Luis Sigfrido Gómez Campos A Rubí de María Es muy raro encontrar en las redes sociales videos que contengan un mensaje de contenido edificante. En su gran mayoría sólo encontramos de los que contienen basura desechable o, en el mejor de los casos, entretenidos cortos que buscan divertir o transmitir un conocimiento elemental en alguno de los saberes cotidianos: cómo preparar un menjurje con condimentos básicos para desinfectar tu casa o hacerla más aromática; cómo elaborar una receta de cocina; cómo aprender unos pasos de baile; cómo dibujar o hasta cantar. Hay de todo, según el interés del receptor. Existen algunos otros portales que se dedican a transmitir las noticias más frescas y los comentarios “más calificados” por los líderes de opinión con mayor resonancia; pero lo trascendente de etas páginas es la gran polémica que despiertan entre los internautas que exponen desde opiniones que contienen un conocimiento muy erudito y respetable, hasta a la opinión más ignorante, estúpida e irrespetuosa que se pueda uno imaginar. Los youtubers mexicanos más connotados que cuentan con millones de suscriptores, en su mayoría difunden contenidos insulsos para consumidores frívolos. Sin embargo, debemos destacar que junto a todo este mundo informativo que incide en la conformación de los saberes del conglomerado social también hay páginas excelsas y comunicados maravillosos dirigidos a quienes tienen una predilección por el buen gusto, el conocimiento reflexivo, el arte y la cultura en su más nítida expresión. El 20 de septiembre pasado subí a mi portal de Facebook una denuncia de tres videos cortos en el que una jovencita es golpeada por su novio hasta sangrarle el rostro. El joven sólo calma su ira cuando una amiga le dice que lo está grabando y él le contesta que por qué se mete. En el último corto, la ofendida hace una denuncia pública al Procurador General de Justicia del Estado respecto al mal trato que recibió en el Ministerio Público: desde negarles la atención institucional, hasta el acoso y después dificultar la posibilidad de retirarse de las oficinas en que se encontraba, lo que la ofendida interpretó como privación ilegal de su libertad. La interacción en mi portal de Facebook es muy limitada, pero cuando subo una información personal recibo aproximadamente entre 20 y más de 100 likes. La serie de videos de denuncia de la joven mujer en contra de su pareja y la mala atención de las autoridades recibió dos likes: uno de mi sobrina Miriam que vive en la Ciudad de México, y otro de mi hermana Rubí de María (Rubis). También se mereció un comentario crítico de mi amigo Joel Caro Molina y fue compartido una sola vez también por Miriam. En total, este mensaje mereció la atención de tres personas de 784 contactos que tengo en Facebook. ¿Qué debo pensar al respecto? Es obvio que muchos de los otros 781 contactos que tengo agregados como “amigos” tuvieron sus razones justificadas; la gran mayoría ni siquiera se dio cuenta del mensaje, pensando optimistamente; pero otra cantidad indeterminada permaneció impasible ante la violencia ejercida contra la jovencita por su novio y la posterior indolencia de las autoridades durante la denuncia de los hechos. Eso, debo decirlo, me parece algo triste. Tengo una hermana que asume con orgullo su carácter feminista; y no sólo eso, además de su larga trayectoria como militante activista del feminismo, decidió desde hace muchos años enriquecer ese activismo con la reflexión filosófica. Ella empeña gran parte de su vida en el estudio y difusión de sus ideas filosófico feministas porque cree que gran parte del trabajo de su vida ha repercutido en la efervescencia ideológica de la conciencia de las mujeres de hoy. Mi hermana feminista ve con optimismo que la mujer haya dejado de ser sumisa y denuncie y se organice para defender sus derechos. Mi hermana feminista también sufre y llora cuando se entera que se siguen cometiendo infinidad de feminicidios. Mi hermana feminista ve con optimismo cualquier avance de las mujeres, incluso el que dos de ellas estén contendiendo para la Presidencia de la República. Me hermana feminista está dedicada en cuerpo y alma al feminismo. Es Doctora en Filosofía. En marzo de 2019, el Congreso del Estado de Michoacán le otorgó la Condecoración a La Mujer Michoacana. Fue fundadora y Directora General del Instituto Michoacano de la Mujer, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel (2002-2008) —primer órgano de atención a la problemática de la desigualdad de género en Michoacán— y Directora General de Centro de Investigación y Desarrollo del Estado de Michoacán (2010-2012). Recibió el Premio Hermila Galindo (Nacional) a la trayectoria en la lucha en favor de los Derechos Humanos, otorgado por la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal, y ha recibido otras honrosas distinciones académicas. Rubí de María ha sido una incansable escritora, destacando los libros: El feminismo es un humanismo (Barcelona, Anthropos, 2013); El sentido de sí. Un ensayo sobre el feminismo y la filosofía de la cultura en México (México, Siglo XXI, 2004) y Filosofía, cultura y diferencia sexual (Coordinadora), (México, Plaza y Valdés, 2001). Mi hermana feminista Rubí de María es la más pequeña de mi familia, pero también se ha convertido en la más grande. Hoy nueve de octubre cumple un año más de vida productiva en favor de las mujeres. luissigfrido@hotmail.com