Redacción / La Voz de Michoacán México. La mañana de este miércoles trascendió que José Noriel Portillo, “El Chueco”, fue localizado sin vida en el estado de Sinaloa. “El Chueco”, según las autoridades, es el presunto responsable del asesinato de dos sacerdotes Jesuitas, Javier y Joaquín, y del guía de turistas Pedro Palma, el pasado 20 de junio de 2022 en la localidad tarahumara de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua. De acuerdo con información publicada por el diario Reforma, representantes de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua están en coordinación con sus homólogos de Sinaloa para corroborar la identidad, aunque no ha habido más información al respecto. De manera extraoficial se informó que “El Chueco” fue localizado el pasado sábado en un camino de terracería en la Sindicatura de Picachos, municipio de Choix, en los límites con la entidad chihuahuense; se la apreció al menos un disparo de arma de fuego, indica Reforma. AMLO CONFIRMA HALLAZGO Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó que sí se encontró a una persona y se están haciendo los análisis para poder informar si se trata del delincuente que privó de la vida a los sacerdotes, información que respaldó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval. López Obrador agregó que al parecer que fue una ejecución, pero para no cometer ningún error, es cuestión de hacer los análisis y hoy se informaría cuando se tengan más elementos. El pasado lunes 20 de marzo, la comunidad de los Jesuitas en México apostaron a la memoria para señalar que a nueve meses de los asesinatos de sus hermanos, no ha habido justicia; incluso en su sitio oficial de Internet tienen un contador en tiempo real de meses, días y horas que han pasado desde aquel hecho. ¿QUÉ OCURRIÓ AQUEL 20 DE JUNIO DE 2022? El 20 de junio de 2022, los religiosos Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados dentro de la parroquia de San Francisco Javier, luego de intentar defender al guía de turistas Pedro Palma Gutiérrez, quien era perseguido por una persona armada y buscó refugio en el templo. “A pesar de las súplicas de otro sacerdote que presenció estos lamentables acontecimientos, los criminales subieron los tres cuerpos a una camioneta y los desaparecieron”, indica la Provincia Mexicana d la Compañía de Jesús.
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