Claudia Luna Palencia Las dos nuevas cepas del SARS-CoV-2 bajo vigilancia de los expertos de la OMS son la BA.2.86 más conocida como Pirola y la subvariante 5EG.5/EG.1.3 bautizada como Eris que se ha vuelto dominante en Estados Unidos y representó el 17.4 por cientode los casos en todo el mundo en la semana del 23 de julio. Desde Ómicron, la que más llama la atención es Pirola que se ha detectado en Dinamarca, Israel, Reino Unido y Estados Unidos y al parecer llevaría meses circulando. En la información científica se han encontrado que BA.2.86 tiene al menos tanto escape de anticuerpos como XBB.1.5 en comparación con BA.2, lo que merece un monitoreo de alta prioridad para detectar signos de propagación. La OMS la tiene bajo observación constante para ver cómo evolucionan los contagios. Para la OMS, los anticuerpos neutralizantes que son parcialmente no detectados por las variantes altamente mutadas como el BA.2.86 proporcionan la mejor protección contra la infección El descubrimiento de BA.2.86 se produce poco después de la preocupación pública por la subvariante 5EG.5/EG.1.3 o Eris que se ha vuelto dominante en Estados Unidos. La OMS cree que Ómicron adquirió sus mutaciones durante una infección a largo plazo en una persona inmunodeprimida hace más de un año y luego se extendió de nuevo a la comunidad. Desde entonces, BA.2.86 probablemente ha estado circulando en una región del mundo con una vigilancia viral deficiente y ahora se ha exportado repetidamente a otros lugares. A medida que un virus se propaga de persona a persona, su composición genética cambia gradualmente. Este proceso de mutación ayuda a garantizar que el virus pueda sobrevivir, para permitir que continúe propagándose y reproduciéndose. El SARS-CoV-2 nunca ha dejado de mutar lo que ha permitido evadir las respuestas inmunes y en cierta forma a las vacunas. Sin embargo, todos los diferentes sueros disponibles, en uno u otro grado, han permitido atenuar su gravedad. A colación Hay varias vacunas contra el SARS-CoV-2 aprobadas para su uso por la OMS y por otras agencias reguladoras sanitarias. El primer programa de vacunación masiva comenzó a principios de diciembre de 2020. A la fecha, se han desarrollado diferentes tipos de vacunas contra el coronavirus: se tienen las de virus inactivados o debilitados como las formuladas por Sinovac-Coronavac, Sinopharm, Bharat y Valneva que utilizan una forma del virus que ha sido inactivado o debilitado para que no cause la enfermedad, pero aún genere una respuesta inmune. También están las vacunas basadas en proteínas como las de Novavax/Serum que utilizan fragmentos inofensivos de proteínas o cubiertas de proteínas que imitan el virus del Covid-19 para generar de manera segura una respuesta inmune. Luego las vacunas de vectores virales como las de AstraZeneca/Oxford, Janssen, CanSino basadas en un virus seguro que no puede causar enfermedades pero que sirve como plataforma para producir proteínas de coronavirus para generar una respuesta inmunitaria. Las más modernas son las vacunas de ARN y ADN como las elaboradas por Pfizer/BioNTech o Moderna que utilizan ARN o ADN genéticamente modificados para generar una proteína que a su vez provoca de manera segura una respuesta inmune. Por su parte, España este año presentó su primera vacuna contra el coronavirus: la Comisión Europea signó un contrato de adquisición conjunta de 250 millones de dosis de la vacuna española contra el coronavirus de la farmacéutica HIPRA. Se trata de un suero antiproteico recombinante bivalente que tiene la finalidad de servir como dosis de refuerzo en personas mayores de 16 años de edad previamente inmunizadas. Utiliza una proteína recombinante como la de Novavax. @claudialunapale