Erandi Ávalos El fin de semana pasado el Centro Cultural Fábrica de San Pedro mostró el resultado de la primera actividad de su Programa de Formación y Producción. El evento ha sido significativo no únicamente por ser el primero de estos incipientes cinco meses de actividad del CCFSP. Es ya un precedente de éxito que se está replicando con el Diplomado en Diseño Colaborativo, dirigido por el Doctor Luis Equihua, en colaboración con el Centro de Investigaciones en Diseño Industrial de la Universidad Nacional Autónoma de México, y el Taller de Ilustración de Moda, impartido por Guillermo Meraz. Todos coordinados por Lourdes Báez, quien colaboró con el Maestro Francisco Toledo, como Directora del Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca, durante una década y cuenta con formación y experiencia sólidas y versátiles y, sobre todo, con una visión de la gestión mixta de proyectos de formación, que es inédito en Michoacán y que seguramente será un ejemplo que impacte en los modelos de gestión cultural pública y privada. La calidad en el proceso de este primer proyecto refleja el alto nivel con el que se trabaja en ese lugar, cuidando con esmero cada parte, desde lo conceptual hasta lo práctico; lo que resulta en experiencias enriquecedoras para todos. Un programa muy completo, que incluyó conferencias con otros expertos como Martha Turok, Héctor Meneses y Ana Roquero. Foto: Archivo del CCFSP / Liliana Jemal y Matías Álvarez Foto: Archivo del CCFSP / Liliana Jemal y Matías Álvarez Importa mencionar que uno de los objetivos es el nutrir los grupos de manera que los participantes tengan bagajes diversos, que provengan de lugares distintos: comunidades originarias, ciudades del estado y que vengan de otros lugares del país y del extranjero. Y se logró desde este primer laboratorio, con participación de reconocidos artesanos como María Genoveva Zacari, rebocera de telar de cintura Patakua, originaria de Aranza, Municipio de Paracho, quien viene de una familia de tejedoras con gran tradición; ella menciona que ya comenzó a poner en práctica lo aprendido en el laboratorio. También compartió y recibió conocimiento Don Nicómedes Guzmán, maestro tintorero de Cachán de Santa Cruz, Municipio de Aquila. Destacó también la presencia como alumno del conservador, restaurador y curador Renato Camarillo Duque, de la Ciudad de México. Artistas, estudiantes, diseñadores, empresarios textiles, formaron un grupo que fluyó bajo la batuta de la instructora Maddalena Forcella, artista y diseñadora de textiles de origen italiano, pero ya mexicanizada hasta los huesos, quien ha estado muy cerca siempre de artesanos y tintoreros de muchos pueblos originarios, enseñando y aprendiendo técnicas tradicionales de tejido y teñido. Maddalena señala el apoyo que todo el personal del CCFSP y también de la galería Terreno Baldío, a través de Eduardo Mier y Terán, fue clave para lograr el nivel del resultado final, y con gusto comenta que ya están preparando otro laboratorio, esta vez de pigmentos a partir de materias primas naturales. El proyecto también contó con la participación de Berenice Torres, quien coordinó la realización de los libros de artista que son la memoria artística y didáctica de lo aprendido en el laboratorio. Se tuvo además la asesoría de la maestra Patricia Terán, titular del Museo e Industrias Populares de Pátzcuaro, y el apoyo del maestro Castor Estrada, director del Instituto del Artesano Michoacano. Es innegable la necesidad que existe en Michoacán de implementar modelos mixtos de financiamiento y gestión cultural y artística. Es la única manera de lograr resultados que, si bien requieren un esfuerzo tremendo por ser pioneros en este momento, sin duda darán más y más frutos en un mediano plazo, cambiando de raíz situaciones sociales negativas e impactando en el crecimiento intelectual y estético tan necesario en todo el país. Hace poco leí en el diario El País, un artículo en el que se habla de la importancia de “educar en la estética y no en el lujo”, una reflexión basada en la práctica del pionero del diseño industrial italiano, Bruno Munari, influenciado por la cultura japonesa. Pues bien, en México urge ejercer esta máxima y este Laboratorio de Tintes Naturales, y las actividades que le siguieron en el CCFSP, abonan a este noble ejercicio. ¿Por qué importa difundir el éxito de este proyecto? Porque si bien es relativamente modesto, significa el comienzo de una nueva etapa de proyectos culturales y artísticos formativos en Michoacán de muy altos vuelos. Así como ocurrió en Oaxaca, Michoacán está despegando y el Centro Cultural Fábrica de San Pedro es la punta de lanza. Observemos, apoyemos y disfrutemos de ser testigos de esta tan esperada nueva etapa. Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque glocal e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com