Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. En los últimos 10 meses se han reportado 171 casos de violencia digital en Michoacán, informó la titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), Tamara Sosa Alanís. El envío de fotos y/o videos con contenido sexual explícito por medio de dispositivos móviles inteligentes, llamado “sexting”, es una práctica común entre las personas, especialmente entre adolescentes, que puede derivar en violencia digital, indicó la funcionaria. Detalló que las mujeres jóvenes son las principales afectadas cuando el “sexting” trasciende y genera efectos negativos, por lo que, es de especial relevancia difundir información con perspectiva de género a este sector de la población. Para sensibilizar a las juventudes en materia de derechos humanos de las mujeres y perspectiva de género, la secretaría de Igualdad Sustantiva impartió recientemente a estudiantes de preparatoria el taller “Amor en tiempo de ‘sexting’", como parte de las actividades del Mes de la Juventud que encabezó el Instituto de la Juventud Michoacana (Ijumich). Durante el encuentro con estudiantes del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (Cecytem) y del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), también se abordaron temas como la construcción de amor desde la sociedad hetero patriarcal; el violentómetro como una herramienta para identificar y prevenir las violencias contra las mujeres; concepto de patriarcado; masculinidad hegemónica; mansplaining; maninterrupting y gasligthing. Sosa Alanís invitó a las jóvenes michoacanas a comunicarse a los teléfonos de la Seimujer para atención psicológica al 443 2 30 27 82 y al 443 5 82 20 82 para atención jurídica, en caso de sufrir algún tipo de violencia. ¿Qué es el sexting? Tomarse una fotografía sexy o grabar un video erótico para la pareja es parte de una nueva tendencia que se ha desatado en las redes sociales y que pone en peligro la integridad de las personas. Sexting proviene de las palabras en inglés “Sex” (sexo) y “Texting” (envió de mensajes por medio de dispositivos móviles), práctica que ha cobrado popularidad por el intercambio de fotografías o videos en poses eróticas o de desnudos. De acuerdo con la doctora y especialista en violencia escolar Alba Luz Robles Mendoza, académica de la FES Iztacala de la UNAM, “el sexting se relaciona con deseos de exhibicionismo y afán de reconocimiento por encajar socialmente entre los compañeros. Los adolescentes que lo practican no piden un consejo u orientación sobre lo que están haciendo, –salvo entre ellos mismos–, y no miden las consecuencias de sus actos, exponiendo su integridad física y emocional”. “A diferencia de los adolescentes, los adultos que practican sexting toman medidas de seguridad como el no exponer su cara o señas particulares, y comprometer al otro a que le envíe fotografías o videos con el mismo contenido sexual que está compartiendo”. Alba Luz Robles Mendoza, académica de la UNAM Además, Robles Mendoza dijo que otro factor importante relacionado con el sexting es la perspectiva de género. El cuerpo femenino tiene una connotación de “prohibido” y al exponerlo mediante una fotografía o video, se pone en riesgo su identidad e integridad. La joven que practica sexting es una presa fácil de acoso. Aunque crea erróneamente que su fotografía está segura en su dispositivo móvil, hay una serie de cuestiones que podrían salir mal, desde perder el celular hasta que alguien lo vea “accidentalmente”. Aunque sextear es considerado una práctica voluntaria, cuando hay menores involucrados, puede tener implicaciones legales: pornografía infantil, delitos contra la intimidad, pederastia entre otros, tipificados en el Código Penal Federal. Finalmente, la experta resalta que el sexting tiene mayor incidencia durante la noche cuando los videos y fotografías se envían desde la intimidad de la recamara, por lo que es fundamental que los padres restrinjan los horarios del uso de dispositivos y vigilen los contenidos que ven los jóvenes sin violar su privacidad. Con información de Fundación UNAM