¿Qué son los trastornos del movimiento?

Los trastornos del movimiento son enfermedades neurológicas que afectan la capacidad de controlar y coordinar el movimiento. Descubre más.

Los trastornos del movimiento son un grupo de enfermedades neurológicas que afectan la capacidad de una persona para controlar y coordinar sus movimientos corporales, lo que provoca alteraciones en la calidad de vida y limitaciones en las actividades diarias.

En México, estos padecimientos son una preocupación de salud pública, ya que afectan a un número considerable de personas, y su diagnóstico y tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la vida de quienes los padecen.

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En este artículo, te explicaremos de manera sencilla qué son los trastornos del movimiento, cuáles son los más comunes, sus causas, síntomas y cómo se tratan. Además, hablaremos sobre cómo afectan a la población mexicana y qué recursos están disponibles para quienes los padecen.


Tipos de trastornos del movimiento


Parkinson y enfermedades parkinsonianas

El Parkinson es quizá el trastorno del movimiento más conocido. Se caracteriza por la pérdida progresiva de las células productoras de dopamina en el cerebro, lo que lleva a síntomas como temblores en reposo, rigidez muscular, lentitud en los movimientos y problemas de equilibrio.

Las enfermedades parkinsonianas son padecimientos similares al Parkinson, pero con algunas diferencias en los síntomas y en la progresión de la enfermedad.

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Corea y trastornos relacionados

La corea es un trastorno que genera movimientos involuntarios, rápidos y desorganizados en diferentes partes del cuerpo.

Los trastornos relacionados incluyen la corea de Huntington, una enfermedad hereditaria que causa movimientos involuntarios, cambios cognitivos y emocionales; y la corea de Sydenham, que puede aparecer después de una infección por estreptococo.

Distonía

La distonía es un trastorno que provoca contracciones musculares involuntarias y sostenidas, lo que causa movimientos y posturas anormales. Puede afectar a un solo músculo, a un grupo de músculos o a todo el cuerpo, y sus causas pueden ser genéticas, ambientales o desconocidas.

Causas y factores de riesgo

Los trastornos del movimiento pueden ser ocasionados por diferentes factores, entre los que destacan:

  • Genéticos. Algunos trastornos, como el Parkinson o la corea de Huntington, tienen una predisposición genética.
  • Ambientales. La exposición a ciertos químicos o factores ambientales puede incrementar el riesgo de desarrollar estos trastornos.
  • Infecciones. En algunos casos, una infección bacteriana o viral puede desencadenar un trastorno del movimiento, como la corea de Sydenham.
  • Medicamentos. Algunos fármacos pueden causar síntomas similares a los trastornos del movimiento, aunque suelen desaparecer al interrumpir el tratamiento.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de los trastornos del movimiento suele realizarse mediante la evaluación clínica y el historial médico del paciente, aunque en algunos casos también se pueden emplear pruebas de imagen, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas.

En México, los médicos especializados en estos trastornos son los neurólogos y, en particular, aquellos con subespecialidad en trastornos del movimiento.

Es importante acudir a un especialista ante la sospecha de un trastorno de este tipo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

El tratamiento de los trastornos del movimiento varía según el tipo y la gravedad de la enfermedad. En general, se busca controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Algunas opciones terapéuticas incluyen:

●         Medicamentos. Para controlar los síntomas, se pueden recetar fármacos que ayuden a regular la actividad química en el cerebro, como anticolinérgicos, dopaminérgicos o anticonvulsivos.

●         Terapia física y rehabilitación. Estas intervenciones pueden ayudar a mejorar la movilidad, el equilibrio y la fuerza muscular en pacientes con trastornos del movimiento.

●         Terapia ocupacional. Ayuda a los pacientes a adaptarse a las limitaciones impuestas por su enfermedad y a mantener su independencia en las actividades diarias.

●         Terapia del habla y deglución. Esta terapia es útil para tratar los problemas de comunicación y deglución que pueden aparecer en algunos trastornos del movimiento.

●         Cirugía. En casos seleccionados, como en el Parkinson avanzado, se pueden realizar intervenciones quirúrgicas, como la estimulación cerebral profunda, para mejorar los síntomas.

En conclusión, los trastornos del movimiento son un grupo de enfermedades neurológicas que afectan la capacidad de una persona para controlar y coordinar sus movimientos. El diagnóstico y tratamiento adecuados son esenciales para mejorar la calidad de vida de quienes los padecen.