Nearshoring, o fabricar cerca del mercado de destino, una gran oportunidad para México

La estrategia de relocalización cercana reduce costos, permite un mayor control, mejora las cadenas de suministro y fortalece a los aliados comerciales

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El nearshoring es una oportunidad histórica para México con miras a tener el ‘boom’ económico más importante del siglo. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha impulsado este mecanismo que plantea reubicar la producción de empresas estadounidenses en regiones cercanas, así como las de otros países que buscan estar cerca de sus principales mercados de consumo en el extranjero.

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El esquema significaría que México no sólo evitara la desaceleración económica que se prevé para este año, sino que su Producto Interno Bruto (PIB) crecería por el orden de los 4.0 puntos porcentuales a partir de 2024.

Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM) coincide con la visión de especialistas sobre esta oportunidad de negocios, la más importante desde la puesta en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994.

Se trata, explica, “de una estrategia del proteccionismo que acelerará el nuevo marco de las relaciones comerciales regionales”, es decir, hacer frente a la maquinaria china como un bloque norteamericano que dependa en lo mínimo posible de las importaciones de otras zonas del planeta. Bajo esta idea México sería el más beneficiado en cuanto a atraer inversiones e industrias para aprovechar las ventajas que se tienen para transportar y colocar mercancías en el mercado más grande del mundo: el norteamericano.

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El nearshoring también se conoce como “relocalización cercana” y “es un mecanismo de externalización de activos mediante el que una empresa transfiere procesos o plantas de producción a países terceros localizados en destinos cercanos geográficamente al mercado que desean abastecer”.

El gobierno de Estados Unidos, por ejemplo, tiene lista una partida que ronda los 53 mil millones de dólares para establecer fábricas de chips y semiconductores en territorio mexicano o canadiense para así abastecer a toda la región y que no se repitan escenarios como los que se arrastran desde 2020 y que han golpeado a los sectores de computadoras, consolas de videojuegos, aparatos electrónicos y hasta automotores.

La estrategia de relocalización cercana, asevera Gil Corona, reduce costos, permite un mayor control, mejora las cadenas de suministro y fortalece a los aliados comerciales.

El también investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) expone que México cuenta con ventajas naturales para el nearshoring para atraer industrias americanas o de otras latitudes que deseen ingresar al mercado estadounidense.

En primer lugar, el T-MEC, que le abre directamente el comercio con Estados Unidos y Canadá, naciones que además son naciones muy próximas y se tiene conectividad vía terrestre, marítima y aérea.

También citó la mano de obra calificada, la pirámide demográfica joven, el precio competitivo de la energía en la región, así como aranceles bajos para productos de importación y exportación que pudieran requerirse en las industrias que se establezcan.

Sobre el fenómeno en sí, detalló que después del rebote económico mundial reportado en 2021 (tras la fase crítica de la contingencia sanitaria de COVID-19), las principales economías avanzadas y emergentes empezaron a desacelerarse por efectos de la pandemia, la guerra en Ucrania y el aumento de las tasas de interés de referencia de los bancos centrales.

“Lo cierto es que en este complejo marco económico mundial estamos asistiendo a una fase de desglobalización en el que emerge un nuevo capítulo de proteccionismo que recaerá en bloques comerciales regionales”, aseveró, como el bloque que actualmente integran los países firmantes del T-MEC.

De acuerdo con el Banco Internacional de Desarrollo (BID) el nearshoring representaría unos 35 mil 300 millones de dólares anuales como mínimo para México, siendo obviamente la franja fronteriza la región más demanda para invertir.

Actualmente, cerca del 81% de la producción automotriz de exportación se concentra en 12 zonas metropolitanas del norte de México, incluyendo Tijuana, Hermosillo, Chihuahua y Monterrey, recuerda Gil Corona.

En la región Centro-Bajío-Occidente son Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro, Jalisco, San Luis Potosí y Zacatecas los estados que concentran una alta cifra de fábricas de equipo original (OEM).

Finalmente, Puebla-México-Veracruz, “que han atraído a fabricantes internacionales de autopartes, elevando su participación en la cadena logística y de proveeduría del sector con corredores industriales destacados como el de Toluca-Lerma”.

El gobierno estatal actualmente trabaja para posicionar a Michoacán, que gracias al puerto de Lázaro Cárdenas y la conectividad vía tren se asoma como un polo regional de desarrollo para el nearshoring con ventajas geográficas y logísticas que no se tienen en ninguna otra región.

Sectores que serían detonados

  • Industria automotriz y autopartes
  • Aeroespacial
  • Industria textil
  • Industria de dispositivos médicos y farmacéutica
  • Electrónica y electrodomésticos
  • Energías renovables
  • Tecnologías de la información y la comunicación (TIC)