Historrelatos |En Tzintzuntzan existió el primer zoológico del estado con mamíferos, águilas...

Entre los animales mencionados en el texto “La Relación de Michoacán” y que habitaban dicho zoológico, destaca la presencia de un jaguar.

Dante Martínez Vázquez

Aunque parezca extraordinario, existe evidencia de que hace más de 500 años, existía un zoológico en Michoacán y si bien, no nos referimos a un zoológico como hoy en día los conocemos, (con todas las actividades que desempeñan como espacios educativos y de preservación de la fauna), si hablamos de un espacio que en su momento albergó una cantidad de animales provenientes de varias zonas del estado de Michoacán principalmente, aunque también contó con especímenes que provenían de sitios más lejanos a las fronteras políticas del actual estado.

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Para conocer a este zoológico primigenio, tenemos que remontarnos a la época prehispánica, a los tiempos cuando gran parte del estado de Michoacán y más allá de sus fronteras estaba dominado por el imperio Tarasco (1350 – 1522 d.C.) Aún así tendríamos que hacer un acercamiento más preciso en específico a la capital de este imperio, la ciudad de Tzintzuntzán ubicada a orillas del lago de Pátzcuaro.

Dicha ciudad fue residencia de grandes gobernantes como Tzitzipandácuare, Zuangua, Tzintzicha Tangaxoan (quien fue el último rey purépecha) y gracias a varias fuentes etnohistóricas del siglo XVI, se puede atestiguar de la existencia de un enorme palacio en donde ellos residían junto a cientos de nobles cortesanos quienes los atendían. Por otra parte, dentro de las pocas descripciones que tenemos sobre sus posesiones, hay una que particularmente llama la atención, un espacio que se desconoce si estaba junto al palacio o en algún otro punto de la antigua ciudad de Tzintzuntzan, pero que según los testimonios de los primeros españoles que llegaron a Michoacán en 1522 en dicho lugar el Irecha (gobernante purépecha) tenía varios animales que eran de su propiedad; destacando la presencia de grandes mamíferos, carnívoros y aves sobre todo.

Entre los animales mencionados en el texto “La Relación de Michoacán” y que habitaban dicho zoológico, destaca la presencia de un jaguar (Únhurhiri Puki, en purépecha) el felino más grande que existe en México y el cual seguramente fue capturado en la región de tierra caliente o en la costa michoacana en donde, en la actualidad todavía habitan algunos ejemplares. El jaguar tenía un alto valor dentro de la cosmovisión de los purépechas, pues inclusive el gobernante utilizaba un tocado de plumas adherido a una banda de piel de jaguar que se ponía en la cabeza y que, muy seguramente esta insignia simbolizaba la fuerza del poderoso felino.

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Por otro lado, también se menciona la existencia de un lobo (Jiuatsï) que gracias a otros testimonios documentales escritos en la época colonial se sabe que, dicho canido habitó zonas montañosas altas de Michoacán, y que era particularmente peligroso y un problema por sus constantes ataques al ganado español. También se hace mención de otro pequeño canido pero muy importante dentro de la región purépecha, hablamos del coyote (Jiuatsï o Ts’amé) que aparece constantemente representado en hermosas esculturas de roca basáltica de la época prehispánica a lo largo de todo Michoacán; aunque es precisamente en la zona de Ihuatzio (La casa del coyote), en donde más esculturas de este tipo se han encontrado.

Aunque no hay una mención directa de la existencia en este zoológico, no podemos descartar la presencia de monos (Ozoma, en purépecha) que muy probablemente, venían de regiones distantes como el sur de México y Centroamérica, y que podríamos corroborar de su existencia gracias a las representaciones artísticas que hay de este animal en objetos de cerámica y de metal elaborados por las hábiles manos de los antiguos artesanos purépechas.

Finalmente, La Relación de Michoacán menciona que algunos de los sirvientes del Írecha se dedicaban a cuidar y alimentar a sus más de 80 águilas reales. Hay que recordar que el águila era uno de los símbolos más importantes de los purépechas, pues de hecho el linaje gobernante, es decir de los Uacúsechas se puede traducir como: Los señores águila. Además de que, su dios más importante Curicaueri, se menciona en algunos relatos que aparecía en forma de águila.

Del mismo modo, es muy problable que en este zoológico hubiera otras aves como los halcones, considerados “dioses menores”. Las guacamayas, cuyas plumas eran muy codiciadas por los plumajeros, así como colibríes ya que precisamente Tzintzuntzan es conocida como: Lugar de colibríes.

Dante Martínez Vázquez, licenciado en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Colaborador de los proyectos PAPAPCSUM y REPIMTAR del centro INAH, Michoacán. Actualmente cursa la maestría en Historia en la facultad de Historia, de la UMSNH.

Email: Dante_dalton@outlook.com
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