Adriana Sáenz ValadezSegunda y última parte […] En concordancia con Hannah Arent[1], Tagle cuestiona la versión más generalizada del nacimiento. La postura existencialista de ser echados al mundo, en el descobijo que ello implica y desde ahí, puestos a la muerte. Tania prefiere pensar este momento en concordancia con el pensamiento del que llama Santo Tomas de Aquino, yo prefiero, enunciarlo, Tomás de Aquino, simple y humano. Arent, quien no vivió la experiencia de la maternidad, en línea con el pensamiento socrático expuesto por Platón, alumbró ideas al respecto, postura con la que Tagle está en desacuerdo. La discrepancia de Tagle con Platón está en la noción de alumbrar ideas como un símil de alumbrar hijos; el acuerdo entre ambas pensadoras está en deliberar a la natalidad como una promesa, no un ir hacia la muerte. Un milagro que convierte a la autora en colega de su madre y abuela. La autora se debate en pensar el alumbramiento como algo natural y como un milagro. Rumiando sobre la expresión de su maestra de yoga que postula al parto como un acto natural, y a los que lo proponen como un milagro. Dice y lo hace bien: si es natural, no es milagro, entonces nos lleva, a partir de su reflexión, a preguntamos con ella ¿cómo pensar a ese momento de expulsar a la luz de neón, la de los focos led o la del sol a un ser que emerge de nuestra entraña, que lleva nuestro ADN, nuestra sangre, construido desde nuestra carne, agua y territorio? Propone llamarlo milagro en tanto se trae a la luz, se revela un ser, un acontecimiento que modificará la vida. […] Más allá de si es romantizado el asunto de la lactancia, sí que es un acto de amor. Implica amarse porque ayudará a evitar el cáncer, ayudará a que la tripa de la mujer regrese al lugar natural, dará mamada a mamada anticuerpos al ser que depende de ella. Le brindará posibilidades de mantenerse con vida, de formarse, de generar nuevas células que se convertirán en huesos, músculos, piel, sinapsis, ideas, pensamientos y finalmente y simultáneamente en lenguaje. […] Acompañar al ser al que le mostramos el lenguaje nos da oportunidad de pensar sobre él. Tania reflexiona sobre esa herramienta que es discurso y, en ello, imposición. Es también aparejo que permite horadar los desiertos de lo normalizado, explorar las flores de las ideas, desestabilizar las creencias y tamizarnos por medio de las palabras, crecer en el acompañamiento, enredarnos en las risas de las aventuras que implican traducir que se quieren cenar pañuelos, que físicamente son buñuelos. Ese maravilloso ejercicio de traducción que va acompañado de la complicidad, es reír en el lenguaje no lineal, ni literal que construye puentes entre los mundos y que ojalá cada día estableciera nexos más firmes, donde no se tuviera que renunciar a la infancia para ser adulto. Esa posibilidad la veo en el lenguaje, como artificio que nos construye y nos permite deconstruirnos y volver a parirnos al alumbrar. Finalmente, no me queda duda de que el maternaje es un hacerse y un estarse haciendo (Butler, 2009). Es un rumiarse, hacerse en situación, que implica amor, construcción, situación, frustración, dolor y en ello, debe forzosamente y redigo, forzosamente, tener la posibilidad de no tener que ejercerse. Es un ejercicio social donde cada una lo vive, lo experiencia de manera encarnada y en situación. Referencias: Butler, Judith. (2009) “Performatividad, precariedad y políticas sexuales”. AIBR Revista de Antropología Iberoamericana, vol. 4, 3. Madrid: AIBR.org. Heller, Agnes. (1972), Historia y vida cotidiana, México: Grijalbo hooks, bell. (2022). Respondona. España: Grupo PlanetaMillán, Márgara. (2008). “La natalidad y su promesa en la filosofía de Hanna Arendt”. España: ANTHROPOS/PUEGKristeva, Julia. (2000). El genio feminino I. Hannah Arent. Buenos Aires: PaidosTagle, Tania. (2023). Germinal. México: Penguin Random House, LumenValcárcel, Amelia. (2004). “El derecho a la maldad” entrevista realizada por Mariló Hidalgo para la Revista Fusión, diciembre. http://www.revistafusion.com/ Adriana Sáenz es doctora en Humanidades, trabaja en la Facultad de Filosofía de la UMSNH y usa toda trinchera para desestabilizar las opresiones: desde la academia, la calle, el pensamiento, el amor, la escritura, la irreverencia.