reglas o mecanismos que se han venido practicando por siglos y han producido una desigualdad al ser una doble carga para las mujeres, y de esta forma obstaculizan su crecimiento profesional.

Por lo general, las mujeres de bajos recursos, son las que presentan mayor detrimento en éste ámbito, de modo que las políticas de igualdad de oportunidades para ellas deben ser más amplias, al otorgar beneficios como comedores populares para niños, jóvenes y familias que lo requieran, además de tener acceso legal, seguro y gratuito a métodos de planificación familiar y seguridad reproductiva para evitar embarazos no deseados, que  dificulten  su avance laboral y educativo.

Si sumamos que el machismo es un rasgo cultural, que denigra la integridad de la mujer por el simple hecho de serlo, y que ha sido una construcción social que se ha llevado por generaciones, puede ser anulado a través de la toma de consciencia, y de la educación que se imparta desde los hogares, porque al ser una peculiaridad formativa, los mismos padres y madres han influido en que el machismo no desaparezca.

Diversos análisis en las ciencias sociales, confirman que en México aún predomina una cultura patriarcal en las relaciones entre mujeres y hombres, en las familias y en espacios de interacción social y política. En su caso las acciones positivas que como sociedad podemos contribuir, a fin de contribuir a la igualdad sustantiva, es dividir las tareas domésticas,  el  cuidado  de  los hijos, en caso de sufrir violencia doméstica buscar y conocer los centros de apoyo, o brindarlo cuando se tenga conocimiento que una persona cercana sufre de abuso físico o verbal.

 Otra forma de coadyuvar, es no participar en comentarios o en actos  machistas  y  racistas,  en donde se desprecie o humillen a mujeres, indígenas, miembros de la comunidad LGBTIQ, o cualquier otro miembro de comunidades históricamente marginadas.

Así como, apoyar a las candidatas mujeres contendientes a un cargo  de  elección  popular,  en donde se tomen en cuenta sus aptitudes al igual que los hombres, porque no se trata de desplazar al sexo  masculino,  si no  que  de forma equitativa se tengan las mismas oportunidades de acceder a un cargo público.

 También es importante, que en empresas tanto públicas como privadas, se dé una representación equitativa de mujeres y hombres en altos cargos, y que la remuneración por el trabajo realizado sea el mismo para ambos.

Así pues, para poder tener un panorama más amplio de la igualdad  sustantiva,  es  importante crear condiciones para avanzar hacia una democracia en donde la mujer no suela hacer grandes sacrificios profesionales, personales, familiares y estar en condiciones de desarrollarse en un estado de bienestar personal y económico a la par de condiciones que el resto de los hombres.