MATEO CALVILLO PAZ El Papa reviste en nuestro mundo una importancia única, tiene cualidades excepcionales, una tarea imposible, que a muchos no gusta. Vista panorámica La figura del Papa es enorme, emblemática, sobre todo en los países de tradición cristiana y de valores religiosos como nuestro México, que recibió dos herencias muy ricas trascendentales, la riqueza de la fe occidental que nos vino por España y los valores muy altos y puros de la vertiente mesoamericana, con los olmecas, toltecas, los mayas y otros pueblos de una sabiduría y valores religiosos prodigiosos. Han pasado 10 años desde que el Papa Francisco asumió el poder para sustituir a Benedicto XVI(Joseph Razinger) cuando renunció al cargo, hecho insólito en los últimos siglos de la historia de la Iglesia. Hubo un cambio importante en el gobierno de la Iglesia, Benedicto de origen sajón, eminente catedrático de universidad, pensador genial era muy diferente de Francisco, de origen latinoamericano (¡!), más pastor, de una sencillez impresionante.. En el cónclave que siguió a la muerte de Benedicto XVI me hizo saltar de sorpresa y gozo el anuncio: tenemos Papa en la persona del cardenal Jorge Mario Bergoglio. Por esos tiempos, había este servidor participado en una reunión de SCALA, la Sociedad de Catequetas de las Américas, en Buenos Aires. La gente comentaba la personalidad del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Estaban pasmados ante la sencillez del prelado: su porte era completamente modesto sin los trajes elegantes y distinguidos del rango. Lo encontraban moviéndose entre la gente humilde, caminando por las calles y tomando el metro. La gente estaba admirada y encantada. En las grandes reuniones de la Iglesia había mostrado su carisma de pastor, visionario y organizador de la Iglesia de América Latina. En una participación en en la asamblea latino americana de Aparecida fue aplaudido, hecho insólito en tales reuniones. En los días de la elección, el arzobispo de Buenos Aires cumplía la edad, dejaba el cargo y se disponía a una vida más tranquila de obispo emérito, que cambio le trajo la vida porque en el cónclave de Roma fue electo Papa, a su edad, ¡que sorprendente e inmensa tarea! La luz de Dios El nombre que eligió el nuevo Papa también me hizo saltar de gozo: Francisco, sin el complemento de primero. Porque se conectaba con la sencillez encantadora de Francisco de Asís, un Serafín sobre la tierra por su sencillez y su amor. Es un símbolo emblemático, de profundidad y brillo divino y que luce con claridad y diafanidad, A la investidura más importante de la tierra se unía una sublime sencillez. Este rasgo, lejos de protagonismos y de la retórica falaz y farisaica de los políticos en toda la tierra, es un halo que envuelve la figura blanca del pastor universal, Vicario de Cristo. Aparece como una persona de completa sencillez, simpatía. Tiene rasgos de encanto, como aquel que vimos en el encuentro del estadio Morelos. ¿Recuerdan aquella niña enfermita de síndrome de down, que se acercaba tímidamente a la figura del Papa. Como la atendió, la llamo a su presencia. El encuentro fue natural y conmovedor. Su paso por Morelia, breve pero vibrante y gozoso, su blanca figura de Paloma dejó encantada a la ciudad en aquella visita celestial que hizo historia. Todo quedó suspenso, estático en aquella tarde por un gozo universal, profundo e indescriptible. La ciudad se quedó inmóvil en el tiempo, maravillada, con magia o con la gracia de Dios fascinante y tremendo. El recuerdo está vivo y luce como estrella discreta o lámpara votiva en el cielo de la tierra deTata Vasco. Son 10 años en un mundo convulso y que cambia vertiginosamente, de muchos inventos admirables, de progreso material, de muchos ídolos que seducen a la gente, de esplendor de bienes materiales, de naturalismo y hedonismo como en el Renacimiento, de Dolce Vita, brillante y placentera, sin el respeto a la dignidad humana plena y a los valores más altos de la persona y del universo, sin límites ni virtud. El Papa tiene una tarea muy alta y trascendental porque se trata de hacer presente a, Cristo su sabiduría eterna, sus leyes del Sermón de la Montaña llevadas a su perfección más alta y su exigencia inviolable. Está embarcado en una empresa que es el proyecto del Todopoderoso, universal y eterno: hacer de cada persona un hijo de Dios, implantar sobre los gobiernos de prepotencia, corrupción y mentira, necedad y capricho, el reino de la verdad, la santidad, la paz y la justicia, el amor. A él le toca lidiar con un mundo agitado, que adora el dinero y el poder, que muchas veces lo cautiva, un mundo ciego y necio que se resiste a la verdad, soberbio y egoísta que se resiste al amor. Su tarea parece imposible, es una tarea de fe, porque Dios hace lo demás. Es un mundo de esperanza porque la corrupción será herida de muerte con Satanás y toda su clase política, los poderosos y adoradores y sicarios, sus hordas y su gran Movimiento de transformación falaz y ególatra. La barquita del Papa navega en el tsunami de furor y sombra, sin miedo porque ahí va Cristo, Dios que da órdenes al vendaval y lo obedece. Y la barca avanza hacia la patria ideal, el reino de los cielos, ¡Gracias, Francisco! Cristo esta contigo, el que inauguró el mundo nuevo de la Resurrección .