LA CASA DEL JABONERO | Araceli y los 40 diablillos

Dice la alcaldesa de Salvador Escalante que en caso de emergencia, en una escuela es difícil que un maestro controle a 40 niños, y por eso, para resguardar la seguridad tanto de ese docente como de los 40 presuntos infiernitos, mejor que estén en sus casas el 19 de septiembre

Jorge A. Amaral

Con los temblores de esta semana han surgido algunos de nuestros grandes temores, pero tampoco ha faltado la comedia involuntaria. Desde aquellos que sostienen que hacer simulacros sólo atrae más temblores por esa mafufada llamada “ley de atracción”, pasando por quienes “decretan” que ya no tiemble, como si las placas tectónicas estuvieran al pendiente de lo que un neohippie con dinero y tiempo libre tenga que decir. Tampoco faltaron los que, a partir de la coincidencia que se enmarca en el 19 de septiembre, armaron toda una serie de teorías que ya quisieran los autores de ciencia ficción.

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Pero entre los personajes que se llevan las palmas de la semana está la alcaldesa de Salvador Escalante, Araceli Saucedo Reyes. Resulta que ante la coincidencias en la fecha y dados los daños en escuelas y hospitales, la presidenta municipal salió a proponer que ese día sea considerado de asueto, y para ello ya se alista para presentar la iniciativa ciudadana ante el Congreso del Estado.

Cuando la presidenta puso su ocurrencia en su cuenta de Facebook, los comentarios no se hicieron esperar e incluso llegó a ser nota nacional. Pero ante tales reacciones y viendo que había sido una tarugada, lo obvio era que esa publicación se retirara, pero como para la exdiputada local era cosa seria, no paró ahí, sino que la alcaldesa defendió su postura en los comentarios diciendo que, en caso de emergencia, en una escuela, por ejemplo, es difícil que un maestro controle a 40 niños, y por eso, para resguardar la seguridad tanto de ese docente como de los 40 escolapios y presuntos infiernitos, mejor que estén en sus casas el 19 de septiembre. Ya ve usted que en las casas no tiembla ni hay riesgos.

Es verdad, en un edificio lleno de empleados, en una escuela llena de alumnos, en una iglesia llena de feligreses, hay más riesgo en caso de temblor o incendio, huracán, caída de meteorito, invasión alienígena, apocalipsis zombi o manifestación del FRENAA, pero precisamente, como los temblores no pueden predecirse ni evitarse, no podemos saber en qué momento sucederán ni con qué magnitud llegarán.

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Me extraña de una funcionaria que ya ha estado incluso en el Congreso del Estado, se supone que no cualquiera llega a una curul estatal ya que esos 40 personajes (los diputados, no los hipotéticos demontres incontrolables) son los que definen los rumbos del estado, y por ello resulta escandaloso el puntacho de la hoy presidenta municipal, quien al parecer no sabe, y sus asesores no le han dicho, que justamente para eso son los simulacros que se hacen cada 19 de septiembre: para aprender a manejar una emergencia, tanto las autoridades y cuerpos de emergencia como la ciudadanía, entre quienes están ese maestro que no puede controlar a 40 torbellinos en el salón de clases.

La presidenta, en su calidad de autoridad municipal, en lugar de andar ideando, debería reforzar los esquemas de prevención de desastres en su municipio, con cuerpos de bomberos y Protección Civil bien capacitados y equipados. Araceli Saucedo debería hacer, como gobernante de un territorio, que en cada escuela, oficina de gobierno y establecimiento comercial se cuente con todas las medidas de protección civil: extintores, salidas de emergencia bien definidas, zonas seguras en caso de sismo, dictámenes actualizados en cuanto a revisión de estructuras e instalaciones y, por su puesto, personal bien capacitado en diferentes temas, como primeros auxilios y conocimientos para saber qué hacer en caso de una emergencia, ya sea por incendio o un desastre natural, y en esto va la capacitación a los directivos de escuelas y maestros, para que ese profesor del que habla de alcaldesa sepa cómo preparar a los 40 infiernitos a su cargo y que los peques sepan cómo actuar cuando se les dice “no corran, vamos a la salida, no empujen”, en lugar de salir todos gritando, histéricos y corriendo por sus vidas.

Pero ahí no para la cosa, porque Araceli Saucedo, en entrevista con el portal respuesta.com.mx, todavía el jueves insistía en que presentará su iniciativa ante el Congreso del Estado “con otros aspectos sobre la cultura de la prevención y no se trate solamente de un día de descanso”, como si tal cosa no existiera.

A ver, me imagino que la alcaldesa, habiendo sido diputada, quedó acostumbrada al reciclaje de iniciativas, de proponer cosas que ya están normadas o de plano poner iniciativas inútiles sólo por aparentar productividad legislativa. Pero ya no tiene que hacerlo, a menos que en su municipio se gobierne de esa manera, lo cual ignoro y no me atrevería a afirmar ni negar. Le comento esto porque eso de “con otros aspectos sobre la cultura de la prevención y no se trate solamente de un día de descanso”, ya está en la ley desde 2001, con el decreto por el que se estableció el Día Nacional de Protección Civil, a conmemorarse cada 19 de septiembre, en parte para recordar a las víctimas del sismo que con sus réplicas dejó devastada a la Ciudad de México, pero también para reforzar las tareas en materia de prevención, que es justo lo que Araceli Saucedo quiere hacer.

El decreto fue emitido por el entonces presidente Vicente Fox y fue publicado justamente el 19 de septiembre de 2001 (http://www.repositoriodigital.ipn.mx/handle/123456789/5700). Entre las consideraciones, destaca que en México se empezó a poner énfasis en la protección civil a partir de los terremotos de septiembre de 1985, “ya que en esa ocasión se puso de manifiesto la necesidad de contar con un instrumento administrativo de cobertura nacional que permitiera integrar y coordinar la respuesta de todos los sectores sociales en caso de presentarse nuevos desastres”.

Lo anterior hizo que el gobierno federal estableciera el Sistema Nacional de Protección Civil y el Programa de Protección Civil, lo cual quedó asentado en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1986 para establecer coordinación entre la Federación, los estados, el entonces Distrito Federal y los municipios, tanto para tareas preventivas como para auxiliar a la población y atender daños. Esto quedó más amarrado cuando, el 12 de mayo del 2000, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General de Protección Civil. 

Cuando Fox decretó el Día Nacional de Protección Civil, se hizo atendiendo al Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, en el que se trazó el objetivo de que el sistema de protección civil no fuera sólo reactivo, sino también preventivo, “con la corresponsabilidad y participación de los tres órdenes de gobierno, población y sectores social y privado”, y esto incluye la escuela donde ese maestro del que Araceli Saucedo dice que no puede controlar a los 40 aguerridos infantes.

Como última consideración del decreto, señala que “la Comisión Permanente del Congreso de la Unión emitió un acuerdo el 22 de agosto de 2001, en el que solicitó al Ejecutivo federal que el día 19 de septiembre de cada año, fecha en que se conmemoran los sismos del mes de septiembre de 1985, sea considerado Día Nacional de la Protección Civil, así como que se realicen simulacros de evacuación en las dependencias del gobierno federal”.

Ya de ahí se desprende que ahora los simulacros se hagan en todos los municipios del país. Me imagino que en Salvador Escalante también se hizo, y por eso Araceli Saucedo vio que el profe no podía con esos 40 demontres.

Además, supongamos que ese día nadie trabaje ni vaya a la escuela, ¿qué le garantiza a la alcaldesa que el 19 de septiembre va a volver a temblar y que será en horas hábiles? Mejor que verifique los cuerpos de Protección Civil de su municipio, que en las dependencias se sepa qué hacer, que la población esté bien concientizada y preparada, incluidos esos 40 pequeños demonios.

Por cierto, ¿cómo anda Salvador Escalante con su Atlas de Riesgos? El único que encontré es de 2011, algo añejo, pero me imagino que lo tienen bien actualizado y completo, de lo contrario no le daría tiempo a la alcaldesa de andar descubriendo la fórmula del agua tibia. Es cuánto.