Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Este 2023, Michoacán ocupa el primer lugar nacional en obesidad infantil, cuya tasa es de prácticamente la tercera parte de la población y más de la mitad ya enfrente problemas de sobrepeso. El abuso de los carbohidratos, el aún más marcado sedentarismo a partir de la contingencia sanitaria y otros problemas llevaron a qué 6 de cada 10 niños padezcan de sobrepeso u obesidad. El foco rojo en este caso se ubica en la adolescencia y sobre todo en los entornos urbanos. Al panorama anterior se suma a las comorbilidades y enfermedades crónico-degenerativas que padecen los niños derivado de la obesidad. Diabetes tipo 2, hipertensión, problemas cardíacos e incluso padecimientos óseos por desgaste se mantienen a nivel local sin cuantificar. La salud mental es el último de los ingredientes para el peligroso panorama al que se enfrentan más de un millón de niños, niñas y adolescentes de todas las regiones del estado. Padecimientos como la depresión y la ansiedad detonaron bajo la cortina de la escasa detección. La directora del Hospital Infantil en Michoacán, Silvia Chávez Gallegos, señaló que “el sistema estatal de salud está preocupado por las condiciones de cientos de miles de niños”. “Cerca del 60 por ciento de nuestros niños tiene sobrepeso o tienen obesidad; son muchos factores, el sedentarismo, el abuso de los carbohidratos y tenemos que cambiar esos aspectos importantes”, manifestó la también especialista. Pandemia impactó “La obesidad no es solamente tema físico y psicológico, va más allá. Tienen un desgaste óseo más fuerte y pueden tener afecciones de cadera, de rodilla. El foco rojo lo tenemos en la adolescencia”, explicó. Únicamente en Michoacán, se tiene el registro de más de un millón de personas entre el rango etarios de los 0-17 años de edad. Si bien lo anterior es considerado como un bono poblacional en materia de demografía, en salud la incertidumbre sigue creciendo. Y es que, a decir de la también especialista en atención oncológica, la obesidad y enfermedades crónico degenerativas contraídas durante la infancia merman de manera significativa la calidad de vida. “La pandemia de COVID-19 tuvo impacto fuerte. No teníamos psiquiatría y ya la vamos a tener. Incrementó mucho y estamos trabajando en un módulo contra el suicidó porque también incrementó. Vemos depresión y autodaño en los niños”, insistió Silvia Chávez.