Gustavo Ogarrio El 19 de junio de 2010 murió Carlos Monsiváis, el cronista que narró e interpretó una parcela importante del melodrama y de sus expresiones culturales. Monsiváis abrazó de manera crítica pero siempre comprensiva el melodrama contemporáneo y lo relató de forma minuciosa e insólita. Cantantes, canciones, escenarios, públicos, gestos…escenas de pudor a veces sin liviandad que fueron descritos en su dimensión cultural y política, en una tarea tan importante como gozosa que nos legó todo un punto de vista desde el cual ahora podemos habitar las contradicciones del melodrama: melodías que despiertan en nosotros la culpa y el gozo, un erotismo siempre encubierto por la moral en turno; el maullido de una “gata bajo la lluvia” que reconoce la figura de la amante pagando el precio del anonimato. Monsiváis narra esas escenas, nuestros años melodramáticos, que son comunes a la cursilería compartida, pero que desde ese punto de vista del cronista se nos aparecen como insólitamente irónicas y comprensibles en su profundidad crítica. Así describe Monsiváis un encuentro entre Juan Gabriel y María Félix: “En su camerino Juan Gabriel se recobra de la fatiga y disfruta el pasmo circundante, las conversaciones interrumpidas, la atención agudizada. Hoy concluyó su temporada 1986 en El Patio, y ha llegado a felicitarlo María Félix, la Gran Estrella de la época en que las hacían una por una, y María saluda con efusividad al cantante, le extiende ambas mejillas para el beso que se vuelve roce furtivo, se desentiende disciplinadamente del efecto de su presencia y nos informa: —Este muchacho es un genio. Lo digo y lo repito en todas partes. Y conmigo sólo ha tenido atenciones. Me canta desde que tiene 19 años. Me compuso una canción lindísima, donde me trata como a reina de los cielos. ¡Imagínate!”.