Jorge Ávila / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Aunque en otras ciudades del país hay diversos estudios sobre el rap y otras vertientes de la cultura urbana, en Morelia el tema ha sido escasamente abordado, a veces de forma superficial. De ahí la importancia del libro Rimas de la cantera. Trayectoria, competencia e identidad en la comunidad rapera de Morelia (Laboratorio Nacional de Materiales Orales de la UNAM, 2023), una tesis doctoral de Alain Ángeles Villanueva en la que se adentra a 30 años de historia y evolución del género en la capital del estado. Al autor, originario de Paracho y doctor en Ciencias Humanas por el Colegio de Michoacán, nos platica en entrevista que primero le tomó dos años de labor de convencimiento para que lo aceptaran, y de ahí empezaron cuatro años de ardua investigación, “indagando en hemerotecas, en archivos privados, tomando fotografías, asistiendo a eventos, entrevistando a personas y leyendo bibliografía que tuviera que ver con el rap”. Tarea titánica Sobre su motivo para hacer esta investigación, Alain Ángeles Villanueva relata que, aunque le gusta toda la música en general, desde la infancia y adolescencia tuvo una predilección por el rap, “incluso un tiempo traté también de escribir rap y bailé break, pero hasta ahí nunca había germinado en algo más grande”. El punto de quiebre, por decirlo de alguna manera, llegó en 2012, cuando fue docente en una preparatoria y se dio cuenta de que muchos de sus estudiantes estaban inmersos en la cultura del hip hop haciendo sus batallas de free style, al grado de que ya se podía hablar de un circuito de batallas de algunos colectivos y productores que grababan a los jóvenes que tenían la inquietud de incursionar en el género. Ahí fue donde tuve el interés por hacer un estudio de rap y lo hice porque ingenuamente creí que no había nada de eso, y mi sorpresa fue que hay bastantes en el país, alrededor de 50. Pero cuando empecé a indagar en Brasil, en Francia, en Estados Unidos, en Venezuela, Colombia, Japón… vi que ya era algo global”.Alain Ángeles Villanueva, investigador. En cuanto a los abordajes desde la academia, antes de Alain Ángeles Villanueva nada más Lucero Arce, del Centro de Estudios Rurales, en el Colegio de Michoacán, trabajaba en el tema del hip hop en la ciudad de Zamora. Mi trabajo lo planteé en 2014 y finalmente lo empecé en 2016. Pero en ese momento en Michoacán había muy poco. Ahora ya hay varios, incluso estoy dirigiendo algunos trabajos de ese tipo”. Alain Ángeles Villanueva, investigador. El papel de la tecnología En los 90 y principios de este siglo era más complicado, sobre todo si se estaba en provincia, y más si se vivía fuera de los grandes centros urbanos, pero el autor comenta que la tecnología y las plataformas digitales han desvanecido mucho la línea entre los profesionales y los que no los son aún, los que artistas que trabajan en el underground. Por ejemplo Rudy García le hizo una canción a una rapera de aquí, pero también ha trabajado con una rapera que ya está establecida a nivel nacional, Hispana. Por eso es muy delgada la línea: el mismo beat maker le hace una canción a una rapera que no es conocida que a una artista que ya tiene resonancia masiva”. Alain Ángeles Villanueva, investigador. Aunado a ello, la industria de la música ya no es lo que era hace 20 años, pues, explica, hoy en día ya no es indispensable que un artista esté fichado con una casa disquera, pues hay artistas independientes con más presencia en las plataformas digitales que muchos que ya trabajan con un sello discográfico. https://youtu.be/3hR1Fw_Q8s0 Muchos raperos, poca unión La facilidad que aporta la tecnología ha permitido que proliferen propuestas musicales de los más variados estilos, pero eso ha traído, según su investigación, algunas dificultades que la comunidad rapera tiene que solventar, ya que, detalla, “cuando empecé este trabajo creí que no había muchos raperos y me daba un poco de miedo porque creía que no me iba a dar para un trabajo de doctorado, pero empecé a indagar y la lista fue creciendo. Para 2018 en mi lista ya sumaban casi 800 personas raperas y raperos, beat makers y DJs involucrados en la comunidad. Claro, no todos tienen la misma calidad, unos son más profesionales y otros son muy amateur, pero aunque más de la mitad sean muy amateur, es sorprendente que ya tengan sus canales, que tengan por lo menos 8 o 9 videos subidos”. Entonces, al haber una comunidad tan grande, el problema es que siendo tantos no haya mucho apoyo entre ellos, no hay mucha comunicación para realizar eventos. “Si por lo menos con la cuarta parte de ellos hubiera unidad esto despegaría bastante, pero no hay eso”. Quizá también hay que solventar el valor de la competencia, que no sólo es de Morelia o Michoacán, es un valor del país en general del hip hop, porque es muy importante la competencia al ser parte de su fundación, pero algunos lo hacen sólo para posicionarse o para fanfarronear y eso ha creado estereotipos de rapero”.Alain Ángeles Villanueva, investigador. El autor comenta que ese estereotipo de rapero que “representa al barrio” hace que haya MCs que sólo hablan de eso y de la calle con los mismos tópicos: violencia, consumo de drogas, “representar al barrio”. “Se ha creado un discurso estereotipado y quizá eso también hay que solventarlo: se puede hablar de lo mismo pero de forma diferente, como Rudy García, que tiene algunas canciones que hacen referencia a esos temas pero lo hace de una manera inusual e ingeniosa que lo hace atractivo para mucha gente, lo mismo se puede decir de H Ramírez, Bubba… hay muchísimas personas”. El rap como producto social El autor comenta que su tesis tuvo como una de sus directrices analizar el impacto social del rap, “porque en el Colegio me decían que no lo hiciera aquí porque no sabían si había una comunidad, me decían ‘vete a Guadalajara, a la Ciudad de México’, pero no me interesaba tanto ver el número de raperos o ver qué tan famosos eran, sino las motivaciones y los factores para que hubiera rap en la ciudad, y cuando estuve haciendo este recuento y la lista pude darme cuenta que, en efecto, ha tenido un impacto incluso más grande que cuando yo era adolescente”. Y es que ahora ya hay todo un circuito en cada ciudad, incluso en algunos pueblos de Michoacán, como Paracho, como lo hay también en Lázaro Cárdenas, Zamora o Uruapan. Creo que el rap ha venido a sustituir incluso al rock entre los jóvenes, porque el rap les está permitiendo hacer y decir cosas que los otros géneros no: hablar como quieren, hablar de la calle, no sentirse avergonzados de la calle”. Alain Ángeles Villanueva, investigador. Justamente lo anterior quedó patente en su tesis, pues por las letras de muchos raperos queda en evidencia que hay mucha desigualdad en la ciudad, muchas colonias viven con carencias de servicios, con la problemática de la delincuencia, la drogadicción, la violencia familiar, “eso también es algo que vi, y si se identifican tanto con el rap es porque también es parte de su realidad, entonces hay una relación en todo ello”. Pero más allá de los temas de violencia, el rap también es una herramienta “tremenda” de expresión porque, dice el autor, en el libro se consigna que hay gente que no tiene que ver con barrios marginales pero demuestran que el género puede construirse de otras maneras. Hay gente que se construyen como ciudadanos críticos desde la protesta, que denuncias malas prácticas de gobierno y políticas fallidas, que denuncian la violencia. Incluso gente de barrio que también está cansada de ese discurso y se inconforma diciendo que en su barrio no sólo hay gente peligrosa, también hay gente trabajadora, personas que quieren graduarse de una carrera”. Alain Ángeles Villanueva, investigador. Por eso, uno de los grandes aportes de Rimas de la cantera es que el lector verá que más allá del estereotipo, hay raperos críticos, introspectivos, que hablan sobre sus sentimientos, sus expectativas, sobre su destino. En la investigación incluso me encontré con Steven Hook, un rapero oscuro que tiene una filosofía muy divergente, hablando de que quiere alcanzar la felicidad a través del dolor, muy hardcore. Por eso el rap es como un mosaico, y es lo que encontré en la ciudad”. Alain Ángeles Villanueva, investigador. Ese es, dice Alain Ángeles, el impacto social del rap: que todas estas personas tengan una salida, y no sólo los cientos de personas creando música, “sino todos los que lo escuchamos y para quienes ha significado diferentes cosas: desahogo, expresión, eso sin contar a los demás elementos”. https://youtu.be/MuDl8T_h1jo El rap, fiel a su esencia El autor manifiesta que el rap callejero, el rap gangsta, que era el más popular en los 90, no se ha ido, más bien se ha diversificado, por eso en el libro también explica cómo se mantiene esta vertiente pero llegan algunos estilos que lo revolucionan, como en su momento el rap conciencia, que se ha caracterizado por una fuerte crítica social, y luego el rap romántico, el trap, el low fi, al grado de que incluso hoy en día se está mezclando con el llamado corrido tumbado. Por eso en el libro hablo de 3 generaciones en Morelia: el rap house, y hago un apartado de las discos donde se bailaba e incluyo un mapa de dónde estaban. Puse los carteles y los cines donde se proyectaban las películas con esa temática, como el Cine Eréndira. Para mí desde ahí empieza: los primeros que empezaron a hacer rimas en realidad empezaron bailando break”.Alain Ángeles Villanueva, investigador. La segunda generación, continúa, empezó alrededor de 2005 y la tercera data de 2015, que ya se enfocan mucho en las batallas, sobre todo gracias al internet. En este tema, confiesa que cuando empezó su investigación no consideraba mucho las batallas porque son un fenómeno reciente en México, pero a partir de 2002, por influencia de la cinta 8 Mille, protagonizada por Eminem, y gracias a las batallas de Red Bull por internet, empezaron a surgir decenas de adolescentes que hacían free style. “Al final sí tome en cuenta el fenómeno de las batallas y aprendí bastante, de hecho el segundo capítulo es sobre eso y ahí explico de forma muy detallada cómo funcionan: reglas, estrategias, formas, categorías. Y se consigna cómo en la Plaza de Armas de Morelia las empezó César Hernández desde 2006 y desde entonces ahí siguen, y justo ese es parte del impacto del rap en Morelia”. https://youtu.be/zNlXU-KwWz8 Si usted está interesado en obtener el libro Rimas de la cantera, puede acceder a la página www.libros.unam.mx, teclear el nombre en el buscador y ordenarlo sin costo de envío a cualquier punto del país, o contactando al autor a través de redes sociales https://www.facebook.com/fandoalain.angeles. Además, el libro será presentado el próximo 29 de septiembre en el Centro Cultural UNAM, en la avenida Acueducto, a las 17:00 horas. Te recomendamos: Diversidad cultural: Morelia tiene flow