Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Incremento en los costos de los materiales de construcción, inflación, crisis económica y otros factores cimbran la adquisición de vivienda en el estado de Michoacán, de acuerdo con la versión de la Canadevi. A los trabajadores ya no les alcanza, a pesar de la disponibilidad de los créditos inmobiliarios y programas como el Infonavit. Los precios de vivienda horizontal superan los 850 mil pesos en esquema de interés social (incluyendo en los fraccionamientos alejados del Centro), lo cual rebasa la capacidad de adquisición de la mayor parte de la base trabajadora en Michoacán. Las opciones a las que se reduce la adquisición de vivienda es a los pisos en desarrollos verticales que actualmente oscilan en los 450 mil y 600 mil pesos. A pesar de la disponibilidad no son del agrado de muchos morelianos, que siguen viendo los departamentos y condominios como segunda opción y prefieren tener una casa como tal. Actualmente en la ciudad de Morelia solamente el 10 por ciento de la vivienda se encuentra inmersa en el esquema de desarrollo vertical, en torres de hasta 6 pisos que aminoran el impacto del costo de suelo y otros gastos. PISOS VERTICALES, OPCIÓN En voz de Roberto Santillán Ferreyra, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda en Michoacán (Canadevi) el panorama en lo local es complejo tanto para los trabajadores que buscan hacerse de una propiedad como para los desarrolladores de vivienda. Las cifras del año pasado refieren que a pesar de que existen más de 475 mil beneficiarios de créditos Infonavit, de acuerdo con la cantidad debidamente registrados con prestaciones sociales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). “Únicamente 60 mil se animaron a ejercerlo para hacerse de un hogar propio, el resto no quieren o no les alcanza”, según sentenció el empresario, si bien en realidad se trata de un número alto de créditos activos, algo que también ha constatado el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). “Ha habido también en el tema de la vivienda para los derechohabientes del Infonavit que no les alcanza el dinero, la única manera ahorita es que sea vertical para lo que les alcanza, para tener casa de 450 mil pesos es sólo vertical. Ha emigrado a esto, en horizontal la más barata es de 800 mil pesos y es por el costo de los materiales, la inflación, etc”, manifestó el representante de las desarrolladoras e inmobiliarias en el estado de Michoacán. Solamente en términos de inflación e incremento de los costos de construcción, la vivienda se encareció hasta en un 40 por ciento en los últimos dos años, mientras que incluso la tasa de desempleo y la inestabilidad económica internacional también abonaron al escenario de incertidumbre que agobia actualmente a los trabajadores. En voz de Santillán Ferreyra, buscarán junto con las autoridades federales, estatales y del Infonavit mecanismos para hacer factible, accesible y solvente el acceso a la vivienda. “Estamos viendo que mecanismo encontramos para que les alcance a los trabajadores, para que tengan vivienda horizontal, no alcanza a dar lo que les prestan. En Michoacán del Infonavit hay 475 mil derechohabientes con capacidad de tener calificado un crédito, pero de esos solamente 60 mil lo adquirieron, imagínate el tamaño del déficit”, manifestó. DEL SUEÑO A LA PESADILLA El desarrollo inmobiliario sin criterios de urbanismo, servicios, tejido social y humanidad convirtieron el sueño de miles de familias de tener un hogar propio, en una auténtica pesadilla. Hogares a bajo costo, alejados de la mancha urbana y carentes de servicios se volvieron en un lastre para miles de trabajadores que incluso abandonaron sus casas. En Michoacán se tienen identificadas al menos mil 200 viviendas que, tras haber sido compradas con años de trabajo y esfuerzos de ahorro, fueron abandonadas por sus propietarios porque “sale más caro” pagar transporte y costear la falta de servicios básicos. Desarrollos como Misión del Valle han visto sucumbir los sueños de vivienda de los trabajadores por la política “neoliberal” trazada a través de los proyectos habitacionales de sexenios pasados. Durante las últimas dos décadas, las desarrolladoras de viviendas han sido calificadas como las responsables de una gran parte del crecimiento irregular de las zonas urbanas. Tiempos de traslado de hasta dos horas, descomposición del tejido social por el prolongado tiempo de separación de las familias por razones económicas e incluso la falta de vialidades que lleven a la zona urbana han sido denunciados por miles de trabajadores, tanto de Morelia como del interior del estado.