LA CASA DEL JABONERO | Despensas a Tijuana

Jorge A. Amaral

A Alejandra: gracias por los mejores 14 años de mi vida. Te amo, cielo.

Según reportes, hasta abril de este año había en Tijuana alrededor de 4 mil 500 michoacanos víctimas de desplazamiento forzado. Esos hombres, mujeres, adultos mayores y niños, salieron del estado huyendo de la violencia con miras, primero, a salvar sus vidas, y luego, intentar llegar a Estados Unidos. A ellos les fue arrebatado todo: familiares que nunca volvieron, su patrimonio, su tranquilidad, la felicidad y el arraigo a su tierra.

Ya desde hace meses, el gobierno del estado firmó un convenio con el de Baja California para dotar de mejores opciones a estas familias y asesorarlas en temas legales para que sigan su ruta a Estados Unidos o al menos que cuenten con una estancia más digna en una ciudad que cada vez se llena más de migrantes de México y otros países. Eso no sería necesario si acá, sin necesidad de ir hasta Tijuana, el gobierno del estado garantizara la seguridad en las zonas azotadas por el crimen organizado, que son todas en Michoacán, para que ninguna familia más tuviera que irse del estado por ese motivo.

Le comento esto porque durante esta semana, la Secretaría de Seguridad Pública organizó entre su personal una colecta de víveres para hacérselos llegar a los michoacanos desplazados en Tijuana.

“En aras de colaborar por medio de la proximidad social para que la sociedad conozca a una Guardia Civil honesta y leal”, inicia el boletín, que cierra “con acciones como estas, la SSP trabaja para contar con una Guardia digna, en favor del servicio social”.

Creo que la mejor manera en que la sociedad pueda conocer a una Guardia Civil honesta y leal no es mandando despensas a quienes por la misma inoperancia de la dependencia han tenido que irse del estado. Si en lugar de mandarles víveres, la SSP siempre se hubiera enfocado en combatir a los delincuentes de forma efectiva, miles de personas no estarían allá, en una tierra que no es la de ellos, buscando llegar a un lugar donde son vistos como indeseables por la autoridad y sin poder volver a la tierra que los vio nacer por miedo a perder más que una casa o una parcela.

Está bien que se fomente el altruismo entre los empleados y agentes de la SSP, pero que ese altruismo no sea en realidad un paliativo ante la inoperancia de las instituciones y la ausencia del Estado en las regiones de Michoacán más azotadas por el crimen organizado.

Los adoctrinados

El 29 de agosto, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, estuvo en la Facultad de Estudios Superiores de la UNAM, en la Ciudad de México. Ahí, un sujeto lo increpó recordándole aquel episodio en que se burló de un líder indígena y le dijo que el INE es el mayor enemigo de la democracia y que, además, Córdova no es bienvenido en la UNAM.

Desde el momento en que el fulanito, identificado como Alejandro Torres, dice que el INE es el mayor enemigo de la democracia, sabemos de qué va el asunto: otro morenista adoctrinado, repitiendo los mantras dictados desde Palacio Nacional. En fin, un fanático más. La respuesta de Córdova, ya acostumbrado a estos embates, fue breve y educada: “Por fortuna en la UNAM cabemos todos”.

Ahora sale el peine y se confirma lo que ya le decía: Alejandro Torres se ha tomado fotos con morenistas como Jesús Ramírez Cuevas, vocero del presidente, y Max Correa, diputado por el mismo partido.

Está bien, es un país libre y la democracia ha costado muchas vidas, sudor y lágrimas a lo largo de las décadas, además hay libertad de expresión para decir lo que pensamos, pero Lorenzo Córdova, siendo Investigador Titular B de tiempo completo en la UNAM, donde además fue coordinador del área de Derecho Electoral y ser reconocido por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como Investigador Nacional Nivel III, y también autor de varios textos sobre temas electorales, constitucionales y de teoría política, posiblemente tenga en la UNAM un lugar más asegurado que un estudiante de licenciatura, y quizá en temas académicos sea una voz más autorizada.

Pero por otro lado, la maquinaria morenista trabaja a todo vapor rumbo a las elecciones y ha demostrado gran eficacia en frentes como “Los martes del jaguar”, espacio publicitario que conduce la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien ya reveló audios del líder nacional del PRI con el presidente del INE tratándose con gran familiaridad, hablando de temas presupuestales y de respaldo partidista.

Y no, “El martes del jaguar”, aunque nos ha regalado joyitas que de otra forma quizá no conoceríamos, sólo es parte del aparato para golpear a los contrincantes políticos, como el PRI, y a aquellos que considera sus enemigos, como el INE.

Seamos francos: ¿de verdad entre los líderes de Morena y sus aliados no ha habido este tipo de conversaciones y arreglos? No seamos ilusos, recordemos que en ese partido hay gente exiliada de distintas fuerzas políticas y conocen las mañas para lograr sus objetivos.

Para cerrar este comentario: en la clase política, la corrupción, las complicidades y los cabildeos en lo oscurito, así como los acalorados debates sobre la mesa mientras bajo el mantel se acarician los pies, son tan comunes y de tradición que ya no sorprenden. Podemos esperar eso y cosas peores de la clase política en todos los niveles, y la historia no nos deja mentir. Pero en fin, de este tipo de jóvenes es de donde los partidos políticos se nutren para seguir vigentes, lo malo es que ellos serán la siguiente generación de políticos y funcionarios.

Regalo de Dios

Dijo Santana que el rock es una piscina y el jazz es un océano, que además está lleno de corrientes, a veces hay marejadas, otras veces nos topamos con oscuros abismos. Hay de todo: grandes monstruos que nos petrifican, seres que nos parecen pequeños por desconocidos pero que, al prestarles atención, encontramos texturas, matices y sonidos increíbles. Hay cosas que no se pueden digerir bien, hay otras que resultan exquisitas al primer bocado. Hay discos e interpretaciones que son una apacible playa y hay otros que llegan a nuestros oídos como un poderoso tsunami, cambiando de tajo la forma en que escuchamos la música.

En ese mar que es el jazz hay un ser que hace honor a su nombre: Deodato. Su música puede considerarse como jazz fussion, pues precisamente fusiona al jazz con el rock, el funk, el R&B y la música de orquesta.

A principios de los 70, con apenas 17 años, empezaba a forjarse un nombre como pianista y arreglista en Río de Janeiro, en el esplendor de la escena del bossa nova, pero salió hacia Estados Unidos, específicamente a Nueva York, huyendo de la dictadura militar.

En ese país rápido se afianzó como músico y arreglista hasta que debutó en el mercado estadounidense con “Prelude”, en 1973.

Con ese disco, Eumir Deodato se ganó la reputación de músico de fussion funk debido a que abre con una pieza imponente: “Also sprach Zarathustra”, una versión arrolladora y envolvente de la obra de Strauss usada en la cinta de Stanley Kubrick “2001: Odisea del espacio”.

Pero “Prelude” tiene también marcados aires de big band, como puede apreciarse en la pieza “Spirit of Summer”, y de lo que luego dio en llamarse latin jazz, por cortes como “Baubles, bangles and beads”, originalmente interpretada por Frank Sinatra con marcado aire brasileño.

Pero ese disco también nos regala una interesante lectura de “Prelude to the afternoon of a faun”, el poema sinfónico de Mallarmé que Debussy convirtió en música.

El álbum se cierra como un círculo perfecto retomando el aire funk con “September 13”, que pareciera colofón de “Así habló Zaratustra”, una extraordinaria manera de decir “bueno, este es mi disco. Lo demás depende de ustedes”.

Ese sonido nunca abandonó a Deodato, pues con uno de sus últimos trabajos, “The Crossing”, de 2010, demuestra que pese a las décadas transcurridas, su sonido no ha envejecido. Con casi 40 años de distancia respecto de “Prelude”, este disco de 2010 no presenta a un Deodato sonando como en los 70; no, es un Eumir conservando su identidad sonora en pleno siglo XXI ya que el disco, aunque maduro, ofrece un sonido fresco, joven, con el mismo vigor del Deodato veinteañero de la década de los 70.

Así que, estimado lector, mañana es lunes, los chamacos se van a la escuela y usted vuelve a su rutina. Al menos hoy sírvase lo que le guste beber, recline el asiento, cierre los ojos, mande al carajo todo y a todos y escuche a Deodato, cuya música es un regalo. Es cuánto