Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Son las escaleras más transitadas de todo el estado de Michoacán y el gimnasio al aire libre con mayor demanda de Morelia; las escaleras de Santa María pasaron ser uno de los principales accesos de la antigua ciudad de Morelia, a ser uno de los espacios más demandados para el ejercicio al aire libre. Diariamente, son miles de morelianos los que suben y bajan los cientos de escalones labrados en cantera rosa. Enmarcada en árboles endémicos de la loma y ambientada con el sonido de las fuentes, la atmósfera es casi perfecta para el ejercicio. Al igual que en los gimnasios particulares, los meses de enero y semanas previas al inicio del verano son las fechas en que se registran la mayor cantidad de visitantes. De subida y de bajada, los Morelianos "sudan la gota gorda". Datos históricos revelan que estructura de las escaleras fue concebida a principios del Siglo XX y labrada en la tradicional cantera rosa. Se forjó con la intención de conectar a la creciente zona urbana de Morelia con las tenencias de sur. Debido a la actividad comercial entre las comunidades y la capital, se convirtió en un punto altamente transitado. Con el desarrollo urbano, la llegada del automóvil y la construcción de nuevos caminos, las escaleras quedaron casi en desuso para la década de 1960. Desde entonces, pasaron formar parte de las posibilidades recreativas de la ciudad. Las fotografías de principio de siglo revelan las escalinatas en blanco y negro, rodeadas de frondosos árboles e incluso señalética con la información de la vialidad que en las imágenes parecía interminable. Algunas, de principios de siglo aún muestran los antiguos atuendos de sombrero de copa de los tiempos del porfiriato. En la antigua Morelia las escaleras formaron parte de la conexión entre el naciente Parque Juárez, la Casa de Cristal y otras antiguas casonas que ocuparon la falda de la Loma de Santa María. Durante años, dichos espacios formaron parte de la socialité y poco a poco adquirieron el glamour de la zona, lo cual quedó evidenciado en las fotografías de hombres y mujeres vestidos de gala posando en la estructura de cantera rosa que, además, cuenta con uno de los miradores más imponentes de Morelia. Desde los años 80's y hasta la fecha, las escaleras adquirieron otro uso que quizás nunca se pensó al inicio del siglo; uno de los espacios deportivos más concurridos de Morelia. Subir trotando los 280 escalones representa uno de los más grandes retos para los deportistas y ciudadanos que todos los días buscan ponerse en forma al sortear el monumento que representa una importante prueba de resistencia cardiovascular. Debido a la misma afluencia, desde hace al menos 10 años se instalaron dispositivos de gimnasio público al aire libre para uso de los cuentos de ciudadanos que concurren en el espacio. No obstante, no todo ha sido positivo para las escaleras de Santa María. Ante la falta de vigilancia el espacio ha sido también aprovechado por jóvenes con problemas de adicciones. El consumo de drogas enervantes, marihuana, bebidas alcohólicas y otras acciones indebidas ocurren a plena luz del día. Aunado al impacto por la presencia de adictos, los graffitis y otros daños se han apoderado de la zona a pesar de los proyectos de restauración de las escaleras y del mirador de la cima. En 2018 el ayuntamiento de Morelia puso en marcha el proyecto para recuperar el espacio a través de la limpieza y la vigilancia. Con la desaparición de la Casa de Cristal y otras casonas antiguas, surgió finalmente el Cenador de Santa Cecilia. Espacio al aire libre en dónde finalmente se instalaron los kioskos que hasta la fecha se saturan de estudiantes, familias y grupos de amigos que buscan un lugar de esparcimiento.