EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Del violín a la guitarra, el mexicano Carlos Santana construyó su carrera gracias a su rebeldía. Tras rechazar la música de su padre, comenzó su propio camino y le hizo un espacio a los latinos en el rock, hasta convertirse en uno de los guitarristas más aclamados del mundo y este miércoles cumple 75 años. “Lo que logra Santana con su interpretación de rock, jazz y sonidos latinos es romper con esa barrera de preocupación de si era mexicano, estadounidense o británico, al final de cuentas lo escuchábamos y lo hacíamos nuestro, ese es el gran valor que tiene Santana para nosotros como latinos”, asegura en una entrevista con Efe Diego Pardavé, locutor del programa de radio “Las rutas del rock”. “Escuchar el sonido de la guitarra eléctrica en el parque rebotando con las iglesias y el cielo, para mí fue como ver un platillo volador por primera vez”, dijo Santana (Autlán de Navarro, 1947) en una entrevista para la inglesa BBC en 2012 sobre el día que escuchó al guitarrista Javier Bátiz tocar en el parque Teniente Guerrero de la ciudad de Tijuana. Parado en la puerta de su casa con su violín en sus manos y su madre al lado, es como Bátiz recuerda el primer encuentro con el entonces pequeño Carlos. “Me lo dejaron aquí, después vinieron por él en la noche y al día siguiente lo trajeron en la tarde y la señora me dijo que no había dormido nada por mi culpa, porque le había enseñado los primeros pasos (acordes)”, relató Bátiz a Efe. UNA VIDA DEDICADA A LA MÚSICA El músico había llegado al norte del país a los ocho años con toda su familia siguiendo a su padre, José Santana, quien era violinista de mariachi. Ver la admiración del público por el trabajo de su padre fue lo que lo llevó a Carlos a encontrar su vocación por la música en una edad temprana, camino que lo ha llevado a seguir en los escenarios en la actualidad, pese a haber sufrido un desmayo en pleno concierto en el estado de Michigan el pasado 6 de julio. Con su violín, Santana comenzó a trabajar en el grupo de su padre en las cantinas de Tijuana, pero el ambiente de dichos espacios y la negatividad de las canciones, creó en el pequeño una aversión a la música ranchera, por lo que pese a la negativa de su familia, tomó el camino del rock junto a su maestro Javier Bátiz en la agrupación Los TJ’s. Para 1961, Santana llegó con su familia a la ciudad de San Francisco, California, la cuna del movimiento hippie, del que sería parte y que definiría su forma de entender la vida. “Santana es un migrante más que, como tantos, se van buscando lo que su país no les ofrece, oportunidades de mejorar. Tal vez en México no hubiera tenido tanto éxito, como le pasó a grandes músicos en el país que no tuvieron el escaparate que es Estados Unidos”, comenta Pardavé. “Carlos fue uno de mis alumnos más no el primero, pero sí uno de los más notables. Él se fue a Estados Unidos y allá es el país de las oportunidades, de hacer lo que quieras hacer y si trabajas muy duro lo logras, acá (México) estamos en un país en el que tienes que pelear contra todo para poder lograr algo y es muy difícil”, coincide Bátiz. LOS TRES TIEMPOS DE SANTANA Para el locutor del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y experto en rock, la carrera de Carlos se puede entender en tres etapas fundamentales. La primera en sus comienzos con la banda Santana, con quienes llegó a ser parte del festival de rock más importante de la historia, Woodstock en 1969, y donde cosecharía éxitos perdurables como “Oye como va” o “Black Magic Woman”. Una segunda etapa con su imagen como solista y su resurgimiento a finales de los 90 con su disco “Supernatural”. “Pertenece a los músicos que desde la década de los 80 han dejado de querer demostrar que tienen una capacidad de evolución. Lo que había llegado a hacer en el rock lo consiguió a mediados de la década de los 70”, relata Pardavé. Bátiz, quien no ha dejado de instruir a más músicos desde entonces, recuerda a Santana con cariño y ahora confiesa que se arrepiente de no haberlo seguido cuando este le propuso irse a Estados Unidos con él. “Yo lo respeto mucho porque ha sabido salir adelante desde adolescente, ha sabido sacar su carrera, ha ayudado a tanta gente, es un 'vato' (hombre) completo, lleno de amor y de ganas de compartir y es de lo que se trata al final de cuentas”, dice el veterano músico. Finalmente, Pardavé resalta que la influencia musical de Santana es tan grande que incluso inspiró a músicos como Rolling Stones, y que como buen rebelde, seguirá sobre los escenarios. Santana fue pionero en fusionar ritmos latinos con el género rock en la banda homónima que fundó en 1966 y, desde entonces, su figura y su música han obtenido todos los reconocimientos posibles. Entre otros, figuran el del Salón de la Fama del Rock and Roll y el de la lista de los 100 mejores guitarristas de la historia, elaborada por la revista Rolling Stone.