Gonzalo Reyes Santiago Undameo es una tenencia, la más grande del municipio de Morelia. Las tenencias gozan de cierta autonomía y autoridad y se rigen por jefaturas, que otorgan concesiones y encausan sus esfuerzos por que las poblaciones que a su vez integran el conjunto se vean beneficiadas por la injerencia y poder que a su vez gozan las ciudades grandes a que pertenecen: y en Morelia existen más de una docena de núcleos poblacionales que cuentan con los privilegios de una tenencia. Por su situación geográfica y de convergencia de afluentes fluviales que escurren de la ladera norte de la sierra madre, el asentamiento poblacional se registra desde el siglo XV, por grupos de la etnia de los Pirindas, originalmente ellos le llamaron Necotlan, que en su dialecto significa lugar de miel de maguey, posteriormente después de mediados del siglo de los 1500, cuando llegaron los frailes agustinos, cambiaron el nombre a esta población por el de Santiago Undameo. De Morelia solo dista a 13 kilómetros por el sur rumbo a Pátzcuaro, donde por ciento para voltear a Santiago Undameo, hace tanta falta un puente elevado que conecte a los automovilistas por las alturas sobre el cruce de esta tan transitada autopista afortunadamente sin cuota; y partiendo de Morelia, por el sur oriente que también delimita con esta tenencia, se tiene de vecino a la tenencia de Atécuaro y enseguida a la tenencia Morelos, por detrás más al sur de Santiago Undameo, está el municipio de Acuitzio del Canje, al oeste coincide con las tenencias de Tiripetío y la de San Nicolás Obispo. Al sur como ya dijimos demarca con la capital del estado que es la cede de los poderes que rigen para todas las tenencias que integran grandes núcleos de poblaciones a la vez. Como atractivos turísticos tienen su templo y ex convento del Señor Santiago, edificado en el siglo XVI, así como su plaza cívica; pero en los alrededores cuentan como atractivo grande la presa de Umécuaro, que es un hermoso lago de azules aguas y frías por cierto, donde los fines de semana es nutrida la visita de personas que gozan de sus bondades y comidas; el balneario de Cointzio, también está dentro de esta demarcación territorial, donde brotan aguas minerales y donde nacen los grandes manantiales que abastecen a gran parte de Morelia: El Rio Grande nace de los escurrimientos de su sierra y da forma a la imponente presa de Cointzio, construida en la década de 1930-40. Así como el embalse de Loma caliente, donde los turistas pasan a disfrutar de los aires de montaña: y se cuenta con la zona arqueológica y la ex hacienda de, y en Tirio. La cuenca del lago de Cuitzeo, por su parte sur, la conforma a su vez la sub cuenca de Morelia, que deriva de la ladera más al sur de la sierra madre: y uno de los afluentes más importantes y que mantenían con abundantes cantidades de agua al milenario lago o laguna de Cuitzeo, lo constituye El Rio Grande de Morelia, que a su vez se une con El Río Chico, el mismo que viene de un poco más al sureste de esta misma cuenca de la serranía del sur, pero antes de juntarse ambos ríos casi en el centro de Morelia; el Grande, se forma más al suroeste en territorios de Santiago Undameo y por los arroyos de Tiripetío, el de Santa Rosalía y el arroyo de Tirio, así como otros escurrimientos de manantiales y de aguas de la sierra; por la carretera a Pátzcuaro existe otro atractivo más que últimamente lo han comenzado a visitar y que es el gran hueco en La Estancia, de una cantera que se explotó hace años y que ahora da lugar a otro lago que se ha formado y que permanentemente sostiene niveles de agua aceptables durante todo el año y que es visible al borde de la autopista. El clima que prevalece es el templado al frio de entre 20 a 10 grados en promedio por la cordillera sur, pero en la parte alta de la serranía incluso llega hasta a nevar y el ejemplo es el famoso Cerro de Nieves, que colinda con Acuitzio; la altura promedio de Santiago Undameo o donde está la tenencia es de 2020 metro sobre el nivel del mar y cuando cae la lluvia esta es muy persistente. Las coníferas de montaña predominan en los altos paisajes, pero en la parte de abajo entre un matorral subtropical aún existe el endémico zapote mexicano y considerado en peligro de extinción, así como los magueyes de diversas especies y para el mezcal, pero el más popular es el de la producción de pulque. Y la fauna está integrada por conejos, armadillos, coyotes, tortugas, serpientes, tlacuaches, liebres y algunos pequeños felinos. Santiago, fue impuesto como nuevo nombre por los frailes agustinos que de alguna manera llevaron el progreso en sus haciendas de Tirio, Santa Rosalía y la de La Estancia, que hasta principios del siglo XX estuvieron en funciones. Y Undameo, se conservó como prefijo de las lenguas matlazincas, que significa Lugar Donde se Juntan Tres Ríos y que son los que ya hemos nombrado y que dan lugar al Río Grande de Morelia. Otros acontecimientos históricos, además de la gran antigüedad de esta población es que, en el seno de la Provincia Agustina de San Nicolás de Tolentino, hace tanto tiempo y en la Hacienda de Santa Rosalía, el 13 de diciembre de 1773, nació el sacerdote Insurgente José María Guadalupe Salto, que al lado de don José María Morelos y Pavón, jugó un papel destacado en la guerra de independencia y es quizás por este motivo que en la tenencia de Santiago Undameo, se profese una gran devoción patriótica. Por eso es que, durante el aniversario del natalicio del Generalísimo, del 30 de septiembre, realicen sus más tradicionales y grandiosas fiestas de carácter popular. Y precisamente estas fiestas patrias dieron lugar a otra gran tradición de Santiago Undameo, sus jaripeos de octubre, los más grandes que se recuerden desde hace tanto tiempo y porque los realizan al borde de la gran autopista donde tienen una espectacular y gran plaza de toros, que año con año cobra vida con el esplendor del más grande de los acontecimientos del México contemporáneo y con carácter histórico, con casi 500 años de antigüedad, El Jaripeo. Hace más de 45 años, cuando con mi papá don Julio, surcábamos aquellas carreteritas delgadas y serpenteantes, tuve la oportunidad de asistir a esos jaripeos de octubre, donde todo el esplendor ranchero se vivía a plenitud con tantos de hombres montados a caballo esperando su oportunidad para entrar al ruedo y mostrar sus cualidades como manejadores de los bravos toros que llevaban para derribarlos y ponérselos al jinete en turno, donde el gusto mexicano solo de mostrarse como un valiente y dominador del ganado impulsaba a los hombres a jugarse la vida ante la vista de los presentes que reconocían al héroe que doblegaba un toro y que a su vez condecoraban las reinas. A la par que, en la plaza Monumental de Morelia, ya se realizaban los más espectaculares jaripeos de paga, acá en Santiago Undameo, durante los primeros días de octubre, pasando la fiesta del 30 de septiembre, los jaripeos eran gratis y abiertos a todo público. Además por la gran afición e influencia de estos señores de por acá, que le dieron lustre a la historia del jaripeo que como escaparate y negocio comenzaba a forjarse, baste recordar que de estas tierras salió en primer gran toro de esos que dejan huella y que ningún otro los puede igualar, El Ranchero, un toro que escribió grandes epopeyas en los jaripeos que en plazas grandes comenzaban a cobrar expectación al adentrarse en las ciudades, como el caso de Morelia, en Celaya, en Uruapan y otras grandes plazas pioneras a donde don Pablo Cedeño, llevaba este imponente toro de Santiago Undameo, y que posteriormente comprara para dar simiente a los ahora toros legendarios de La Pionera. Para su época, fue considerado como el mismo demonio y quien sabe… porque a la fecha ningún toro ha realizado lo que El Ranchero hizo, que por su bravura y acometividad, dando la más fiera de las peleas a los señores de a caballo en el ruedo, en una embestida al terminársele el espacio, no le quedó más remedio que brincar y fue tan poderoso el impulso que llevaba, que llegó a los asientos a casi tres metros de altura y que para fortuna de los que lo vieron, entre los que estaba presente esa tarde en la Monumental de Morelia, mi papá don Julio Reyes, si no es por el cable de contención, el toro se sube a las gradas y como anécdota ese cable en medio del graderío de sombra y en la barrera de primera fila aún sigue doblado por el peso del Ranchero. Hace 50 años de esta Azaña, donde simplemente este gran toro negro mulato y golondrino, de una alzada impresionante de casi dos metros a la cruz causara sensación y verdadero terror en las plazas; este toro fue de Santiago Undameo; posteriormente para gloria y grandeza de Santiago Undameo, que dejó su marca en la historia grande del jaripeo de carácter profesional, surgieron los hermanos Aguilar, de quien por cierto aun sobrevive el señor don Memo Aguilar. Quienes contribuyeron a la grandeza y expansión del espectáculo, al ser los primeros en trasportar el estilo de la Plaza Monumental a otras localidades; cuando no tuvieron fechas disponibles en la gran plaza moreliana, con todo el empeño y frenesí y con el elenco de toros, jinetes, lazadores a caballo, caporales y banda, se fueron a la antigua plaza La Aurora de Nezahualcóyotl y a la Rancherita, a llevar el jaripeo como en Morelia se hacía y causaron tanto impacto que su nombre brilló con luz propia y sus toros que ahora son leyenda y recordados en todo el mundo antiguo del jaripeo, como El Barranqueño, El volador, El Zorrillo, El Cadete, El Gallito y tantos y tantos otros más que ofrecían una fortuna al jinete que les quedara, pero que en realidad eran un gran peligro. Todos esos toros se han producidos en las laderas de la serranía de Santiago Undameo, donde la gente se empeña en los trabajos del campo, en la agricultura y en la ganadería, donde los resultados han sido de entusiasmo para el jaripeo, como cuando en los jaripeos más duros del país figuraba la ganadería Cañada del Toro, que dirigía Joaquín Ballesteros, quien hizo una selección de los mejores toros de esta demarcación y que ante las espuelas más bravas de los jinetes del sur, impusieron condiciones con ejemplares como El Oso, que se dio uno de los mejores agarrones ante el suicida jinete Chicano de Tilzapotla, en el torneo de Coyuca de Catalán, en el que resultó campeón este torazo. El Gran Marquiz, El Azadón, Centella, Golondrino, Payaso… bueno una lista grandiosa de toros los llevaba a los mas bravos jaripeos La Cañada del Toro y muchos eran de los criadores de Santiago Undameo, que ahora cada uno cuenta con el nombre propio de sus ganaderías. Tantas que han surgido en aquellas templadas tierras elevadas y surcadas por gruesos correderos de agua cristalina, simplemente a últimas fechas tenemos a La estrella, la ganadería de Jorge Rodríguez, que dio los más grandes cañonazos a todas las ganaderías del país y en los más fuertes jaripeos de espuelas bravas; pero otros ganaderos se han mantenido en pie de guerra y después de reforzar a otras y hacer que sobresalieran con sus toros en los últimos años, el señor Gerardo Herrera, una vez que han crecido sus hijos, se decidieron y le dieron identidad y nombre a sus toros que durante todas su vida han estado presentes en el jaripeo con otras ganaderas. Este brioso rebaño es La Sangre Nueva de Los 3 Hermanos y si vamos al pasado los nombres de sus grandes toros que dejaron huella estarían presentes en nuestra memoria, nacidos y criados en los campos de Lo 3 Hermanos, antes sin denominación, pero ahora la historia cambia y con todo el entusiasmo, ya están dispuestos a mostrarse a lo grande en estos jaripeos de octubre y el día uno juegan con más ganaderos del rumbo en el segundo de los jaripeos, que se extenderán durante los días de la primera semana del mes que viene y que les seguiremos la huella a estos jaripeos que como siempre viene cargados en calidad, tal como ahora se pide para los grandes espectáculos que desde siempre se han venido haciendo cada año en las fiestas grandes de Santiago Undameo.