Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Con el acompañamiento técnico necesario los productores agrícolas pueden migrar a prácticas sustentables y mucho más favorables en no más de un año. Así lo planteó Cuauhtémoc Ramírez Romero, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) estatal durante la reciente reunión regional de coordinación Centro Occidente de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA). En torno a hacer frente desde la producción agrícola al fenómeno del cambio climático, el funcionario adelantó que en Michoacán ya se prepara un mecanismo de certificación ambiental para cultivos que sigan las normas, el cual comenzaría con las plantaciones de aguacate en el futuro cercano. Y es que, ante un escenario de creciente preocupación por el cambio climático y sus efectos en la agricultura y ganadería, Cuauhtémoc Ramírez Romero destacó la necesidad urgente de transformar las prácticas tradicionales hacia enfoques regenerativos. Durante su participación en la mesa ‘Cambio climático y el uso sustentable de los recursos', el funcionario delineó los retos críticos que enfrenta el sector y las acciones implementadas en Michoacán para hacerles frente. El secretario enfatizó la importancia de adoptar medidas concretas para contrarrestar la pérdida de productividad, la escasez de agua y la contaminación derivada del uso excesivo de pesticidas. Uno de los pilares que resaltó fue la transición hacia la agricultura y ganadería regenerativas. “Estas prácticas no solamente permiten la recuperación de la fertilidad de los suelos, sino que también contribuyen a mitigar los efectos adversos del cambio climático”, ponderó. En esta línea de pensamiento, Ramírez Romero enfatizó la efectividad de estos esquemas y aseveró que esta transición se puede dar en un tiempo relativamente corto, alrededor de un año, siempre y cuando exista este acompañamiento técnico y capacitación en la elaboración y uso de bioinsumos, los cuales son benéficos para la mejora paulatina de los suelos de cultivo y el control de plagas. Detalló que estas iniciativas han sido desarrolladas en Michoacán en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y puestas en marcha a través del programa Agrosano, que tiene actualmente cobertura para miles de hectáreas varios cultivos en los cuales ya se emplean insecticidas, fungicidas y nematicidas botánicos y biológicos, así como y herbicidas orgánicos. Otro tema que tocó fue lo referente a los cultivos de alto valor criticados por devorar miles de hectáreas forestales, particularmente el caso del aguacate. El titular de la Sader expuso que en la entidad se tiene un esquema de monitoreo satelital para detectar cambios de uso de suelo, el cual operan de la mano de Protección al Ambiente federal (Profepa), de la Procuraduría Ambiental de Michoacán (Proam), y la Fiscalía General del Estado (FGE). En consonancia con estas ideas, el funcionario propuso la emisión de certificaciones ambientales para cultivos emblemáticos de la región, comenzando con el aguacate y extendiéndose posteriormente al agave. Estas certificaciones no solo enfatizarían la calidad de los productos, sino que también demostrarían el compromiso con prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Otro aspecto abordado por Ramírez Romero es la necesidad de diversificar cultivos, incluyendo la sustitución de los mismos, y promover la inversión en materiales resistentes a las condiciones climáticas extremas. La variabilidad del clima requiere adaptabilidad por parte de los agricultores, subrayó, y esta transformación debe ser liderada en conjunto por los diferentes niveles de gobierno. Ramírez Romero también hizo hincapié en la planificación estratégica del uso del agua; abogó por la tecnificación en el manejo del recurso hídrico, apuntando a la reducción de pérdidas por conducción ineficiente. Explicó que en la entidad, a través del programa Obras por Cooperación, se han implementado proyectos como el revestimiento de canales con cemento y la introducción de sistemas de tuberías, en pos de un uso más eficiente y responsable del agua.