Salvador García Espinosa Hace algunas semanas se anunció por parte del Gobernador de Michoacán, el proyecto para construir un nuevo anillo periférico metropolitano en Morelia, desde ese momento el tema ha constituido una noticia. Sin embargo, más allá de considerar que “toda obra es buena” la construcción de esta vialidad con una longitud de poco más de 87 kilómetros demanda un análisis pormenorizado de sus implicaciones. No debe pasar desapercibido que el planteamiento de un nuevo anillo periférico se da precisamente cuando el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Morelia 2022-2041, se encuentra en consulta. De aquí que convenga destacar que dicho documento es contundente al señalar que “El patrón de crecimiento de la ciudad de Morelia muestra fragmentación y baja densidad, que puede llegar a condicionar la sostenibilidad del Municipio si se sobrepasa la capacidad de su territorio.” El PMDU 2022-2041, basa la anterior afirmación con base en datos duros de la realidad urbana “En el 2000 la densidad poblacional era de 65.6 habitantes por hectárea, pero a lo largo del tiempo ha disminuido; en 2020 se tiene una densidad de 60.2 habitantes por hectárea”, que esconsiderada por el propio Programa como baja. En términos prácticos se trata de comprender que Morelia es una ciudad muy extendida debido a su dispersión urbana. Hablar de dispersión urbana, invariablemente implica referirse a baldíos, debido a que su presencia dentro de la ciudad implica que se incrementen los gastos en la distribución de agua, alumbrado público, la recolección de residuos. Es fácil imaginar que, a menor número de viviendas por hectárea o por kilómetro de tubería, la prestación de servicios se vuelve menos ineficiente y por lo tanto más costosa. Sin duda es alarmante que el PMDU cuantifique la existencia de 33,112 predios baldíos que en conjunto suman 2,915 hectáreas, de los cuales 8,417 baldíos (467 ha.) se encuentran en zonas consolidadas, es decir, cuentan con servicios de agua potable, drenaje, pavimento, alumbrado público, transporte, etc., y en el área perimetral de la ciudad se ubican 25,695 predios que en conjunto suman 2,448 ha. Algunos de los postulados urbanos más destacados señalan que una ciudad compacta es más sustentable, este principio ha dado sustento a la autorización de proyectos de densificación en muchas colonias de la ciudad, pues para nadie es desconocida la sustitución de viviendas unifamiliares por edificios de 4 o 5 niveles de oficinas o departamentos. Aunque pareciera una estrategia optima, el problema se presenta en el colapso de la infraestructura instalada, que en su mayoría fue diseñada para un menor número de viviendas y al ver incrementada la densidad, comienzan los problemas de abasto de agua potable, la saturación del drenaje, saturación de vialidades como áreas de estacionamiento y finalmente las obras para resarcir el daño las realizará el H. Ayuntamiento con los siempre escasos recursos públicos. En contraposición, se ha permitido la construcción de desarrollos habitacionales cada vez más alejados del área urbana y por lo tanto, se incrementa la presencia de predios baldíos y sus implicaciones inherentes corresponden a la movilidad urbana que invariablemente implican altos costos para los usuarios, extensos tiempos de traslado que disminuyen el tiempo de convivencia familiar o de descanso, así como el impacto ambiental derivado de la cantidad de vehículos automotores que hacen posible la movilidad de la población. Lo relevante del caso, es que Morelia no ha definido cuál será su política para conducir el desarrollo urbano de la ciudad, los datos nos llevan a considerar que lo mejor sería incentivar la densificación de la ciudad, propiciar la ocupación de predios baldíos. Esto daría como consecuencia la posibilidad de absorber el crecimiento poblacional sin necesidad de extender el área urbana. El Programa de Ordenamiento Territorial de la Zona Metropolitana de Morelia señala que para el periodo a corto plazo 2020-2025 se tendrá un requerimiento de suelo urbano de 1,576.54 hectáreas con base en el crecimiento poblacional de 89,598 nuevos habitantes de la Zona metropolitana de Morelia, considerando la densidad máxima identificada en áreas urbanas es de 112.24 hab/ha. El mismo Programa Metropolitano señala que para cubrir el requerimiento de demanda de vivienda se requerirán en el corto plazo de 26,292 viviendas requeridas. Aquí lo relevante es que el PMDU registra que 61,254 se encuentran deshabitadas. Saque Usted sus propias conclusiones. En este contexto tan complejo, el anuncio de un nuevo anillo periférico que se menciona al principio del presente espacio resulta difícil de comprender, primero por el argumento de que sin lugar a duda representaría un incentivo para la expansión de la zona metropolitana. Una nueva vialidad resultaría altamente atractiva para que los promotores inmobiliarios comenzaran a construir desarrollos habitacionales, bajo el slogan ya conocido de “a cinco minutos del centro histórico”. colecciudad@gmail.com