Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Los textiles de Jiquilpan contarían en breve con su marca colectiva. Este viernes el Instituto del Artesano Michoacano (IAM) dio a conocer que trabaja en este proyecto que busca impulsar la tradición artesanal y darle un valor agregado mediante el registro correspondiente, además de proteger la manufactura de estas piezas de reconocimiento nacional. Cástor Estrada Robles, director del IAM, visitó recién la Casita de Piedra, espacio icónico dedicado a la producción textil desde la actividad sericícola, con la crianza y manejo del gusano de seda, insumo básico para los telares que terminan apoyando en la creación de las finas piezas con que este municipio es asociado. En su visita, el funcionario estatal se reunió con el sector artesanal a quienes les explicó las ventajas que tiene la marca colectiva, la cual se podría tramitar su registro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). De acuerdo con este organismo, la marca colectiva se trata de un registro de marca propiedad de personas agrupadas de manera organizada en forma de cooperativa u otra forma de asociación para la producción, fabricación o comercialización de un producto o servicio, que en los hechos suele ser distintivo también de una región. “Es el sello de una asociación, o sociedad de artífices o de productores legalmente constituidos, con el objetivo es distinguir sus productos en el mercado respecto a los de terceros que no forman parte de esas asociaciones, a través de un logotipo y un control de calidad certificada por la misma asociación”, les explicó Cástor Estrada, quien ve la posibilidad de seguir adelante con este proceso debido tanto a la forma en que se trabajan y organiza el sector en Jiquilpan, así como por su potencial comercial. Agregó el funcionario que la idea es justamente impulsar la promoción y comercialización de estos textiles a través de la figura de marca colectiva, para con ella poder incorporarlos más amplia y fácilmente a muestras y tianguis artesanales a lo largo del país. “Las muestras artesanales tienen la finalidad de elevar el nivel de vida del sector artesanal, de sus familias y de sus comunidades”, dijo el titular del IAM, quien recordó que la misión de esta dependencia es contribuir a mantener la actividad artesanal como un legado cultural e histórico de los michoacanos, “pero también como una genuina alternativa de empleo donde comercializan de manera directa sus piezas”. Y es que en el Pueblo Mágico la fabricación de rebozos es no sólo una tradición, sino el sostén económico de cientos de familias para una actividad que se ha buscado detonar por las últimas administraciones. Jiquilpan es el principal centro sericicultor (dedicado a la producción de seda) del estado de Michoacán, producto de esfuerzos coordinados e incluso apoyos internacionales a la Casita de Piedra, en donde se cría al gusano y cuidan de los insumos de este proceso. Es durante el gobierno Leonel Godoy que investigadores del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional (IPN) intervienen y perfeccionan la construcción de nuevos telares basados en los tradicionales usados por los artesanos jiquilpenses. Desde entonces los artífices han tenido altibajos en la consecución de apoyos, por lo que han tenido incluso que recurrir a la Unión Europea. En este orden de ideas, Cástor Estrada se comprometió a que “el IAM brindará el apoyo y seguimiento para las artesanas y artesanos interesados en hacer uso de esta figura de protección que son las marcas colectivas”. Actualmente Michoacán cuenta con poco más de 20 colectivas. A finales del año pasado la autoridad estatal informó que de 48 registros que se tenían ante el IMPI se habían perdido 25 por falta de pago y seguimiento.