EFE / La Voz de Michoacán Madrid. Cientos de miles de personas participaron este Viernes Santo en infinidad de procesiones, algunas de varias horas de duración, que recuerdan con devoción la muerte de Jesucristo en ciudades y pueblos de España, reconocidas también por su valor cultural, además de religioso, según la tradición cristiana. En Cuenca (centro), una multitud de personas de toda edad participaron en las turbas tradicionales que acompañan a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno camino del Calvario. Recordaban así al gentío que insultaba e increpaba a Cristo cuando iba a ser crucificado, una tradición de más de 400 años y una de las procesiones más relevantes de esta ciudad manchega. Foto: EFE Foto: EFE La Penitente Hermandad de Jesús Yacente de Zamora (oeste) procesionó en un ambiente de silencio y austeridad, este año con la presencia del capellán católico de esta cofradía y un reverendo de la Iglesia anglicana, como señal a favor del diálogo ecuménico. Vestidos con túnica y un caperuz de un metro de altura, los cofrades llevaron un hachón con vela y caminaron por el caso antiguo de la ciudad con sandalias franciscanas o descalzos. Tres arrastraban cruces de madera de tamaño real. La famosa 'Madrugá' de Sevilla (sur) comenzó anoche y terminó después del mediodía de hoy, cuando se recogieron las cofradías de los Gitanos, de la Macarena y de la Esperanza de Triana. Antes habían vuelto a sus templos las de Silencio, del Gran Poder y del Calvario. En estas seis procesiones desfilan miles de nazarenos junto a unos pasos majestuosos y pesados, llevados a cuestas por decenas de costaleros que 'mecen' las imágenes en un ambiente de emoción; sólo la Macarena cuenta con 3.900 cofrades. Una vez que concluyan las procesiones de este Viernes Santo en Sevilla con cofradías tan populares como la del Cachorro, proseguirá el Sábado Santo con la del Santo Entierro Grande. Aparte de las procesiones, otras tradiciones inundan estos días las calles de España, como ocurre en la localidad de Calanda, provincia de Teruel (noreste). Es la 'rompida de la hora', en la que miles de cofrades ataviados con túnica morada hacen estremecer cada año a los presentes tocando bombos y tambores con un ruido atronador. En Valladolid (noroeste), se anuncia con un soneto recitado a caballo el sermón de las Siete Palabras que se pronuncia después en la plaza Mayor. Y entre las pasiones vivientes, destacan las de Balmaseda y Castro Urdiales (norte), donde se representan las últimas horas de Jesús antes de morir ante la admiración de miles de personas. Son días de gran fervor religioso en España, pero también de turismo, cafeterías, restaurantes, playas y otros lugares de descanso abarrotados, con hoteles que superan ampliamente el 80 o el 90 % de ocupación.