Roza y Quema | No temer al arte contemporáneo; Así es crear, exponer y comprar piezas de arte en Morelia

Karla Andrea Iñiguez Gómez

Roza y Quema, Laboratorio de Procuración y Cosecha de Procesos Artísticos es el segundo laboratorio pedagógico coordinado por Aberrante, proyecto de arte contemporáneo que nació a inicios del 2020, y que está conformado por los artistas y gestores culturales José Luis Arroyo Robles y marco López Valenzuela.

En un primer momento, Aberrante fue concebido como un espacio en el que ambos artistas, recién egresados de la carrera de Arte y Diseño de la ENES, pudieran exponer su propia producción, en respuesta a la falta de oferta expositiva en la ciudad de Morelia para el arte contemporáneo, que, según Arroyo Robles y López Valenzuela, se debe, en parte, a la tendencia regional a considerar toda la producción artística actual, ya sea gráfica, escultura o pintura, como arte contemporáneo, malinterpretando el concepto como “lo que se produce en este tiempo”, en vez de considerarlo una corriente artística. Dice Arroyo Robles: “Desde Aberrante suscribimos a la visión del arte contemporáneo como una práctica más holística, que reúne distintas disciplinas para abordar una inquietud de quien está creando y que no se ciñe a la producción en el estudio y el taller, si no que también alcanza sitios públicos, de investigación académica…”

Así mismo, López Valenzuela considera que otro de los obstáculos principales para el desarrollo del arte contemporáneo en la ciudad es la falta de mercado para el mismo: “Hay muy poco mercado, sólo para artistas específicos, en realidad para lxs artistas emergentes es mucho más complicado porque no hay una cultura de compra de obra, la gente no está acostumbrada a comprar piezas de arte aquí, pero también cambiar esas cosas es parte de la chamba que nos toca a todxs como generación”.

Atlas Semper Construens

Es desde estas inquietudes que nació el primer capítulo de su programa expositivo, “Atlas Semper Construens”, en el que Arroyo Robles y López Valenzuela entablaron un diálogo en torno a sus experiencias cohabitando el mismo hogar y cómo esto afectó sus prácticas artísticas. Unos meses después, decidieron desarrollar su segunda exposición “Aproximación abierta. Cuatro maneras de hablar” en el que ya incluían a otros artistas invitados. Nos cuenta Arroyo Robles: “El segundo capítulo se volvió en algo a lo que invitamos a otrxs amigxs, trabajamos algunas exposiciones colectivas ya después de eso y retomamos un poco a pensar en nuestras prácticas individuales, es decir, no olvidar ese detonante inicial que fue el exhibir nuestro trabajo propio como artistas”.

Muy pronto, por medio de la experiencia y el trabajo como asistentes curatoriales de ambos artistas en la XIV Bienal FEMSA, así como la obtención de apoyos como el que el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC) ofreció en los primeros meses de la pandemia por COVID-19, Aberrante se convirtió en lo que es ahora, un proyecto que busca propiciar la independencia financiera de los artistas, curadores, gestores y todos aquellos que se dedican al arte, con dos ejes muy importantes, el expositivo y el pedagógico. Dice López Valenzuela: “Una de las grandes vocaciones de Aberrante es, no precisamente subsanar, porque tampoco creemos que lo hagamos, es complementar formaciones profesionales y abonar a la profesionalización del sector artístico cultural en Michoacán. Tratando de cumplir eso empezamos a desarrollar laboratorios en los que podamos compartir un poco de lo mucho o poco que sabemos y que nosotros hemos aprendido en la práctica”.

            El primer laboratorio pedagógico de Aberrante se desarrolló durante el 2021, titulándose “Laboratorio de Enfrentamientos Utópicos” (LEU). Con apoyo de la anterior administración de la Secretaría de Cultura de Michoacán y patrocinado por Fundación FEMSA y Fundación JUMEX, contó con el acompañamiento de distintos artistas, gestores, investigadores y curadores reconocidos nacional y estatalmente, como Daniel Garza Usabiaga, Esteban King, Nuria Montiel, Juan Carlos Jiménez Abarca, Ireri Huacuz y Alfredo Mendoza, entre otros. Al finalizar las sesiones con los talleristas, los siete artistas seleccionados compartieron los proyectos que desarrollaron a lo largo del programa por medio de la exposición “Refracción de memoria”, en Casa Taller Alfredo Zalce.

Roza y Quema

Roza y Quema: Laboratorio de Procuración y Cosecha de Procesos Artísticos es el actual laboratorio pedagógico de Aberrante, que retoma a cuatro de los artistas seleccionados en el LEU: José Ángel Molina “Makam”, Ernesto Giagopello Hortal, Ámbar Azaena y Tania Tovar, todos ellos artistas emergentes que desarrollan su práctica artística en Morelia.

            Este proyecto, además de involucrar el acompañamiento curatorial y de producción de López Valenzuela y Arroyo Robles, cuenta con el financiamiento del Patronato de Arte Contemporáneo (PAC) y el apoyo pedagógico de distintas artistas y gestoras invitadas próximas a anunciar, que estarán dando retroalimentación a los cuatro artistas.

Además de tener planeada una exposición final en el Museo Regional Michoacano, Roza y Quema tiene previstas varias activaciones expositivas intermedias, de las cuales ya tuvo lugar una, el pasado diciembre, a manos de José Ángel Molina, “Makam”. Explica López Valenzuela: “Las denominamos cuarto de proyectos y consisten en que lxs artistxs puedan mostrar y socializar los avances de sus proyectos de manera en que el público que los visite pueda darles retroalimentación, que se entienda como algo en proceso y no nada más la exposición que se inaugura y ya después no sucede nada”.

Artistas de Roza y Quema, primera parte: MAKAM

José Ángel Molina Espinoza, “Makam” es uno de los artistas que forman parte del segundo laboratorio pedagógico de Aberrante. Nacido en la Ciudad de México, Makam reconoce tres ciudades en las que ha vivido como lugares importantes para él y su práctica artística: CDMX, Taxco y Morelia.

            Para Roza y Quema, Makam explora su relación con estas tres ciudades con el proyecto de arte participativo “Nada está escrito en piedra” que parte de la revisión transdisciplinaria de tres murales de la artista Marion Greenwood: “Mercado de Taxco” (1933), ubicado en Taxco, Guerrero, “Paisaje y Economía de Michoacán” (1934), en el Colegio Primitivo y Nacional de la UMSNH, y “Los alimentos y su distribución sobre el canal de la viga” (1935), en el Mercado Abelardo Rodríguez de la CDMX.

            Su cuarto de proyecto, que desarrolló durante el diciembre pasado en el Museo Regional Michoacano, en el Centro Cultural Universitario de la UMNSH y en el Colegio Primitivo y Nacional, consistió en una serie de charlas en las que Makam y los asistentes, además de dialogar desde una óptica contemporánea sobre la vida y obra de las hermanas Greenwood, compartieron alimentos como corundas, pastel, café y mezcal: “En este proyecto lo que más me interesa son las interacciones de las personas, es decir, sí hay obra para exponer, pero lo que más me interesa es lo que pasa cuando juntas a las personas y platican y conviven (…). Las pláticas que se dan en museos o galerías suelen ser más rígidas; la comida, que también puede ser un tipo de ritual permite conectar a las personas y tener un dialogo más amable”.

            Uno de los intereses latentes en la práctica artística de Makam es el de encontrar nuevas maneras de acercarse al público y lograr mayor accesibilidad del público en general al arte contemporáneo: “Estos conversatorios tienen la intención de sacar un poco el arte del museo, las galerías y los espacios culturales y llevar la discusión a públicos con los que generalmente no se encontraría. En el caso de la prepa uno hubo una interacción con los alumnos, que son quienes conviven día a día con el mural, y una invitación de que fueran a la plática y aportaran sus puntos de vista al mural (…) el arte tiene algo que decirle a cada persona en particular y no hay nada sentado, cada opinión es válida”.

            Desde esta inquietud, Makam busca llegar a públicos nuevos por medio de la exploración de diversas técnicas: “Ahorita encontré que en redes sociales lo audiovisual es una herramienta mucho más poderosa que pinturas de caballete, a veces haciendo obras para museos o galerías estás haciendo arte para la gente que visita esos lugares (…) ahora lo audiovisual puede llegar a públicos que a veces no están tan cercanos al arte y que se lo pueden topar incluso por casualidad”.

            Makam hace hincapié en la importancia de programas como Roza y Quema, pues crean oportunidades para que los artistas emergentes de la ciudad desarrollen su práctica con el arte contemporáneo en mente: “Estos conversatorios son muy ricos en cuanto a generar nuevas propuestas de vincular el arte con la comunidad, sin embargo, si no hay recursos para llevarlos a cabo, logísticamente es muy complicado. Se agradece mucho que existan proyectos como Aberrante, porque significa que se puede pensar también fuera de los lineamientos que existen en cuestión de producción económica: es muy diferente como artista pensar una obra para venderla que para realmente acercar a otro tipo de publico”.

            Por último, el artista invita al público a no temerle al arte contemporáneo: “El arte contemporáneo también te permite generar nuevos diálogos y pensar que no todo está dicho y que siempre puede haber nuevos comentarios acerca de algo que ya se piensa que está en el pasado”.

Facebook: Aberrante
Instagram: @aberrante.mx
José Luis Arroyo Robles: @selbor.esoj
Marco lópez valenzuela: @marcolopezlit
Makam: @el_makam

Karla Iñiguez, egresada de la Facultad de Letras de la UMSNH. Ha sido tallerista, ponente y conferencista local y nacionalmente en temas de feminismo y diversidad sexo-genérica. Desde el 2020 se desempeña como gestora y difusora cultural en distintas instituciones públicas y privadas. Instagram: karlainiguezg