Tlalpujahua recibirá a miles de danzantes mazahuas y otomíes en multitudinaria expresión de fe y cultura indígena

De distintas regiones cercanas a este Pueblo Mágico y del Estado de México llegarán para participar de una tradición muy antigua, en honor a los cristos del Señor del Monte y del Señor del Llanito.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Del 19 al 22 de febrero, el Pueblo Mágico del Tlalpujahua será epicentro de multitudinarias manifestaciones de fe y cultura indígena mazahua y otomí, con la llegada de miles de danzantes para honrar a los cristos del Señor del Llanito y del Señor del Monte.

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SEÑOR DEL LLANITO

En la comunidad de El Llanito, el domingo y lunes anteriores al Miércoles de Ceniza inicia esta tradición; danzantes mazahuas y otomíes llegan a este sitio para llevar a cabo su ritual de las danzas en torno al Señor del Llanito, donde la comunidad se organiza para recibir a los visitantes de diferentes lugares y realizar su fiesta más importante del año.

SEÑOR DEL MONTE

Por su parte, en la cabecera municipal se encuentra el llamado Señor del Monte, cuya veneración es más antigua. Es ante todo un espacio sagrado que tiene como característica principal que en su topografía es una pequeña loma piramidal, plantada con altos cedros en su cima. Situada al noreste de la población, sobre una colina que se eleva entre los dos arroyos cercanos a Tlalpujahua, es una de las capillas más antiguas de este Pueblo Mágico y se encuentra el Cristo elaborado de pasta de caña.

En torno a él asisten santiagueros y sonajeros, pastores, pastoras, de la región y otros lugares que presentan danzas con reminiscencia prehispánica, dicha expresión de fe y cultura indígena son muestra de la riqueza cultural de Tlalpujahua.

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Es una tradición que data de 1604, en la que cada año el Señor del Monte se celebra el Martes de Carnaval, en vísperas del inicio de la Cuaresma, el día previo al Miércoles de Ceniza, que este 2023 tocará el 22 de febrero.

Desde la víspera van llegando los peregrinos, principalmente indígenas de las etnias mazahuas y otomíes, que traen cristos en pequeñas vitrinas amarradas a la espalda; llevan vestimenta de fiesta, de colores vistosos, para “bailarle al Cristo del Señor del Monte”, como un acto de devoción y humildad, sobre todo para solicitar sus favores en los tiempos que están por venir: trabajo, cosechas, lluvia.

Día y noche danzan en los diferentes atrios de las capillas cercanas a Tlalpujahua; desde su llegada, el día lunes, desde la comunidad de El Llanito van visitando las de Santa María, Zapateros, Carrillos, El Convento, Santuario del Carmen y Puxtla, principalmente el venerable recinto en honor del Señor del Monte.

A lo largo de los dos días que dura la fiesta, los hombres se relevan para subir al campanario y tocar frenéticamente las campanas que producen un estruendo sagrado; además, las ráfagas de cohetones estallan en el cielo. En los momentos de calma es la música de los violines la que acompaña las danzas.

Son 80 mayordomos que rigen la capilla del Señor del Monte, una capilla del siglo XVII, y aunque se dice que la tradición es anterior, en 1604 en una capilla abierta anterior ya se llevaba a cabo este ritual. Participan aproximadamente 5 mil danzantes provenientes de las regiones cercanas a Tlalpujahua, como Angangueo y Ocampo, Michoacán, y San José del Rincón, del Estado de México, entre otros lugares.

El día martes se reúnen todos los danzantes para sacar a su Cristo y llevarlo por las principales calles de Tlalpujahua, hasta llegar al atrio del Santuario de Nuestra Señora del Carmen y ahí se reúnen juntas todas y al ritmo del tambor o flauta realizan al unísono esta expresión de fe.

Tlalpujahua invita a vivir estas tradiciones, que también ofrece a los visitantes otros atractivos como la Mina Dos Estrellas, su cerámica, esferas, cantera, sitios naturales y gastronomía típica.

*Con información de Andrés Arredondo, director de Turismo de Tlalpujahua*