REPORTAJE | Mujeres en contra del canon patriarcal

Karla Cerriteño, Mara Rahab Bautista, Nektli Rojas y Yuri Bautista hablan sobre la literatura escrita por mujeres
(primera de dos partes)

Víctor Rodríguez Méndez

En un país como México en el que la desigualdad impera en muchos órdenes sociales, es un hecho tangible —aunque aún insuficiente— que en los años recientes las mujeres han logrado elevar su voz para ser escuchadas y para expandir su participación en la vida pública. En este contexto, la literatura es un espacio que aun en épocas recientes ha sido dominado por hombres, sin embargo, las listas de publicaciones de libros escritos por mujeres cada vez es mayor, así como los espacios de talleres de escritura y círculos de lectura organizados por y para mujeres que permiten visibilizar aún más su labor creativa.

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Así, hay quienes afirman que en México la literatura escrita por mujeres vive una de sus etapas más propositivas y, aún más, creen que es el tiempo propicio para reivindicar la labor y legado de las escritoras en la literatura. En esta entrega, Karla Cerriteño Chávez, licenciada en Literatura; Mara Rahab Bautista López, egresada de Lengua y Literaturas Hispánicas; Nektli Rojas, licenciada en Letras Hispánicas y maestra en Filosofía de la Cultura, y Yuri Bautista, licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, cuatro mujeres muy ligadas al quehacer literario desde Morelia, comparten sus reflexiones acerca del estado actual que guarda la literatura escrita por mujeres en Michoacán y Morelia, particularmente.

De entrada, Mara Rahab Bautista se muestra reticente a hablar de “literatura escrita por mujeres”, porque, dice, “hay quienes dicen que no debería hacerse la diferencia, sino hablar, simplemente de literatura”. Sin embargo, la directora general de El Traspatio —proyecto de promoción y fomento del quehacer editorial independiente y de literatura en Morelia— apunta que en el camino de este género artístico las mujeres han quedado rezagadas “en el sentido de ser menos publicadas, por lo tanto menos leídas, comentadas y reseñadas; han tenido menos premios, menos reconocimientos y se estudian menos en las escuelas”.

Karla Cerriteño, licenciada en Literatura

A la pregunta de cómo advierte el panorama actual de la literatura hecha por mujeres en México y en Michoacán, Nektli Rojas es muy puntual: “Gracias a las luchas de los feminismos se está visibilizando la escritura de las mujeres en todo el mundo”. Karla Cerriteño Chávez cree por su parte que existe una apertura “notoria y necesaria, sin duda”. Para la licenciada en Literatura Intercultural por parte de la ENES-Morelia, si bien hay varias autoras que a nivel nacional e internacional son reconocidas por su escritura, “aún es un círculo muy marcado, al que sólo se entra si hablas de ciertos temas o perteneces a cierto nivel socioeconómico, aunque tal vez lo perciba así porque es un determinado sector editorial el que marca este tipo de discurso en sus publicaciones”.

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Yuri Bautista ve, también, el campo muy fortalecido. “Las mujeres siempre hemos escrito, no obstante, se nos ha publicado poco y, por lo tanto, leído poco. El canon literario es misógino, atiende la jerarquía y nunca es inclusivo, decide qué leer y qué no, qué es literatura y qué no. Suele poner en el altar a hombres privilegiados, heterosexuales, blancos. Por eso, tanto en la industria editorial como en la academia lo que vemos mayoritariamente son autores masculinos”.

Escritora, tallerista, profesora y correctora de estilo, Yuri Bautista esgrime que las mujeres, así como las infancias y las adolescencias, “salimos del canon, que en la actualidad se esté leyendo y editando a mujeres no es fortuito”. En coincidencia con Nektli Rojas, para ella los movimientos feministas y las luchas de mujeres organizadas  les han permitido salir del ámbito privado al público. “Esto se traduce en que nuestra escritura también salga del espacio doméstico. Ha sido una labor colectiva de lectoras, escritoras, editoras, libreras, académicas, gestoras, etcétera, que ha promovido que se escriba, publique, difunda, estudie y hable de nuestras literaturas”.

Mara Rahab asegura que a partir de la creciente visibilización de las escritoras en ámbito literario “se han hecho varios esfuerzos por emparejar, como en todos los otros aspectos de la vida en que hay desigualdad”. Se muestra entusiasmada, añade, porque “las estudiantes pidan leer a más mujeres, porque descubrimos que salimos de la escuela y leímos a hombres y a muy poquitas mujeres”.

Éste, agrega, es un fenómeno que se ha dado a partir de la sororidad, lo que equivale a “leernos unas a otras, reseñarnos y recomendarnos, estas acciones hormiguitas han tenido efectos mayores y hay ahora este sentir de acompañamiento en el que las mujeres no tienen que pasar solas para salir de esas micro violencias que se generaban”.

Temas y géneros

A la pregunta de cuáles son los temas principales que percibe actualmente en las escritoras, Nektli Rojas —quien ha publicado cuentos, artículos, entrevistas, reseñas y poemas en varios medios— responde: “Se dice que los temas de esta escritura son la familia y las experiencias femeniles. Es cierto, pero las mujeres escriben de todo. Hay una discusión acerca de si el texto refleja o no el género de quien lo crea. Por ejemplo, se dice mucho que Fernanda Melchor (Temporada de huracanes) escribe como hombre. Es una discusión abierta”.

Mara Rahab Bautista se resiste de pronto a hablar de temas en específico, “porque no las he leído todas”, señala. Sin embargo, arriesga a decir que esos temas “pueden ser la familia, la relación con la maternidad, con la hijitud y con el mundo, con el cuerpo como el ente que nos atraviesa por la violencia, sobre todo. Creo que siempre han sido nuestros temas, sólo que han estado callados”.

En cuanto a temas asiduos e importantes, para Yuri Bautista —creadora del proyecto Sonámbula, en el que a partir de círculos de mujeres promueve el diálogo, la especulación, la lectura de autoras y la creación de textos— se encuentran el feminicidio, el abuso sexual en las infancias, la desaparición forzada, la familia como primer espacio donde se sufre violencia, los contextos de narcotráfico, marginación y violencias del Estado. Abunda al respecto: “Las dictaduras del siglo pasado en Latinoamérica siguen teniendo eco en la actualidad. Abundan, entre muchos otros, los temas empoderadores de las mujeres, como son la sororidad y la colectividad, así como el aborto, la menstruación, las relaciones entre mujeres. Es muy común también la crítica tanto al patriarcado como a las masculinidades, que tienen un gran recorrido desde sor Juana [Inés de la Cruz] y sus «hombres necios», hasta hoy en día con textos como los ensayos de la antología Tsunami”.

Karla Cerriteño señala que a partir de sus recientes lecturas ha podido percibir el predominio de la necesidad o el interés por abordar cuestiones del ámbito de lo íntimo/privado, “algo que considero muy oportuno en tiempos en los que acabamos de salir de un confinamiento que nos hizo ver muchas cosas en nuestro día a día y que no necesariamente están bien o no pueden darnos una buena convivencia con los otros”. La coordinadora del espacio Cescritoras desde su fundación en 2018 también percibe que las autoras ofrecen una mirada “más íntima y rica de éstas y otras situaciones que nos trastocan, como es la violencia”.

Agrega: “Esta capacidad tan limpia y bien trabajada de abordar estos temas se lo retribuyo a que, como mujeres, nos han enseñado que debemos permanecer en la periferia. Este silencio impuesto, me parece, ha dado lugar a que podemos pensar/reflexionar más sobre lo que vemos y sentimos, algo que sin duda se ve reflejado en la escritura de las autoras”.

Yuri Bautista —escritora de cuento, poesía y ensayo— cree que las mujeres escriben en todos los géneros, así como textos híbridos y otros nacientes. “Las mujeres siempre hemos escrito en el ámbito de lo privado, a pesar de que la educación se nos ha sido negada en la mayoría de los contextos a lo largo de la historia. Por eso, en gran medida, géneros muy utilizados son los que surgen dentro del espacio íntimo como el diario, la carta, la poesía”. Para ella estas formas han permitido a muchas mujeres iniciarse en la escritura.

Se explaya apuntando hacia la “larga tradición de escritura periodística de mujeres” que tuvo su auge durante la Revolución Mexicana y que “sigue en nuestros días”, dice. Yuri resalta al cuento como un género que en general en Latinoamérica tiene gran relevancia. “Muchas de las referentes que tenemos han desarrollado gran parte de su pluma en este rubro, como Elena Garro, María Luisa Bombal y Silvina Ocampo. Otro género que tomaría en cuenta y que se ha encontrado en apogeo es el ensayo y muy concretamente el ensayo feminista. Pensemos en Rosario Castellanos”.

Más aún, agrega Yuri, la ficción especulativa “tiene una larga tradición en la escritura de mujeres en México”, dice. “Tenemos las figuras emblemáticas de Amparo Dávila, Inés Arredondo, Guadalupe Dueñas, Adela Fernández, Gabriela Rábago Palafox y sor Juana Inés de la Cruz. Lo fantástico, la ciencia ficción, el horror, lo maravilloso, han sido lugares muy utilizados por las mujeres para hacer denuncia social, plasmar nuestro imaginario, explotar y explorar la creatividad o simplemente para representar la realidad desde otros ángulos alternos al realismo. Es bien sabido que Elena Garro es precursora del realismo mágico, por ejemplo. Las escritoras hemos tomado la especulación para hacer reflexión existencial y filosófica, para plasmar el diálogo interior, las sensorialidades, los trastornos mentales, los divertimentos, los espacios abstractos y poéticos”.