Yazmin Espinoza / Colaboradora de La Voz de Michoacán “La trenza”, de Laetitia Colombani fue el primer libro que leí este 2024, el primero también que pudo vencer el bloqueo lector que ya había hecho que dejara empezados otros dos títulos que no lograron captar mi atención del todo. Pero desde que empecé a leer “La trenza”, me di cuenta de que no lo iba a poder soltarlo hasta terminarlo. Es un libro corto, apenas un poco más de 200 páginas que encierran tres historias muy diferentes, pero que de alguna manera conectan al final, algo que el lector espera durante todo el libro dado la naturaleza de su título claro. En esta narración vibrante y conmovedora, Laetitia Colombani, quien es además de escritora, guionista, directora y actriz, aborda las historias de tres mujeres que, nacidas en continentes muy dispares, comparten unas ideas y sentimientos que las unen en un poderoso anhelo de libertad. En Badlapur, India, la intocable Smita sobrevive recogiendo los excrementos de una casta superior. Resignada a su condición, está decidida en cambio a que su hija no siga sus pasos: la pequeña irá a la escuela y su vida será digna y provechosa, aunque para ello Smita tenga que desafiar las normas establecidas. En Italia, a Giulia le encanta trabajar en el taller familiar, el último de Palermo que confecciona pelucas con pelo auténtico. Hubiera podido ir a la universidad, pero dejó el instituto con 16 años para iniciarse en los secretos de este oficio. Cuando su padre sufre un accidente y Giulia descubre que el negocio está al borde de la quiebra, afronta la adversidad con valentía y determinación. Luego, en Canadá, Sarah es una abogada de éxito en Montreal que lo ha sacrificado todo por su carrera: dos matrimonios fallidos y tres hijos a los que no ha visto crecer. Un día, tras caer desmayada en el transcurso de un juicio, Sarah comprende que su vida ha dado un vuelco y que deberá escoger lo que de verdad le importa. Smita, Giulia y Sarah no se conocen, pero tienen en común el empuje y el tesón de las mujeres que rechazan lo que el destino les ha reservado y se rebelan contra las circunstancias que las oprimen. Como hilos invisibles, sus caminos se entrelazan, formando una trenza que simboliza la voluntad inquebrantable de vivir con esperanza e ilusión. Y es que, en “La trenza”, la autora nos presenta a tres mujeres de la vida real, creíbles, y auténticas, las cuales se entregan a tres duros golpes. Son muchos los temas que toca Colombani en esta novela, los cuales van desde la discriminación de género, racial, económica, laboral y un largo etcétera, hasta la tradición, las maternidades actuales, el acceso a la educación, y las enfermedades. “Después de todo, como decía su madre, esta vida no tiene más importancia que las anteriores, ni que las siguientes, sólo es una vida más. Es así, es la suya”. La historia que probablemente duele más, aunque podría también ser la más alejada para la mayoría de los lectores es la que se encuentra en la India con Smita y la pequeña Lalita, y es también la primera que se presenta al lector. “Smita ya ha oído la cifra, que la hizo estremecer: dos millones de mujeres asesinadas en el país todos los años. Dos millones, víctimas de la barbarie de los hombres, muertas en medio de la indiferencia general. Al mundo entero le trae sin cuidado. El mundo las ha abandonado”. Smita no tiene derecho a nada, más que a soñar, y es en sus sueños que encuentra la fuerza que necesita para romper con la imposición que ha caído sobre las mujeres de su familia por generaciones. “Para ser valiente no hace falta haber nacido en una buena familia”, dice la narradora de este libro que nos presenta tres historias, pero ninguna en primera persona, por lo que es solo a través de sus ojos vigilantes que nos damos cuenta de acciones y sentimientos. La historia de Giulia fue con la que menos conecté pero, aún así, se me hice un increíble ejemplo que cómo las nuevas generaciones luchan para hacerse de un lugar en el mundo. Esta historia me pareció un puente, tanto entre las otras dos como en sus propios temas internos, cómo usar las nuevas herramientas comerciales para hacer brillar un negocio familiar sin hacer de lado la artesanía y la tradición que con su alma. Luego tenemos a Sarah, el modelo perfecto de esa mujer y madre trabajadora en la que sociedad parece exigirnos a todas convertirnos hoy en día. Ella ha luchado muy duro para hacerse de un lugar en ese mundo de tiburones, pero una enfermedad que, además, ataca solo a las mujeres, puede hacer que lo pierda todo. “Sarah había construido un muro absolutamente impenetrable entre su vida profesional y su vida familiar, que, como dos líneas paralelas, seguían sus respectivos cursos sin encontrarse jamás”. Así, Colombani entrelaza las tres vidas como si de los mechones de una trenza se trataran, logrando, por complicado que parezca, entrelazar en el final todas las historias. Aunque las tres historias tienen finales un poco abiertos, es el de Smita, si me preguntan a mi, el que más duele, porque es el que más probabilidades tiene que no ser exitoso. Sin embargo, la novela nos deja esa estela de esperanza de que los sueños pueden hacerse realidad. “Ahora sabe que el futuro está hecho de promesas. Y que, de ahora en adelante, le pertenece”. Cabe destacar que, además del gran éxito que ha tenido la novela que ya ha sido traducida quien sabe a cuántos idiomas, la misma Laetitia Colombani llevó esta historia a la pantalla el año pasado. Espero pronto llegue a algunas de las múltiples plataformas a las que este capitalismo me ha obligado a suscribirme para poder disfrutar nuevamente esta historia desde otro formato. Sobre Yazmin Espinoza Comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias. Instagram: @historiasparamama Datitos del libro: Autora: Laetitia Colombani Editorial: Salamandra 208 páginas Año 2017