EFE / La Voz de Michoacán Chilpancingo. Cinco conductores de transporte público asesinados, dos de ellos calcinados, y cuatro vehículos incendiados fue el saldo de una jornada violenta que se registró en las últimas 24 horas en la ciudad Chilpancingo, capital del estado mexicano de Guerrero, sur de México, indicaron este domingo autoridades estatales. Este escenario fue dejado por el grupo delictivo llamado Los Ardillos, con quien la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, se reunió en días pasados, y aunque dijo a medios que no fue para pactar nada, autoridades eclesiásticas señalaron que intervino para pacificar la región, ya que ellos deciden quién transita y porqué lugares. Según reportes de las autoridades, el primer hecho se registró en la ciudad de Tixtla aproximadamente a las 14.00 hora local (20.00 GMT) cuando se informó que los taxis con número económico 33 y 641 fueron incendiados casi de manera simultánea. El conductor del primer vehículo fue asesinado. Luego, se registró el primer ataque en Chilpancingo contra un conductor de la ruta Chilpancingo-Mochitlán, en la base de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Posteriormente un taxi fue atacado a balazos e incendiado en la carretera federal Acapulco-México, a las afueras de una estación de gasolina; en ese hecho el conductor fue calcinado junto con el vehículo y tres pasajeros resultaron heridos. Minutos después en la misma vía federal, cerca del poblado Petaquillas, uno de los bastiones del grupo delictivo, otro taxi fue incendiado y al interior de la unidad quedó el conductor. Después se informó del ataque a una furgoneta de la ruta Chilpancingo-Chilapa en el que su conductor murió. Ya casi por la noche se registró un ataque más a un taxista, el cual resultó herido; su unidad fue prendida, pero el incendio logró ser sofocado por vecinos. Estos hechos provocaron que el servicio de transporte público fuera suspendido desde la tarde del sábado, y este domingo la movilidad continúa paralizada hacia comunidades y vecindarios en Chilpancingo, y a otros municipios aledaños. El panorama en la capital de Guerrero es desolador pues las calles están desiertas, los negocios permanecen cerrados y existe zozobra entre los habitantes. La seguridad está a cargo de la Policía Estatal, Guardia Nacional y las secretarías de Marina y Defensa Nacional, con recorridos y puntos de revisión en algunos lugares. El caos en la capital comenzó la tarde del pasado jueves tras la captura de un líder transportista y un conductor pertenecientes a ese grupo delictivo a quienes, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, les decomisaron cargadores de un arma de uso exclusivo del Ejército mexicano así como la droga conocida como cristal.