RAFAEL ALFARO IZARRARAZ Aquí, a partir de la experiencia venezolana, se interpreta el Estado Social como la intención del nuevo gobierno, estructurada en instituciones públicas, de buscar una nueva manera de redistribuir la riqueza y convertir a la nación venezolana en una más justa. Esta visión debe contemplarse en un contexto mundial en donde existen hegemonías que intentan imponer conductas a las naciones, así como la existencia de fuerzas que se resisten e intentan aprovechar cualquier coyuntura para regresar las cosas en donde las minorías usan al Estado como un botín político, tal cual como ocurre en México. Ya hemos expuesto en las últimas tres entregas que el triunfo de Chávez en los comicios de 1998, significaron un giro en la vida política venezolana. El nuevo gobierno inicia una reforma del Estado venezolano, la constitución, partir de modificar el todo no las partes, que modifica las relaciones de poder entre el pueblo y la oligarquía local. La nueva constitución reordena la vida económica, política y social de Venezuela; el gobierno toma el control de la estratégica la empresa venezolana que ya para estas fechas controla la extracción del petróleo (Pdvsa) e impulsa una reforma agraria como nunca antes había ocurrido. La nueva constitución de 1999 reorganiza los poderes. Aparte del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se incorporó el Electoral y Ciudadano, de esta manera se conforma la Asamblea Nacional Constituyente. En vez de cinco, el presidente mandata seis años como en México. Se creó la Vicepresidencia. Se suprimió a los senadores. También el Poder Judicial cambió a Tribunal Supremo de Justicia. El electoral se llama Consejo Nacional Electoral, se conforma por cinco miembros, tres de la sociedad civil, uno de las universidades y uno del Poder Ciudadano y sin vínculo a partidos políticos. El Poder Ciudadano, tiene como fin es prevenir, investigar y sancionar todos los actos que atenten contra la Moral Pública así como el velar por la legalidad de la administración pública. Es un poder que sanciona a los malos funcionarios. En el 2000 se convoca a un proceso comicial para renovar los poderes. Con el 59 por ciento, Chávez logra un triunfo inobjetable, logrando 15 de los 23 gubernaturas y la mayoría de la Asamblea Nacional. En otras palabras, una nueva arquitectura política de la Nación venezolana. Estas nuevas formas de hacer política como la consulta a los ciudadanos acerca de promover una nueva constituyente, renovar el aparato del poder, entre otros aspectos, son el resultado de la reforma constitucional. Antes del gobierno de Chávez, ya existía una colación de fuerzas que se oponían a un eventual gobierno de Hugo Chávez, por lo menos desde el intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez, primero conformada por los partidos tradicionales, AD y COPEI. La resistencia continuó durante el inicio de su gobierno, con Pedro Carmona al frente, empresarios y otras fuerzas reaccionaron ante el proyecto social chavista agrupados en la Federación de Cámaras y Asociación de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecamaras), la agrupación de trabajadores más importante de Venezuela, sus cúpulas, como la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), el equivalente al charrismo mexicano. Esto dijo la Comisión de Derechos Humanos, de México, en una reacción que refleja bien lo que ocurrió durante tres días: “El 11 de abril de 2002, el pueblo venezolano, principalmente los excluidos y los suburbios abandonados, fue el protagonista fundamental en las movilizaciones populares, que durante tres días se organizaron para enfrentar los actos de oposición contra el gobierno constitucional y democráticamente electo, detener su pretensión posterior de destitución, y detención del presidente Hugo Chávez Frías, anular la Constitución Bolivariana y la instauración de un gobierno de facto. Al mismo tiempo que el país estaba bajo la incertidumbre, creada por una campaña de desinformación nacional e internacional masiva y orquestada por los grupos opositores y los principales medios de comunicación venezolanos aliados, propiciando multitudinarias manifestaciones, desconcierto y sobre todo el reclamo de la población politizada al derecho a tener derechos, llevándolos a confrontar a los enemigos de la Revolución Bolivariana .... Ese día se inicia un fallido golpe de Estado, detonado con un hecho también conocido como Masacre de Puente Llaguno, donde francotiradores disparan sobre la población civil, siendo televisadas escenas selectivas. El día 12, en la madrugada, para evitar más muertes, el presidente Chávez se entrega a los golpistas, pero el pueblo de ese país no está dispuesto a perder a su comandante y, en gesta heroica, defiende su revolución, logrando el triunfo el 14 de abril”. (Continuará). Bibliografía consultada: Apango Partida, Mónica (2020). Hugo Chávez; la constituyente y la reforma del Estado venezolano. InteNaciones, núm. 18, pp. 145-164. Maingón, Thais. (2004). La política social de Venezuela: 1999-2003. Cuadernos del Cendes, núm. 55, pp. 47-73. CNDH, México.