Jessica Bejarano busca llevar la Filarmónica de San Francisco a la comunidad

La artista asegura que está abrazando todo tipo de géneros, incluyendo la música urbana en español, para hacer «accesible y cercana» la música clásica.

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EFE / La Voz de Michoacán

Miami. Jessica Bejarano, la fundadora y directora de la Filarmónica de San Francisco, tiene una misión clara en la vida: "Que cada vez más gente como yo se beneficie del poder de la música clásica", según explica en una entrevista con Efe.

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La artista asegura que está abrazando todo tipo de géneros, incluyendo la música urbana en español, para hacer "accesible y cercana" la música clásica.

"La música salvó mi vida", destaca la fundadora de esta organización sin ánimo de lucro que busca "llevar la música sinfónica de clase mundial del pedestal al corazón de nuestra comunidad".

Recuerda rancheras como "Paloma negra" y otras que cantaba su madre, oriunda de la ciudad mexicana de Tijuana. Eran sinónimo del "gran amor" que recibió de ella.

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En la adolescencia fueron las versiones de los clásicos del pop que tocaba en la banda de marcha instrumental de su escuela como directora de campo las que la alegraron. "Cuando estaba liderando la banda era mi momento feliz", dice.

Por eso decidió dedicarse a la música, para lo que consiguió una beca. Sin embargo, fue durante sus primeras semanas en la universidad cuando escuchó por primera vez música clásica y lo que sintió fue "tan profundo" que la transformó.

Ahora, a sus 41 años, quiere pagar su deuda con la música "creando nuevas oportunidades para que públicos diferentes vivan lo mismo".

Una de esas oportunidades será el concierto "ALTA Sinfónica", en el que Bejarano dirigirá a la Filarmónica, con los artistas urbanos Snow Tha Product, Los Rakas y Óscar Cortez.

El recital tendrá lugar el 1 de octubre en San Francisco y será dirigido por Bejarano, quien se considera un "puente" entre las diferentes expresiones musicales.

"SUPERHEROÍNA" DE LA MÚSICA

La primera pieza clásica que Bejarano escuchó fue la Quinta Sinfonía de Beethoven, y "en ese momento supe que necesitaba saber más sobre música clásica y sumergirme en ese mundo tanto como fuera posible", recordó.

La cara de la conductora se ruboriza al recordar la experiencia. Poco después se le llenan los ojos de lágrimas al acordarse de su madre, quien no llegó a verla triunfar.

"Cuando mi mamá estaba en coma por un aneurisma en el cerebro, le puse el segundo movimiento del quinto concierto para piano de Beethoven, la pieza que me había enamorado. Quería que le salvara la vida a ella, como me la salvó a mí, pero murió poco después", recordó.

Bejarano abandonó la música por un año y estaba en proceso de entrar a la academia de policía cuando una de sus alumnas de piano, a las que daba clases para subsistir, le dijo que la veía "como una superheroína" porque podía hacer música.

Era algo que no había escuchado jamás. De hecho, algunos profesores universitarios hasta trataron de desanimarla de seguir en la música clásica por sus rasgos latinos, sus múltiples tatuajes y 13 "piercings".

"Yo nunca le presté atención a esas cosas, porque siempre supe quién era y el poder que tiene la música", manifestó.