EFE / La Voz de Michoacán Montevideo. Tras investigar la muerte de un grupo de gallinas de traspatio, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay detectó los primeros casos de gripe aviar en Montevideo. Así lo indicó la cartera en un comunicado en el que confirmó que los animales afectados fueron diez y en el que explicó que -tras una denuncia- se analizó otro caso que resultó negativo. El pasado 15 de febrero, Uruguay detectó el primer caso de Influenza Aviar H5 de alta patogenicidad en su historia. Dicha enfermedad fue hallada en un cisne de cuello negro que se encontraba en el departamento (provincia) de Rocha, en el sureste del país. Ese mismo día, el ministerio decretó la emergencia sanitaria en una conferencia en la que el titular de esa cartera, Fernando Mattos, explicó que la aparición de la enfermedad no era "una sorpresa". De acuerdo con esto, apuntó que, si se observaba el análisis de evolución epidemiológica que había tenido la enfermedad, se podía ver que estaba presente en todos los continentes y que había venido avanzando territorialmente en América. "Estamos frente a una circulación viral que ya fue constatada en Uruguay", dijo ese día Mattos, al tiempo que agregó que el primer caso fue detectado por un guardaparques del Sistema Nacional de Áreas Protegidas que trabaja en la Laguna Garzón, ubicada en el sureste del país. Por otra parte, puntualizó que esta enfermedad es "un riesgo" para la producción avícola y para otras aves de la fauna autóctona. Asimismo, tras conocerse la noticia, el ministerio también emitió una serie de medidas entre las que restringió todos los movimientos dentro del territorio nacional de aves de traspatio y aves que no sean controladas a través el Sistema de Monitoreo Avícola. También quedaron suspendidas las ferias, remates, exposiciones y eventos vinculados a la especie aviar. Luego de la aparición del primer caso, la cartera informó sobre la muerte de más de 100 aves en la misma zona, mientras que días después confirmó un nuevo foco en el departamento de Tacuarembó, en el noroeste del territorio, donde murieron más de 70 animales.