Horacio Erik Avilés Martínez* Durante este arranque de 2023 transcurren tres procesos cruciales para el futuro de la educación nacional y la michoacana en particular. La tarjetización y la federalización de la nómina educativa michoacana. En la visita del presidente de México a Michoacán, se anunció que hay un avance del 85 por ciento en el pago por vía bancaria de la nómina magisterial. Aún es insuficiente para concretarse la federalización de la nómina, por la carencia de mecanismos de control de los pagos realizados, trabajador por trabajador. Pero, el saneamiento de los recursos humanos en el sector educativo sí será un gran punto de inflexión en su efectividad, en su transparencia y ejemplaridad. Dimensionemos: con más de 80 mil trabajadores de la educación, en quienes se invierte más de la tercera parte del erario estatal, al menos 27 mil son sostenidos por las finanzas estatales, las cuales reciben apoyo federal mediante la partida U-080, que es como se ha solventado contingentemente la situación. Pero, derivado de ello, el dinero que se eroga sin fiscalización es aprovechado por las cúpulas sindicales, personajes que son fácilmente rastreables por usted bajo el principio de la no ubicuidad, es decir, que cuando se encuentran en otras labores, en marchas y movilizaciones necesariamente están imposibilitados de acudir a devengar su salario. En ese punto es en el cual la exigencia de la tarjetización abona a la federalización, pero no la termina de resolver. Entonces, el aprovechamiento de este 2023 en el avance del proceso será clave para sanear las finanzas estatales en el más amplio sentido del término. Más aún, recordemos que, el proceso de federalización de la nómina educativa michoacana está anunciado como un estudio de caso que, en su momento de conclusión, servirá como modelo de política pública para replicarse en las demás entidades federativas. Entonces, el laboratorio que constituye el proceso de federalización en materia de transparencia, rendición de cuentas y financiamiento del gasto educativo tiene trascendencia nacional. Los procesos de ingreso al servicio profesional docente. Esta semana se emitieron las convocatorias para que quienes deseen ingresar al servicio profesional docente en el país y en Michoacán en particular participen en el proceso. Nuestra entidad cumplió al respecto, lo cual abona a la gobernabilidad en el rubro. Ahora bien, con los pésimos antecedentes de abusos, corrupción y manoseo burocrático de las convocatorias de años pasados, resultará muy importante que en esta ocasión se respete irrestrictamente el proceso y no haya ni casos particulares beneficiados, ni tampoco pisoteo de derechos ni exclusión de ganadores, como tristemente ha ocurrido en centenares de ocasiones, las cuales se encuentran plenamente documentadas. Muchas de ellas han llegado ante los órganos internos de control, a los medios de comunicación y a los tribunales. Todavía en procesos recientes realizados bajo el comando de la Unidad Estatal del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros se suscitaron muchas inconformidades. Es momento de que se marque la diferencia plena y el rigor del mérito sustituya a la discrecionalidad y a la corrupción en esos aspectos. En caso contrario, se contratarán personajes sin vocación, perfil, experiencia ni convicción para ejercer el magisterio, siendo padecidos por al menos 30 generaciones de estudiantes, por la inamovilidad que generan en cuanto logran su base y sindicalización. La disputa por los libros de texto gratuitos en México. Llama mucho la atención cómo adviene una disputa intensa por los libros de texto en el país. Esta semana se mantuvo el tema en agenda pública fuertemente en medios nacionales. Lo anterior solamente refrenda la magnitud del fragor de esa batalla. Por ejemplo, se cuestionó que, en un borrador filtrado a los medios de comunicación, en un libro para el maestro se recomiende leer principios de economía política, bajo un enfoque marxista. Ciertamente, criticar un borrador de cualquier material es injusto; pero más aún, habiendo estado tantos años en el debate la importancia de conocer sobre finanzas personales, por qué ahora no habría de tratarse temas tan trascendentes como el origen de la riqueza, la distribución del ingreso, el bienestar, el desarrollo humano, la pobreza, sus tipos, la marginación, sus terribles consecuencias y la manera de combatir semejantes flagelos. Por supuesto, cualquier trabajador de la educación, como persona ilustrada que es por antonomasia, puede elegir cuáles libros leer o no. Incluso el presidente de México dio réplica al respecto. Lo importante es que la intensidad de la disputa que vendrá puede inferirse fácilmente a partir de la virulencia de los intercambios. Es un hecho que se va a complejizar aún más el proceso de construcción de libros de texto por al menos los siguientes factores: Los intereses económicos, los cuales también pueden estar jugando un factor importante para que el tema se esté colocando en la agenda pública nacional, porque el diseño, edición, impresión y distribución de los libros de texto en México es un mercado inmenso, de más de mil quinientos millones de pesos al año. Tradicionalmente, eran licitados. Pero todo indica que, en esta ocasión, quien desarrollará esta labor será un grupo de expertos educativos coordinado por las autoridades federales. La politización que se suscitará en torno a ello, la cual parece incrementarse segundo a segundo, toda vez que los intereses de cara a las elecciones de este año y el próximo motivan que los actores políticos usen de ariete el tema, tanto a favor como en contra del proceso que se está desarrollando, el cual deberá indefectiblemente de concluirse en agosto de este año, con la entrega de los libros en todas las escuelas del país. Al respecto, los rencores de disputas previas seguramente acrecentarán la refriega. Ante ello, es importante sí exigir resultados, pero no permitir se pretenda establecer ganancia política de un proceso donde los derechos de las generaciones en formación están de por medio. La personalización de los ataques contra el funcionariado, donde ya se ha pasado de la línea consistente en cuestionar las ideas y acciones de ellos, dirigiéndose hacia su persona, su nombre, su nacionalidad o las universidades en donde estudiaron. Nada de ello es novedoso en nuestra nación, donde resulta común que haya funcionarios con ascendencia extranjera o formados en universidades del exterior. Llegar al ad hominem habla mucho de la situación que se vive al respecto. Mientras tanto, los maestros, el personal directivo y con funciones de supervisión, el de asistencia y apoyo a la educación, así como la estructura de mandos se encuentran prácticamente imposibilitados de avanzar por su propia cuenta. Los Consejos Técnicos Escolares y los Talleres de Formación Continua no han satisfecho las expectativas de los participantes, precisamente por la falta de material previsto en tiempo y forma, siendo en sí un verdadero objeto del malestar y en donde se debería centrar la demanda social. Mientras tanto, el tiempo es un factor muy escaso para lograr buen término de esta misión. Esperemos que se resuelva a plena satisfacción de los intereses superiores de las generaciones en formación en la nación, así como se construya una ruta estructural de análisis y mejora continua de los libros de texto gratuitos, para que sean el magisterio, los expertos y los académicos quienes propongan los mejores contenidos posibles en beneficio del derecho a aprender de la niñez y la juventud mexicanas, porque no podemos permitir se convierta en otra arena de disputa este proceso. Centremos la exigencia: los libros de texto deberán de responder a criterios epistemológicos, pedagógicos, didácticos, disciplinares y culturales muy específicos que permitan maximizar el aprendizaje en los estudiantes, bajo los enfoques presentes en las líneas generales del modelo educativo denominado-Nueva Escuela Mexicana. Es decir, si se logra que los libros reflejen el estado del arte de los contenidos disciplinares y sean herramientas didácticas amigables y valiosas, estaremos dando un salto importante al respecto. En contraste, desear o propiciar el fracaso en el proceso mencionado a las autoridades educativas es impulsar el inmovilismo y el rezago en la vivencia de derechos para los hijos de los mexicanos. Por ello, establecer debidamente una ruta de consulta participativa y un sistema de gobernanza que arrope y vigile el proceso es una alta misión que está en manos del funcionariado. Tristemente, en Michoacán de Ocampo ya conocemos las consecuencias de contar con libros de texto anacrónicos, pésimamente editados, sin consultas participativas de por medio y carentes de cientificidad. Durante dos décadas se han suplantado los libros de texto gratuitos y los resultados están a la vista en los indicadores de permanencia y aprendizaje escolares. Lamentablemente, nuestra incapacidad de organizarnos y movilizarnos para exigir se dignifiquen los materiales educativos que se entregan a nuestros hijos, así como la sordina gubernamental ante tales hechos han propiciado que, a la fecha, se sigan empleando libros paralelos, sin validación alguna y con una red de lucro subyacente. En suma, lograr que el sistema educativo estatal sea transparente en el ejercicio de los recursos, que cuente con los mejores profesionistas disponibles en el mercado laboral actual y que, a su vez, reciba los materiales educativos que garanticen los derechos de la niñez y la juventud son tres grandes retos que durante este 2023 se dirimirán en nuestro contexto territorial. Sí, tienen que ver mucho con las decisiones que se tomen desde la Federación, pero no somos actores inermes ante tales situaciones. Mucho podemos hacer a través de nuestros representantes populares para que se concrete la federalización de la nómina educativa, para que por fin haya en Michoacán un proceso de ingreso al magisterio ejemplar y para que se tomen en cuenta las opiniones, recomendaciones, necesidades y propuestas de las comunidades educativas michoacanas en la conformación de los libros de texto gratuitos, así como también se impulsen medidas procesales que permitan la participación constante, sana y profunda en la mejora continua de los materiales educativos. Es claro que, de alcanzarse el éxito en estas tres medidas, la educación michoacana podrá recibir un revulsivo que cambie tendencias, indicadores y mejore el porvenir de millones de estudiantes, maestros y sus familias. El futuro está en el aire, no debe de permanecerse pasivos ante tres situaciones estructurales: exijamos al ejecutivo estatal y a los legisladores actúen defendiendo el interés superior de la infancia de hoy y de las próximas décadas. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles *Doctor en ciencias del desarrollo regional y Director General de Mexicanos Primero Capítulo Michoacán, A.C.