“Las señoras del narco”, libro que expone fragilidad de los capos por codependencia a las mujeres

La periodista mexicana Anabel Hernández desvela en su más reciente libro el papel que juegan las mujeres en la vida de los narcos que controlan la droga.

La periodista de investigación y escritora mexicana Anabel Hernández posa con sus libros. Foto: EFE.

EFE / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. El libro "Las señoras del narco: amar en el infierno", de la periodista mexicana Anabel Hernández, desvela la fragilidad de los líderes del narcotráfico mexicano a través de la perspectiva de Celeste, pareja sentimental de Arturo Beltrán Leyva, uno de los capos más conocidos en México.

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“Las mujeres son una amalgama fundamental en las familias y más en la de México y tenemos, además, estas mujeres como parte de este anhelo porque a través del libro y del testimonio de Celeste nos damos cuenta de que estos jefes de la droga son codependientes, no pueden estar solos. Si están solos, se mueren”, dijo Hernández en una entrevista con EFE.

La reconocida autora, famosa por obras como "Los señores del narco" (2010) y "Emma y las otras señoras del narco" (2021), subrayó que la mayor relevancia de su libro radica en la universalidad de los vicios y defectos humanos que se manifiestan en los personajes reales que lo componen.

Con tres décadas de experiencia en el periodismo, su perspectiva de vida y su rol profesional experimentaron un cambio radical en el año 2000, cuando criminales secuestraron y asesinaron a su padre.

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Este trágico evento marcó un antes y un después en su carrera y en su visión personal y profesional.

“Ahí me di cuenta de que a ese mundo corrupto que yo quería descubrir y denunciar era imposible seguir investigándolo sino investigaba al mundo criminal con el que estaba unido, y es ahí donde comienza esta ruta realmente muy dolorosa de mi búsqueda por la verdad”, expresó.

Ella afirmó que siempre sigue sus códigos éticos cuando se relaciona con el mundo criminal, a los que considera simplemente como informantes, y que, aunque para la mayoría este mundo sea oscuro, para ella no lo es.

A pesar de su enfoque ético en su trabajo, la escritora ha enfrentado momentos de peligro a lo largo de su carrera.

“En mi experiencia personal los que han querido matarme no son los narcos, los que han querido matarme son los funcionarios públicos, como Genero García Luna (exsecretario de Seguridad de México ahora preso en EE.UU.) y su equipo de funcionarios corruptos porque para ellos son más riesgosas mis investigaciones que para el propio Chapo, Arturo Beltrán Leyva o Mario Zambada”, relató.

La impunidad de los cárteles

La autora aclaró que ahora, en Centro y Suramérica, ya no se utiliza el término "colombianización", sino "mexicanización".

Esto se debe a que, ante la impunidad y la colaboración con el Gobierno, los cárteles de la droga han ido expandiéndose en México y el continente, según expuso.

Foto: EFE

“El cártel de la droga nunca pierde sus cartas, juegan siempre a ganar y por eso distribuyen tanto dinero a diferentes candidatos para que tengan poder”, destacó.

Además, Hernández sostuvo que existe un sistema criminal que sigue perdurando y que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no ha mostrado voluntad de combatir.

“En México hay dos tipos de corrupción: por omisión o por complicidad y no hay duda de que López Obrador está en algunas de las dos modalidades”, opinó.

Las mujeres: fragilidad de los narcos

En México, los cárteles de la droga están conformados en su mayoría por clanes familiares, donde existe un lazo sanguíneo que genera fuertes vínculos de lealtad.

Es precisamente por esta razón que las mujeres desempeñan un papel fundamental en el mundo del narcotráfico, ya que son ellas quienes cuidan, educan y se casan con los miembros de los cárteles.

“Las mujeres son fundamentales, son el motor, su anhelo, su deseo", manifestó."Y también su lado más frágil”, advirtió.

Hernández remarcó que, de todas las parejas emocionales y sentimentales con las que Celeste se casó y tuvo hijos, Beltrán fue el único que no la golpeó.

“Es la voz de Celeste y escojo para el lector un relato que fuera interesante, intenso y que lo llevara a sentir todo lo que yo sentí. El libro es como subir a una montaña rusa, solo que en vez de estar sobre la tierra, estás en el infierno”, destacó.

La escritora concluyó al decir que, con este libro, ha conseguido llegar al hueso del narcotráfico y su siguiente objetivo es llegar al tuétano.

“No es un reto personal, creo que la situación de México es terrible para el mundo”, vaticinó.