EFE / La Voz de Michoacán Washington. Uno de los tres hombres blancos que “cazaron” y mataron con una escopeta al afroamericano Ahmaud Arbery en 2020 fue sentenciado este lunes a una segunda cadena perpetua por una corte federal, después de haber sido sentenciado a la misma pena a comienzos de año por un juez estatal. Travis McMichael, de 36 años, fue condenado a una segunda cadena perpetua más 10 años por delitos de odio por su participación en el asesinato de Arbery, un joven negro de 25 años al que persiguió y después disparó cuando se encontraba haciendo deporte, en un caso que provocó una ola de indignación y protestas. El padre de Travis, Gregory McMichael, y su vecino William “Roddie” Bryan, quienes también participaron en el crimen, recibirán también una sentencia federal esta tarde. Ambos fueron condenados a cadena perpetua junto a Travis tras su juicio en la Corte Superior del condado de Glynn (Georgia), a comienzos de 2022. La sentencia de Travis McMichael es sobre todo simbólica, ya que la jueza de distrito Lisa Godbey falló que la pena de prisión se cumpla de manera simultánea a la ya ordenada por el juzgado estatal, que no admite posibilidad de libertad condicional. El caso de Arbery sucedió poco antes del asesinato del también afroamericano George Floyd durante un arresto de la Policía, un suceso que encendió la llama de una multitud de protestas por el racismo institucional en Estados Unidos y dio relevancia internacional al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan). La muerte de Arbery, ocurrida el 23 de febrero de 2020, pasó desapercibida durante varios meses, hasta que se filtró en internet un video que grabó Bryan con su celular y que mostraba el momento en que el joven fue interceptado por los McMichael, quienes, tras perseguirlo y acorralarlo en su camioneta, le dispararon a quemarropa con una escopeta. La muerte de Arbery dio pie a que los legisladores de Georgia aprobaran una medida que penaliza los delitos de odio en el estado, una iniciativa bipartidista que fue promulgada por el gobernador, el republicano Brian Kemp, que la celebró como una “señal de progreso”.