Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El Día Mundial de la Prevención del Suicidio (DMPS), que se celebra anualmente el 10 de septiembre, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene el objetivo general de crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo El tema del DMPS 2022 es “Crear esperanza a través de la acción” y refleja la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública. A decir de la OMS, “todos nosotros, familiares, amigos, compañeros de trabajo, miembros de la comunidad, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios políticos y gobiernos, podemos tomar medidas para prevenir el suicidio”. El objetivo de conmemorar este día es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo. Para ello, los organismos internacionales se han trazado como objetivos la promoción de la colaboración de las partes interesadas y el autoempoderamiento para abordar las autolesiones y el suicidio a través de acciones preventivas. Esto se busca mediante el desarrollo de capacidades de los sistemas de salud y otros actores relevantes, difusión de mensajes positivos e informativos dirigidos a la población en general y grupos en riesgo como los jóvenes, y facilitando un debate abierto sobre la salud mental en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo. También se anima a las personas que están contemplando el suicidio o se ven afectadas por él a que compartan sus historias y busquen ayuda profesional. Y es que los datos son alarmantes, ya que en 2019, 97 mil 339 personas murieron por suicidio en la región de las Américas, y se estima que 20 veces ese número puede haberlo intentado más de una vez. Se dispara la problemática en Michoacán En los últimos diez años en Michoacán el fenómeno del suicidio ha crecido un 120 por ciento, con repunte importante en los años de pandemia ante la falta de una política pública en la materia, personas que han buscado atención mental no han podido encontrarla lo que derivado en pérdida de vidas. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el 2011 en la entidad se registraron 150 suicidios; diez años después, 330 muertes por esta causa reflejan un amplio crecimiento de este fenómeno que afecta principalmente a varones Boris González Ceja, coordinador de la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario, expone que existen ideas erróneas en torno a que las personas que se suicidan no buscan ayuda o no presentan señales que ayudan a buscar la atención adecuada. Factores de riesgo El suicidio es un problema complejo en el que interviene todo tipo de factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos. Se han determinado algunas causas que influyen en las conductas suicidas: En los niños y adolescentes influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, enfermedades mentales, la pérdida de un ser querido, la depresión, aislamiento social, abuso de drogas y alcohol. Para las mujeres y hombres suponen un factor muy importante las relaciones con otras personas, la violencia doméstica o el estrés en el ámbito de la familia, aunado a las enfermedades mentales, abuso de alcohol y drogas, entornos familiares problemáticos. Los estudios señalan que en el grupo de edad de las personas mayores cuentan especialmente factores como la depresión, el dolor físico a causa de una enfermedad, el aislamiento social y familiar. No obstante, cada persona vive un universo concreto que habría que analizar para determinar cómo ayudarle a superar la etapa por la que está pasando y evitar las conductas suicidas. Señales de alerta No siempre se puede saber si alguna persona de nuestro entorno inmediato está pensando en el suicidio, pero hay algunas señales de alerta que pueden hacer sospechar: Habla acerca del suicidio o expresa frases como “desearía no haber nacido”, “quisiera estar muerto” o similares.Intenta obtener medios para hacer efectivo el suicidio.Retraimiento extremo.Cambios de humor.Preocupación por la muerte.Sentir impotencia y desesperanza ante una situación.Abuso de alcohol y drogas.Cambios en la rutina normal.Hacer cosas autodestructivas e imprudentes.Despedirse de las personas como si fuera a ser definitivo. Si observa algunas o varias de estas señales, trate de hablar con la persona, ofrezca su ayuda y anímela a pedir ayuda a profesionales.