Luis Sigfrido Gómez Campos En una entrevista que le hizo Loret de Mola a Samuel García, gobernador de Nuevo León, el joven político cometió una pifia que se hizo viral. El periodista con toda la malicia con que ejerce su oficio, formuló una pregunta sesgada, tratando de inducirlo a la contienda con el gobierno federal, le dijo: “¿En algún momento del proceso el presidente entorpeció la llegada de Tesla a Nuevo León?”. El gobernador no cayó en la trampa y respondió con habilidad: “No… estuvimos desde febrero del año pasado, como gobierno estatal, buscando la comunicación con Tesla, y entiendo que, de manera paralela, también el gobierno federal, vía el canciller y mi buena amiga la subsecretaria Martha, también estaban teniendo acercamientos, al final el mercado fue quien, con mucha gravedad… (se impuso, acotó Loret) llevó a Tesla a Nuevo León, por la sencilla razón de que aquí están todos los proveedores”. El periodista estaba queriendo obtener del joven gobernador una declaración escandalosa en contra de López Obrador, quien había dicho en una conferencia mañanera que Nuevo León tenía problemas severos de sequía y que, si no alcanzaba el agua, negaría permisos a la armadora de coches eléctricos. Al continuar con dicha entrevista, el periodista insistió en su interrogatorio: “¿Hay esa victoria política de Samuel García sobre el obradorismo, sobre Morena? Y, ante esa pregunta el bisoño gobernador exhibió, con todo su candor, sus grandes carencias. Dijo: “No, la verdad es que yo tenía mucha confidencia (sic.) que se iba a dar el proyecto…” Quien quisiera ser benevolente con el joven gobernador de Nuevo León pudieran intentar atribuir su pifia (confundir confidencia con confianza) a un desliz sin importancia debido a los nervios, o a su juventud; pero si don Samuel tuvo los arrestos para brincarle a la gubernatura de una de las entidades federativas más ricas e importantes del país, así como también ha declarado estar preparado para aspirar a la presidencia de la república, debería demostrar en cada uno de sus actos que es un personaje con la capacidad suficiente para esos menesteres y no un pelele que hace reír al pueblo con su ignorancia. El gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda tiene 35 años y fue postulado para gobernador de Nuevo León por el Partido Movimiento Ciudadano, después de haber sido diputado local y senador de la república. Es abogado fiscalista con maestrías y varios doctorados, pero no lo parece, porque a fin de cuentas la sociedad percibe a un pobre niño rico consentido y caprichudo perteneciente a la nueva generación, muy sobrevalorado. Ha sido acusado de machista por sugerirle a su esposa en un programa de televisión: “sube la cámara, estás enseñando mucha pierna. Me casé contigo pa' mí, no pa' que andes enseñando”. Aunque después ofreció disculpas y dijo que fue sólo una broma, el incidente quedó registrado y difundido en las benditas redes sociales. En otra ocasión dijo: “en México, en el norte trabajamos, en el centro administran y en el sur descansan”, así, nada más. Otro garbanzo de a libra quedó registrado en otra entrevista, dijo: “Yo me he topado gente muy valiosa que vive con un sueldito de 40, 50, y son felices; tienen para su familia, para las colegiaturas…”. En el estatus de Samuelito “un sueldito de 40 y 50 mil pesos” se puede ser feliz con esa mísera cantidad, pero para los millones de pobres que viven en situación de pobreza, o de pobreza extrema, su comentario es insultante. La declaración que exhibe de cuerpo entero al joven Samuel es la anécdota que contó cuando su padre lo ponía a trabajar, lo obligaba a levantarse los sábados a las 5 de la mañana, aunque estuviera crudo y no le pagaba su semana sino hasta después de recorrer los 18 hoyos en el campo de golf. ¡No, pos sí! Ese sí que era un trabajo agobiante e inhumano, y su padre, un padre abusivo y explotador. El joven Samuel ¿tendrá alguna idea de lo que es la realidad mexicana? Aunque la sociedad mexicana se rio del joven Samuel por su estulticia y falta de ubicación con la realidad de la patria en que vive, los neoleoneses lo eligieron como su gobernador. Ya anteriormente habían elegido para que los gobernara a otro tipo folklórico, dicharachero, payaso e ignorante, se hacía llamar el Bronco y también aspiraba a la presidencia de la república, afortunadamente la realidad lo puso en su lugar. Con la instalación de la fábrica de autos eléctricos en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, que contempla una inversión inicial de 5 mil millones de dólares, en un terreno de mil 200 hectáreas, todos se dicen entusiasmados ante esta inversión de alto nivel estratégico y se quieren colgar la medalla del mérito por haber convencido al magnate Elon Musk para que pusiera su fábrica en nuestro país. Lo cierto es que esta decisión debe entenderse en el marco de un proceso de globalización donde, en lo político se concede menor importancia al Estado-nación y cobran mayor relevancia otros actores como las grandes empresas transnacionales, las cuales, en muchas ocasiones, imponen sus condiciones económicas y políticas a los gobiernos donde se establecen. Y Samuelito se quiere colgar la medalla del mérito y sueña con ser Presidente de la República. Confundir confidencia con confianza no es una torpeza, es un acto de ignorancia. No entiendo como los neoloneses lo eligieron como su gobernador. luissigfrido@hotmail.com