EFE / La Voz de Michoacán Nueva York. El Lincoln Center de Nueva York, una de las instituciones culturales más importantes de Estados Unidos, cedió el foco este sábado a una historia olvidada a su sombra: la del humilde pero vibrante barrio negro y latino que su construcción destruyó el siglo pasado. "San Juan Hill" (La colina de San Juan), una de las primeras víctimas de la gentrificación en la ciudad, recibió un conmovedor y original homenaje en el estreno de la sala David Geffen, el nuevo hogar de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, que reabría tras una reforma multimillonaria. Para la ocasión, la entidad encargó una obra al compositor y trompetista de jazz Etienne Charles, que buceó en su historia e hizo, junto a su sexteto Creole Soul y la Filarmónica, un recorrido por los sonidos de jazz, swing, funk y salsa de aquellas calles enterradas bajo el complejo, que incluye el Ballet y la Ópera. Y no solo eso: en una gran pantalla proyectó en blanco y negro imágenes de archivo y entrevistas a antiguos vecinos que recordaron la vida en San Juan Hill, donde crecieron iconos musicales como Thelonious Monk y más adelante se sucedieron disturbios raciales de los que los afroamericanos solían ser culpados. En un momento estelar, una voz narradora relató que en 1959, cuando la última de entre 7.000 y 8.000 familias afroamericanas y puertorriqueñas abandonó el barrio, se dieron todos cuenta de que el proyecto de "desarrollo" ideado por el urbanista Robert Moses había sido, en realidad, un proyecto "destructor". Con esa reivindicativa declaración, el inusual conjunto musical desplegado en el escenario se lució con una enérgica pieza de jazz titulada "Destroyer" (Destructor) que combinó los timbales, "scratches" de DJ -trajeado y con partitura- y saxofón de la banda con los instrumentos clásicos de la prestigiosa orquesta local. Entre las viñetas del concierto destacaron "Riot 1905", sobre un choque entre negros y blancos; "The negro enchantress", sobre una trabajadora sexual que llegó a ser la mujer negra más rica; o "House rent party", la última, un exuberante divertimento de aires caribeños que puso a la sala en pie para una larga ovación. Ante un público tan diverso como el talento responsable del espectáculo, con espectadores de lujo como el maestro Chucho Valdés, el compositor Etienne Charles abrazó al director de la orquesta, Jaap Van Zweden, y señaló que la historia que contó hoy no es única, sino que hay otros San Juan Hill a lo largo de EUA. El interés del Lincoln Center por recuperar la historia de este barrio de clase trabajadora desplazado en nombre de la modernización parece no acabar con el concierto que se repetirá esta noche, ya que ha creado un portal sobre los "Legados de San Juan Hill" que espera ir alimentando con contenidos. Además, la institución ha incidido en que quiere acercar la cultura a todo tipo de audiencias y ha instalado fuera de la sala una enorme "pared digital" que retransmite en directo y gratis algunas actuaciones, mientras que cobrará "la voluntad" o regalará entradas de muchos espectáculos de la temporada que comienza. En ese sentido, la organización destacó que la reforma del David Geffen Hall tenía un doble objetivo: el de dar a la orquesta un espacio digno después de años de problemas acústicos, y hacer que el propio edificio en el que se aloja fuera más "un lugar público" que un "templo de la cultura aislado".