Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ansiedad, depresión y trastornos mentales en general incrementaron hasta en 40 por ciento en el estado de Michoacán. Los efectos de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) siguen cobrando factura a la salud mental de millones de personas de este estado. A casi 36 meses de que se dio a conocer la crisis internacional y de que se detectó el primer caso en Michoacán de la COVID-19, así como las consecuencias de cierres, confinamientos y otros percances, las cifras reales sobre las consecuencias de su contagio siguen siendo inciertas, además de las problemáticas generadas a la salud mental a raíz de la pandemia. En voz del doctor Boris González Ceja, presidente de la Asociación Mexicana Psicología y Atención Comunitaria, el panorama es complejo debido a que en muchos de los casos incluso los ciudadanos desconocen los síntomas y los efectos que trae consigo un cuadro de depresión o de ansiedad, sino hasta que ya son muy graves. Se estima que hasta 50 por ciento de la población padece algún tipo de desorden psicológico y en muy pocos casos se atiende. Lo anterior ha derivado en complicaciones a través de la violencia, las adicciones y en el caso más fatal, en los suicidios. De acuerdo con el especialista, casos de pacientes recuperados de cuadros graves de COVID-19 tienden a experimentar episodios prolongados de pánico, depresión, ansiedad y otros efectos negativos en el corto y largo plazo. Asimismo, solamente en Michoacán se estiman más de 15 mil muertes reales por la pandemia (con datos del INEGI), lo cual representa más miles de hogares enlutados por la pérdida de uno o más seres queridos en un corto periodo de tiempo. Tras calificar a este problema de trastornos depresivos como “la otra pandemia”, el doctor González Ceja exhortó a las autoridades sanitarias locales y federales a mejorar los sistemas de reacción y atención médica en todas las regiones del estado. Advirtió, a pesar de los intentos la atención sigue centralizada en las grandes ciudades del estado, específicamente en Morelia. “Según datos del INEGI, depresión y ansiedad se elevaron en un 40 por ciento. Estamos en un problema, estamos hablando de que ciudades enteras tienen hasta un 50 por ciento de población con problemas de ansiedad, imagínate los problemas de violencia en las casas y en las calles. El problema es que la pandemia nos agarró desprevenidos en el tema de salud mental”, precisó. Desde secuelas físicas y mentales por la enfermedad, procesos de duelo prolongado por la pérdida de seres queridos, pérdida del empleo, estrés y ansiedad se han manifestado en una gran cantidad de ciudadanos en los últimos meses. A nivel municipal y estatal se han detectado y advertido sobre el incremento de los casos de suicidio e intentos de suicidio derivado de condiciones y problemas de salud mental. En Michoacán, durante el pasado 2022 se han reportado más de 300 suicidios los que se registraron, siendo Morelia el punto con mayor incidencia. ADELANTARON CONSECUENCIAS, NO HUBO RESPUESTA Desde el inicio de la contingencia sanitaria por la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud advirtió a todos los países sobre las repercusiones que trae consigo el padecimiento y la contingencia sanitaria como tal la salud mental de millones de ciudadanos. El periodo de confinamiento por sí solo desbordó los problemas de ansiedad, depresión, violencia intrafamiliar, así como problemas económicos en cientos de miles de familias. Entre las principales causas del repunte en los casos de depresión de los michoacanos, se situó a la pandemia como el primer generador de pobreza, desempleo, violencia, incertidumbre y otros aspectos. Han pasado casi 3 años desde que la pandemia arribó a Michoacán, periodo en el que confinamiento obligatorio, cierre de actividades, despidos, el mismo proceso de la enfermedad e incluso la muerte de miles de personas repercutió en la salud mental de los ciudadanos. Año con año, se tenía un registro al alza de hasta un 5 por ciento de pacientes con cuadro clínico de depresión. A la cifra anterior, se le debe considerar que, por cada paciente atendido, al menos otras 4 personas no buscan ayuda por falta de conocimiento. No obstante, también especialistas han referido que la cifra de problemas de salud mental a nivel estado ya tenía una tendencia natural de crecimiento al menos desde el inicio de la década pasada, por lo que las estrategias de salud mental implementadas para la actual administración estatal estarán siendo consideradas como prioritarias.