Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Se encuentran encendidos un total de 7 focos rojos de devastación ambiental en Morelia. La ausencia de supervisión de autoridades ambientales de los tres órdenes de gobierno y los malos manejos del Ayuntamiento capitalino han derivado en una auténtica crisis ambiental. El Consejo Estatal de Ecología de Michoacán (Coeeco) denunció esta semana ante la opinión pública la situación que se vive prácticamente en los cuatro puntos cardinales de Morelia. La tala clandestina y el cambio ilegal de uso de suelo por esquemas de urbanización y huertas de aguacate han cimbrado el patrimonio ecológico de millones de personas, además de que afectan los servicios ambientales que brindan los espacios forestales Vicente Estrada, presidente del Consejo Estatal de Ecología, fue claro en acusar que el Ayuntamiento de Morelia ha entregado permisos a fraccionadoras pese a la problemática ambiental alertada y ha sido omiso en revisar los desarrollos industriales y económicos de la zona. Los focos rojos se encuentran ubicados específicamente en el Cerro del Quinceo, manantial de La Mintzita, Cerro del Águila, Cerro del Punhuato, el Campo de Golf de Altozano, Pico Azul y la zona de Villas del Pedregal. El panorama es complejo en prácticamente todos los focos antes señalados y en conjunto representan una futura crisis por las afectaciones a las zonas de recargas de mantos acuíferos que abastecen a más de un millón de personas de Morelia y municipios aledaños. “Esta ausencia de poder federal y del estado fue aprovechada para meternos en una trampa y ahora son 6 sitios en la ciudad de Morelia los que sufren un ataque severo. La autoridad municipal ha aprovechado ese vacío y omisión de la parte ambiental y está autorizando fraccionamientos en lugares donde deberían ser áreas de conservación”, explicó el especialista y también activista ambiental. Ayuntamiento no actúa En el caso del Pico Azul, el Coeeco precisó que los daños generados desde el 2021 por los intentos de fraccionar, construir caminos y un desarrollo habitacional no se han resuelto a pesar del paso de los años. En la misma zona sur de Morelia, el desarrollo habitacional de Altozano y las extensiones de los campos de golf han derivado en auténticos ecocidios sobre las zonas de reservas forestales. Si bien los proyectos se frenaron como parte de los actos de autoridad de la Procuraduría Ambiental de Michoacán (Proam), el daño incluye miles de árboles afectados por las empresas inmobiliarias. En el manantial de La Mintzita, como uno de los principales abastecedores de agua de Morelia, se denunció que los intentos de destruir el ecosistema representan una condición de crisis en tiempo real que poco o nada se ha atendido por parte del municipio en los últimos años. Diariamente de este punto se extraen más de 100 pipas de agua, que a pesar del recurso económico que generan en ganancias, no retribuyen ni un solo peso a la conservación del lastimado espejo de agua y las autoridades han sido en eliminar esta práctica. Además, solamente durante este mes de febrero se han registrado al menos 5 incendios forestales provocados en el área de reserva de La Mintzita. A decir del Consejo Estatal de Ecología, se advierte que los mismos fueron provocados por empresas que buscan hacerse de la zona. Sobre el Cerro del Quinceo incluso se presume como una causa perdida. En 20 años de falta de manejo y contención del crecimiento de la mancha urbana los asentamientos irregulares siguen escalando y desmontando la corteza forestal. A pesar de las experiencias de deslaves, accidentes y daño al patrimonio ecológico, la postura de la actual administración municipal ha sido simplemente deslindarse y repetir que no le compete atender el fenómeno de la ciudad. Las omisiones en supervisión ambiental también han escalado a puntos un tanto alejados de la mancha urbana de Morelia. En este caso, el Cerro del Águila como uno de las zonas de recargas de acuíferos representa uno de los menos vigilados. El Coeeco denunció que diariamente se observan decenas de camiones cargados de madera que bajan de la zona colindante con la tenencia de San Nicolás de Obispo. Asimismo, se han presentado denuncias por parte de la población en torno a la instalación de huertas de aguacate escondidas entre los bosques que se resisten a la depredación ambiental. En el caso del Punhuato el panorama no es distinto. A pesar de ser un Área Natural Protegida desde hace más de 40 años, los constantes incendios forestales provocados y el saqueo de recursos también sigue generando preocupación a los ambientalistas de todo el estado de Michoacán. Otros municipios, con suerte similar Al igual que las reservas forestales de Morelia, los municipios del sur de la capital del estado viven la misma suerte; Acuitzio y Villa Madero han visto desaparecer grandes extensiones de sus bosques en manos de empresas aguacateras y productoras de berries. Julio Santoyo Guerrero, integrante del Consejo Promotor para la Protección de Villa Madero, advirtió sobre la crisis a la que se enfrentan en cuando al saqueo de tierras, especulación en el valor de suelo, contaminación e incluso violencia contra quienes defienden los bosques.