Abril García / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La caracterización teatral mediante la técnica de blackface, maquillaje empleado por blancos para caricaturizar a una persona negra, es considerado como un acto racista. Esto debido a sus orígenes en la esclavitud estadunidense, cuando actores blancos participaban en espectáculos cubriéndose los rostros con capas de betún para representar a personajes negros, cargados de estereotipos propios de la época. Cartel Minstrel de William H. West de la década de los noventas. Por esta razón, está prohibido en distintos países alrededor del mundo para evitar controversias, discriminación y violencia contra las personas afrodescendientes. Sin embargo, en otros países europeos y latinoamericanos durante las cabalgatas de los Reyes Magos se acostumbra a personificar a Baltasar con este tipo de caracterización mediante el uso de maquillaje, pintura o pigmentos. Desde la Edad Media, la presencia de los tres Reyes Magos otorgándole obsequios a Jesús en su pesebre aparece en diversas representaciones pictóricas. Los tres personajes pertenecen y representan a las tres partes del mundo conocido: Melchor a Europa; Gaspar a Asia y Baltasar a África. Esta personificación de los continentes se plasma no sólo en el color de la tez, sino por el animal sobre el que cada rey cabalga: Gaspar a camello, Baltasar sobre un elefante y Melchor sobre un caballo. Es por esta razón, así como por la reducida población negra en estas zonas geográficas, que han justificado el uso de blackface en estas celebraciones religiosas e infantiles. Incluso personajes que forman parte de la escena política como el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y el presidente de Canadá, Justin Trudeau, han cometido el error de disfrazarse utilizando este maquillaje fomentando estereotipos y discriminación. Foto: Christian Hernández, La Voz de Michoacán. Sin embargo, asociaciones como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos se han pronunciado en contra de este acto en todas sus formas, aun cuando sea para encajar con el ícono tradicional. En México, el 1.2% de la población nacional se identificó como afromexicano, de los cuales 705 mil son mujeres y 677 mil son hombres, acorde con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Diversas organizaciones, académicos y activistas han pedido en sus respectivas ciudades que sea interpretado por ciudadanos negros en vez de blancos pintados. Esto como una estrategia para no seguir fomentando prácticas racistas.