Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán.- Falta de psiquiatras y especialistas: el principal reto para la implementación del nuevo plan de salud mental y combate a las adicciones en el estado de Michoacán. A un año de que iniciara el programa a nivel estatal, aún se trabaja en la capacitación del personal de salud. En todo el estado únicamente se cuenta con la presencia de 45 médicos psiquiatras debidamente capacitados. Lo anterior está relacionado con la crisis de especialidades médicas que afecta prácticamente a todos los estados de la República. Según el Dr. Elías Ibarra Torres, titular de la Secretaría de Salud de Michoacán, el plan de conversión de camas hospitalarias para la atención de la salud mental sigue su curso; sin embargo, durante el período de implementación se han enfrentado a la falta de especialistas. El objetivo central del programa a nivel estatal es que cada hospital, clínica, unidad de medicina y centro de salud cuente con camas médicas convertidas para la atención de los trastornos de salud mental o, al menos, con personal que pueda brindar atención ambulatoria. Lo ideal, o al menos “lo mínimo” que se debería tener en cuanto a médicos psiquiatras, es al menos 2 médicos por municipio, sin considerar que las demarcaciones con mayor concentración demográfica en las ciudades deberían tener incluso una mayor disponibilidad. Ante el déficit de personal psiquiátrico especializado, en los últimos 12 meses, la Secretaría de Salud del estado ha capacitado a un total de mil 500 trabajadores, incluyendo médicos, enfermeras, personal de urgencias y trabajadoras sociales. “Primero se está llevando a cabo la capacitación del personal de salud. Actualmente, sólo hay 45 psiquiatras para atender la salud mental, no hay en todos lados y durante un año hemos capacitado al personal médico, de enfermería y de salud para brindar atención a los pacientes”, manifestó el funcionario estatal ante la opinión pública. A principios de este mes de mayo, se puso en funcionamiento el primer centro de atención a la salud mental y combate a las adicciones en el municipio de Zamora. El objetivo principal es combatir los fenómenos que, a largo plazo, se convierten en generadores de violencia. Este municipio, ubicado en la región de la Ciénega de Chapala, destaca por la alta concentración de problemas de adicciones y violencia generalizada. Por primera vez en años, se abordará desde una perspectiva de salud pública. A partir de la próxima semana, se pondrá en marcha un nuevo centro de atención a la salud mental en el municipio de Huetamo, que buscará atender a la población vulnerable de la región del Bajo Balsas. Paralelamente, se iniciará el proceso de licitación para la reconversión del Hospital Psiquiátrico ubicado en Morelia en una nueva institución que se adhiera a los criterios de atención ambulatoria de salud mental y prevención de adicciones. El reto es monumental. El reto es monumental. Especialistas advierten que hasta un 25 por ciento de la población requiere atención psicológica y psiquiátrica. La desconfianza, la falta de información y los esquemas antiguos de atención psiquiátrica han derivado en un abandono de enfermedades como la depresión, la ansiedad, la bipolaridad y la esquizofrenia. Más del 80 por ciento de los casos de depresión, ansiedad y otros trastornos terminan siendo automedicados con sustancias que conducen a la formación de adicciones cada vez más fuertes. Por lo anterior, se urge la generación de esquemas de atención temprana y detección tanto en adolescentes como en la población en general. Pandemia detonó depresión La depresión ha aumentado después de la pandemia. Los trastornos de salud mental en los michoacanos han crecido hasta un 60 por ciento en los 113 municipios. El aumento porcentual acumulado ya ha duplicado la tendencia de enfermedades mentales previas a la contingencia sanitaria. Entre las principales causas del repunte en los casos de depresión de los michoacanos, se sitúa a la pandemia como el primer generador de pobreza, desempleo, violencia, incertidumbre y otros aspectos. Han pasado 3 años desde que la pandemia llegó a Michoacán, y el proceso de confinamiento obligatorio, cierre de actividades, despidos, el propio proceso de la enfermedad e incluso la muerte de miles de personas han repercutido en la salud mental de los ciudadanos. No obstante, se advierte que muchos de los factores que contribuyen al aumento de la depresión ya estaban presentes antes de la llegada del COVID-19.