Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La condena de 50 años que el juez Ariel Montoya dictó en contra de Diego Urik tras declararlo culpable del feminicidio de Jessica González Villaseñor, fue reducida en segunda instancia a 43 años, de acuerdo con la notificación que recibió la familia de la víctima este lunes. Con una profunda tristeza e indignación la señora Veronica Villaseñor, madre de la joven, confirmó esta tarde que disminuyeron 7 años la sentencia dictada en febrero pasado, luego de un proceso penal que duró alrededor de tres años. “No logro entender qué pasó. No hay argumentos para que le disminuyan la sentencia, estoy destrozada, me siento en total indefensión, no puede ser posible que después de tanto tiempo de haber recabado todas las pruebas y haber comprobado que ese tipo asesinó a mi hija de manera tan brutal, ahora le disminuyan la sentencia”, señaló en shock la señora Veronica en entrevista con este medio. Dijo que el documento con la notificación ya lo tiene la Fiscalía General del Estado, en específico la licenciada Luz María, quien ha llevado el caso, así como la licenciada Lorena, representante de Atención a Víctimas, y ambas analizan los argumentos que tuvo el magistrado de segunda instancia para bajar la condena 7 años. La madre de la víctima agregó que en breve se reunirá con su familia y sus representantes legales para a la brevedad interponer un amparo en contra de medida, sin embargo, lamentó que aún y cuando logren ratificar los 50 años que había recibido Diego, la pena máxima por feminicidio, “no es seguro que la cumpla, pues no hay nada en la ley que obligue a que el sentenciado cumpla su condena dictada”, lamentó. Se tiene un lapso de 10 días para interponer el amparo El pasado martes 31 de octubre, luego de más 90 días de retraso por el cambio de abogados por parte de Diego, se llevó a cabo una audiencia en la que de manera oral los representantes del acusado ejercieron su derecho de apelación a la condena y de manera oral expusieron las presuntas inconsistencias en el proceso penal, sin embargo, cabe señalar que fue de manera muy atropellada, pues Diego cambió de representantes de última hora -una vez más- y pidió más tiempo para que pudieran prepararse, a lo que el magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca Vázquez no concedió más tiempo. En esa audiencia Urik se dijo inconforme porque el nuevo abogado no pudo exponer todo que se pretendía, incluso el defensor reconoció que no estaba en competencia, sin embargo, lo expuesto valió para que el magistrado notificara este lunes la disminución de sentencia. ENERO 2023 Al final del juicio, en enero de este año, el juez Ariel Montoya Romero dijo haber encontrado los elementos suficientes para declarar el delito como feminicidio y dar la máxima pena contemplada por el Código Penal de Michoacán en su artículo 120.El juez mencionó que hubo dolo, saña, crueldad y nulo arrepentimiento en este crimen. Tras la resolución y como era de esperarse, Diego y su defensa apelaron la decisión utilizando todos los recursos a los que tiene derecho un acusado y sentenciado. Tras hacer valido su derecho a este recurso, Diego logró que el magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca Vázquez se dirigiera a él, de nueva cuenta, como “presunto asesino”, aclarando que hasta no resolverse los alegatos de la apelación se referiría a él con dicho termino. EL JUICIO, LAS PRUEBAS Y LOS TESTIGOS Durante los tres años que duró el juicio y en los que se recolectaron y presentaron pruebas, hubo también testimonios que inculparon a Diego Urik como el responsable. Tres de sus mejores amigos declararon ante el juez lo que sucedió la tarde, noche y madrugada cuando desapareció Jessica. Sus amigos cercanos y que vieron el cuerpo de Jessica, Diego Sayago y José Jair, declararon haberle preguntado a Urik por qué había matado a Jessica y no mejor a un perro, y este respondió “qué culpa tenían los perros”, hecho que el juez Ariel Montoya validó. Montoya también validó la prueba testimonial de que Diego metió el cuerpo de Jessica, envuelto en una sábana, en la cajuela de su coche y tras ver que sus dos mejores amigos acudieron a su llamado pero no le ayudaron, él mismo tomó el cuerpo para abandonarlo en una zona boscosa de su fraccionamiento. El juez confirmó que las pruebas demuestran una violencia extrema cometida contra la víctima. Mencionó varias veces una realidad que resulta bastante dolorosa para la familia: “La muerte de Jessica fue lenta y dolorosa, su cuerpo sintió los más de 30 golpes que recibió”.