Tras la interrupción del principal yacimiento petrolífero de Libia, y los temores sobre una eventual escalada de violencia en el Medio oriente, los precios del crudo experimentaron un crecimiento en torno al 3% el pasado tres de enero del presente año. Así, el precio del Brent cotizó en 78,25 dólares, mientras que el West Texas Intermediate cotizaba en 72,70 dólares. Estos incidentes han generado preocupación sobre una posible interrupción en todo el mar Rojo en cuanto a los envíos de crudo, lo que afectaría, aún más, los precios del petróleo e influiría en las operaciones cambiarias y en operativas que requieren de traders profesionales con una tolerancia al riesgo alta como la inversión en petróleo crudo con CFDs. No está de más recordar que, hace poco, el líder del grupo terrorista Hamás advirtió de fuertes represalias por la muerte del subjefe de la organización. Además, también está el hecho de que los hutíes en Yemen continúan atacando embarcaciones petroleras que transitan por el Mar Rojo y el Golfo Pérsico. OPEP busca cooperación con otros países petroleros Ante el panorama actual que se vive en Medio oriente y ante los temores de una subida de precios en el crudo, la OPEP ha anunciado una serie de reuniones con países productores de petróleo no-OPEP para revisar e implementar nuevas estrategias en común. Entre estos países destaca Angola (quien ya anunció su retiro de la OPEP) y Rusia. La OPEP entre otros temas, planteará un nuevo esquema de producción y distribución del crudo a fin de evitar escenarios volátiles que afectarían la confianza de los inversores. Es importante reseñar además que la OPEP tiene planeado hacer una reunión con sus socios y países aliados el próximo uno de febrero, donde seguramente se debatirá esta nueva estrategia planteada. El transporte marítimo de crudo se encarece Las principales empresas navieras de crudo como Maersk y Hapag-Lloyd han anunciado la inmediata suspensión de sus rutas por el mar Rojo debido precisamente a los ataques sufridos a causa de los hutíes. La nueva ruta que están tomando las principales navieras mundiales es a través del cabo buena esperanza, en el sur de África. Si bien esta medida busca generar más consistencia y predictibilidad en la entrega del crudo a diferentes mercados, también ha disparado el coste del transporte de mercancías, afectando principalmente a los clientes de Asia y de Europa. También es un hecho que esta nueva ruta generará más retrasos en la entrega de pedidos. Es importante recordar que el mar Rojo sirve como punto de tránsito vital para aproximadamente el 20% de las exportaciones mundiales de petróleo. Cualquier interrupción de esta ruta marítima genera retrasos en la cadena de suministro, reduciendo la disponibilidad de petróleo y, por ende, provoca un aumento de sus precios. Está claro que actualmente hay una tendencia alcista y esto se refleja en la anticipación del mercado ante posibles interrupciones en el suministro y el consiguiente aumento de la demanda de fuentes alternativas de petróleo. Reacciones de los inversores La volatilidad que se está generando en los precios del petróleo ha llevado a los inversores a reevaluar sus estrategias y replantear su exposición a activos relacionados con el petróleo. Algunos inversores están adaptando sus estrategias para proteger sus carteras contra posibles fluctuaciones del precio del petróleo. Impacto en el comercio de divisas El mercado del petróleo desempeña un papel importante en el comercio de divisas, ya que los precios de las divisas a menudo se ven influenciados por factores económicos globales, incluidos los movimientos del precio del petróleo. Las interrupciones que estamos viendo en el suministro en el Mar Rojo podrían afectar el valor de las monedas que están estrechamente vinculadas a la producción o el consumo de petróleo. Por ejemplo, una interrupción de los envíos de petróleo podría debilitar las monedas de los países exportadores de petróleo, como Arabia Saudita, México y los Emiratos Árabes Unidos, ya que sus ingresos por exportaciones muy probablemente disminuirán. Por el contrario, podría fortalecer las monedas de los países importadores de petróleo, como Japón y China, pues sus costos de importación de petróleo aumentarían.