Sandra AguileraLa mejor época del año para mí sin duda, es a inicios de diciembre, y no por lo que representa la Navidad o el fin del año, sino porque sucede uno de los más grandes acontecimientos en el mundo de la literatura: la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la segunda feria literaria más importante, después de Frankfurt, Alemania. Es en Guadalajara donde diez días al año, convergen la palabra, la poesía, el debate y las ideas que permiten a todos los amantes de los libros, respirar mejores mundos posibles. Este año, la filóloga y escritora española Irene Vallejo participó del ya tradicional programa “Mil jóvenes con…”, foro que en otras ediciones ha tenido a escritores como Paul Auster, Rosa Montero o Salman Rushie por mencionar algunos, y ahí compartió su pasión por las culturas antiguas: Grecia y Roma. ¿Cómo eran los primeros libros?Quizás el libro sea el invento más relevante de la humanidad, y en un raro ensayo de más de 400 páginas sobre la invención de los libros en el mundo antiguo, Irene Vallejo nos conduce por estos pasajes faraónicos, recorriendo desiertos, acompañando a cazadores y mercenarios en busca de estos primeros dispositivos del conocimiento, raros tesoros que fundaron la Biblioteca de Alejandría. “El infinito en un junco” fenómeno editorial del 2019, ha ganado todos los premios internacionales de ensayo, ha sido traducido a 35 idiomas y publicado en más de 50 países. ¿Cuál ha sido su paso desde el primer papiro conocido, hasta el libro de luz que podemos disfrutar hoy en una tableta electrónica? Mil jóvenes con…En el punto de reunión anual para los lectores de todo el mundo, en que se ha convertido la FIL, el impacto de las palabras que Irene comparte, nos permite imaginar mundos inexistentes, proyectados a partir de su fantasía y descubrimiento sobre los clásicos. A pesar de vivir años duros y difíciles en su niñez y juventud, esta “niña excéntrica” está donde quería estar, haciendo lo que siempre soñó, y de eso se trata la literatura que como ella misma asegura, “la ha salvado después de tantas puertas cerradas en las narices, y una suerte de tanta terquedad en la esperanza”. Irene Vallejo se aferró al entusiasmo por las cosas que extrañamente amaba y queda demostrado en su pasión por traer al presente a aquellos griegos que, dejan de ser simples nombres ajenos a nosotros: Enheduanna, Homero o Safo.Mil jóvenes con Irene Vallejo en la FIL: https://www.youtube.com/watch?v=oPIEueQ7lt4